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El fiscal Eduardo Montealegre advierte sobre la investigación al edificio de la Contraloría. | Foto: SEMANA

INVESTIGACIÓN

El otro enredo del edificio de la Contraloría

La Fiscalía le recuerda al Gobierno que hay una investigación de extinción de dominio contra la edificación que piensa comprar.

28 de agosto de 2014

A los problemas que ha tenido la contralora Sandra Morelli por los sobrecostos en el contrato de arrendamiento del edificio donde funciona la Contraloría y que la tienen contra la pared en un proceso en la Fiscalía, ahora se suma un nuevo hecho judicial que pone en duda la futura compra de esa edificación por parte del Gobierno. 

En una reveladora carta enviada por el fiscal general, Eduardo Montealegre, al ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, el jefe del ente investigador le explica brevemente cuáles son los inconvenientes del edificio a propósito de la aprobación del Gobierno para comprarlo.

Esta edificación, que hace parte del centro comercial Gran Estación en Bogotá, está bajo la lupa porque presuntamente algunos extraditados por lavado de activos participaron en la construcción. 

El complejo comercial pertenece a Alberto Aroch Mugrabi, un israelí que es uno de los empresarios más exitosos en el mundo textil colombiano. En el 2007, él adquirió el lote donde está Gran Estación y la Contraloría. Del total de 66.000 millones de pesos, Aroch pagó en efectivo 2.500 millones.

Desde ese momento, la Fiscalía comenzó a investigarlo y está intentando esclarecer la relación de este empresario con la familia Guberek Grimberg, unos empresarios que trabajaban en el fútbol colombiano y que en julio del 2013 fueron incluidos a la ‘Lista Clinton’ por lavado de activos (lea cuál es la investigación contra esta familia).

La información preliminar apunta a que Aroch tuvo una negociación en textiles de varios de miles millones de pesos con los Guberek y tiene predios que antes pertenecían a esa familia.

Por eso, la Fiscalía le recuerda al ministro que adelanta una “investigación de extinción de dominio” puesto que “se tiene evidencia que al parecer algunas de las empresas de la familia Guberek Grimberg […] participaron en la construcción del complejo comercial”.

Todo esto enreda mucho más el sombrío panorama de ese edificio que a lo largo del último año se convirtió en el dolor de cabeza de la contralora Morelli. La Auditoría General encontró múltiples irregularidades en su contratación que derivaron en investigaciones penales y que hoy tienen a la jefe del ente de control en un problema de grandes ligas que incluso le podría enredar su futuro político (lea cuáles son los hallazgos contra Morelli).