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| Foto: archivo SEMANA

SALUD

La EPS que le pagó un peso a un hospital

Coomeva consignó esa suma al hospital de La Virginia, Risaralda, pero aún le debe 300 millones.

21 de noviembre de 2014

A la crisis fiscal que tiene a punto del colapso al sistema de salud colombiano se suman hechos insólitos que si bien podrían causar risa, por el contrario, aumentan la indignación de los usuarios que padecen el sector.

Eso fue precisamente lo que sintieron los risaraldenses el pasado fin de semana cuando los medios locales registraron un curioso incidente que involucra a un hospital y una prestigiosa Empresa Promotora de Salud (EPS).

Y el asunto cayó como sal en la herida, porque esa misma semana el país se enteró de otro escándalo que salpicaba a la misma EPS, ya que varios de sus exdirectivos aparecen involucrados en una investigación de la Fiscalía por presunto manejo irregular de los dineros de la salud.

El martes 11 de noviembre las directivas administrativas del Hospital San Pedro y San Pablo, ubicado en La Virginia, Risaralda, detectaron una consignación bastante particular en una de las cuentas bancarias donde se reciben pagos y abonos de sus clientes a quienes les proveen servicios de salud.

El singular pago que tanto les llamó la atención era por ¡un peso! (ver transacción). Cuando indagaron el origen de semejante valor consignado, el asombro y las risas por el curioso hecho se convirtieron en indignación: descubrieron que el origen de ese monto era de la EPS Coomeva, entidad a la que le prestan servicios de salud mediante la atención de sus afiliados.

Las directivas del hospital no podían creer que Coomeva les consignara un peso, cuando con ellos tienen una cartera vencida que asciende a 300 millones. La indignación aumentó cuando, al consultar sobre ese hecho, sencillamente una persona en Coomeva que atendió la llamada les confirmó las sospechas: ese pago era un abono a la cartera vencida.

Javier Cárdenas, gerente del hospital, dijo a esta revista que él tampoco creía lo que le estaban contando sus empleados, pero que ante la evidencia de los registros contables y bancarios, él mismo se comunicó con la entidad: “Ya hubo otra respuesta y nos explicaron que ese peso era un excedente de aportes patronales”, explicó el gerente.

No obstante y pese al escándalo que se armó en ese departamento por cuenta del valioso peso, la deuda de Coomeva con el hospital de La Virginia siguió intacta y, por tal motivo, el gerente Cárdenas dijo a esta revista que “desde el sábado anterior resolvimos suspender los servicios a los usuarios de Coomeva”.

En el lío que se armó por cuenta de ese peso también intervino Olga Lucía Zuluaga, la directora de la asociación que aglutina a los 16 hospitales públicos de Risaralda, quien afirma que “sin duda el asunto del peso fue un malentendido originado por una mala información de la funcionaria de Coomeva que atendió la llamada del hospital”, dijo, no sin antes reconocer que esa EPS tiene muchos problemas de flujo de recursos, sumados a una mala comunicación.

En efecto, de acuerdo con cifras que maneja esa asociación de hospitales en Risaralda, la EPS Coomeva les debe a esas entidades cerca de 1.382 millones de pesos.

Este portal intentó comunicarse con Marcela Bueno Aguirre, gerente general de Coomeva en el Eje Cafetero, pero en esa entidad explicaron que se encontraba fuera de su oficina atendiendo asuntos relacionados con su trabajo.

Sin embargo, esta revista tuvo acceso a un comunicado interno de la mencionada gerente, en el que explica los detalles del incidente con el peso abonado al hospital y cataloga de exagerado el manejo mediático que se le dio al tema.

“El Hospital efectivamente recibió el pago de un peso, el cual corresponde a la devolución de aportes efectuada al Hospital por concepto de Aportes del Situado Fiscal correspondientes a las vigencias hasta el 2011, la devolución total era por valor de $5.032.771, de los cuales el 01-08-2014 se efectuó el pago de 30 notas crédito, por valor de 5.032.770 pesos, razón por la cual el 11-11-2014 se efectuó el pago de la Nota por $1”, dice textualmente el correo.

Agrega: “Una vez recibida la transferencia, un funcionario del Hospital se comunicó con uno de nuestros auxiliares para indagar sobre los dineros recibidos y allí se generó la confusión, pues nuestro colaborador no tuvo la precaución de validar los valores y los conceptos e informó que se trataba del pago por los servicios prestados a la EPS”.

Pero la gerente también cuestiona que “si bien la información era imprecisa y pudo generar inquietudes en los representantes del hospital, es desproporcionado el manejo mediático dado a este tema, toda vez que en Coomeva los canales de comunicación siempre han estado abiertos a nuestra red y, por supuesto, a la Asociación que usted representa”, concluye la gerente Bueno Aguirre, no sin antes reiterar que “es importante recordar que por lo sensible de nuestro negocio, los canales de comunicación oficiales son la Dirección Financiera, jefe de Tesorería o jefe de Trámite de Cuentas o la Gerencia, quienes podrán ofrecer información certera y evitar imprecisiones que puedan generar situaciones como esta”.

Lo absurdo es que al final de todo ese malentendido, los únicos afectados fueron los risaraldenses afiliados a Coomeva primero, porque la deuda de 300 millones de pesos con el hospital sigue intacta, y segundo, porque esa casa de salud anunció que no los atenderá más.