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Arieh, Henry e Isaac Guberek. | Foto: .

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Empresario de futbolistas colombianos a ‘lista Clinton’

El fantasma del narcotráfico vuelve a rondar al balompié nacional.

9 de julio de 2013

Hace sólo una semana, hubo una polémica nacional por la insólita celebración de los jugadores de la Uniautónoma Fútbol Club que festejaban haber puesto un pie en la división A: en las camisetas llevaban estampado un letrero en agradecimiento Silvia Gette, gestora del equipo y acusada de homicidio.

Ahora el escándalo pasa por cuenta de un importante empresario de jugadores. Se trata del agente FIFA Arieh Guberek, quien este martes fue incluido por el Departamento de Estado de Estados Unidos en la denominada Lista Clinton.

Guberek, quien maneja la agencia Promesas del Fútbol Colombiano ProFutcol S. A., se encuentra registrado como agente FIFA, es licenciado como tal por la Federación Colombiana de Fútbol desde hace cerca de una década, y maneja a una buena cantidad de reconocidos futbolistas cuyos nombres ya empiezan a conocerse.

La información oficial del departamento del Tesoro de los Estados Unidos dice que se designó a Arieh Guberek Grimberg e Isaac Guberek Ravinovicz y su hijo, Henry Guberek Grimberg, y de otros 28 individuos y entidades, que incluyen empresas ubicadas en Colombia, Panamá, e Israel, como Narcotraficantes Especialmente Designados (SDNT, por su sigla en inglés), conocida como la 'lista Clinton'.

Estos 31 individuos y entidades conforman una red de lavado de dinero responsable de lavar cientos de millones de dólares procedentes de organizaciones del narcotráfico, incluidos Ayman Saied Joumaa y Evaristo Linares Castillo, quienes fueron designados previamente por el departamento del Tesoro.

En acción separada, la Fiscalía de Estados Unidos para el distrito Sur del Estado de Florida, y la división de Miami de la DEA, anunciaron la formulación de cargos contra cuatro acusados de nacionalidad colombiana, incluidos Isaac Ravinovcz Grimberg, Henry Guberek Grimberg y Johanna Patricia Ceballos-Bueno, por su participación en una conspiración internacional para lavar millones de dólares para organizaciones transnacionales de narcotráfico.

La acción de este martes se fundamenta en la continua campaña del gobierno de Estados Unidos para perseguir redes globales del narcotráfico, incluido la dirigida por Ayman Joumaa, cuyas empresas globales de narcóticos se han extendido desde Suramérica hasta África y han beneficiado grupos terroristas como Hezbolá.

Al designar a los individuos y entidades detrás de esta organización de lavado de activos, el Departamento del Tesoro ha dado otro paso para proteger el sistema financiero internacional del abuso por parte de narcotraficantes, lavadores de dinero y terroristas.

“El lavado de dinero es la sangre vital del mundo del narcotráfico”, afirmó David S. Cohen, subsecretario para Terrorismo e Inteligencia Financiera del departamento del Tesoro. “Nuestra acción en contra de esta gran red de lavado de activos asesta un poderoso golpe a los flujos de ganancias ilícitas de delincuentes como Ayman Joumaa y Evaristo Linares Castillo”.

Por su parte, el Agente Especial de la DEA encargado, Mark R. Trouville, señaló que “la única motivación para los narcotraficantes es el dinero y ellos están dispuestos a ir tan lejos como sea necesario para esconder y proteger sus ganancias. Estos delincuentes usualmente dependen de los negocios internacionales para facilitar el movimiento ilegal de las utilidades del narcotráfico. Independientemente de si usted es un exitoso hombre de negocios, o una secretaria, si llega a ayudar a narcotraficantes, enfrentará a la misma justicia”.

El ciudadano colombiano Isaac Guberek Ravinovicz y su hijo, Henry Guberek Grimberg, ciudadano de Colombia e Israel, lideran una red de lavado de dinero basada en Bogotá, Colombia, que lava activos derivados de la actividad del tráfico de drogas, en nombre de varias organizaciones dedicadas al narcotráfico, incluyendo algunas basadas en Colombia.

Es sabido que narcotraficantes como Ayman Saied Joumaa, designado por el departamento del Tesoro en enero del 2011, y Jose Evaristo Linares Castillo, designado en febrero del 2013, lavaron dinero procedente de sus operaciones a través de esta red de lavado de activos.

Varios familiares y personas asociadas con Guberek Ravinovicz y Guberek Grimberg también fueron designados este martes por apoyar materialmente sus actividades de lavado de activos y/o por ayudar en el manejo de sus empresas. Los familiares incluyen a los dos hermanos de Henry Guberek Grimberg’s, Felipe Guberek Grimberg, un empresario que reside en Israel, y Arieh Guberek Grimberg, un agente de fútbol licenciado con la FIFA.

Entre los asociados se encuentran Johanna Patricia Ceballos, secretaria de Guberek Ravinovicz y de Guberek Grimberg, quien maneja las operaciones diarias de la red desde sus oficinas en Bogotá.

Guberek Ravinovicz y Guberek Grimberg se apoyan principalmente en empresas textileras basadas en Colombia, y ostensiblemente legítimas, para involucrarse en lavado de activos a través de operaciones de comercio exterior. Usando cuentas bancarias de estas empresas, y cuentas de otras empresas-fachada ubicadas en Panamá, ambos proveen los medios para que los narcotraficantes transfieran sus ganancias ilícitas a Colombia desde otras partes del mundo.

El dinero del narcotráfico transita entre cuentas en España, Hong Kong, Estados Unidos, México, China, Israel, las Islas Caimán y Venezuela, como también en otros países de Europa y América Central.

La acción de este martes, efectuada con el apoyo de la DEA, fue tomada conforme a la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico (conocida como ‘ley Kingpin’), que prohíbe a los estadounidenses realizar transacciones financieras o comerciales con individuos y organizaciones designadas, y congela los activos que puedan tener bajo jurisdicción de EE. UU.

El departamento del Tesoro de Estados Unidos ha designado más de 1.200 empresas e individuos vinculados a 103 capos del narcotráfico desde junio del año 2000. Las sanciones por violación de la ‘ley Kingpin’ van desde multas por un monto de hasta un millón de dólares por cada violación, a condenas penales más severas. La pena para los directivos de empresas puede ser hasta de 30 años en prisión y multas hasta de cinco millones de dólares. Las multas para empresas pueden alcanzar 10 millones de dólares. Otros individuos pueden enfrentar hasta 10 años de prisión.