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Balance del gobierno de andres pastrana<br>Politica Social

De mal en peor

Durante el gobierno que termina el desempleo creció a niveles desconocidos y cinco millones de colombianos descendieron bajo el nivel de pobreza.

22 de julio de 2002

En Colombia, al igual que en el resto de América Latina, la pobreza es un problema estructural que tiende a acrecentarse día a día. En los últimos cuatro años, según Juan Luis Londoño, ministro designado de Salud y Trabajo, aumentó en cinco millones el número de pobres del país. En total 28 millones de personas viven hoy en situación de pobreza tal como lo denunció el Banco Mundial en un informe que presentó a comienzos del año. Esto equivale al 64 por ciento de la población colombiana. Lo malo no es sólo que haya crecido el número de pobres sino que sus condiciones de vida empeorarán. Los gobiernos tienen dos formas de enfrentar la pobreza: erradicar sus fuentes o solucionar los problemas que genera. Lo ideal es atacar los dos frentes en forma simultánea para romper el círculo vicioso.

La principal causa de pobreza es la ausencia de ingresos con los cuales la gente pueda llevar una vida digna. Para recibirlos las personas deben tener trabajo. En este campo el gobierno que termina dice que creó condiciones macroeconómicas estables para favorecer el crecimiento de la economía y la generación de empleo. Esto ha sido reconocido casi en forma unánime en los últimos días. Sin embargo los resultados inmediatos no son para nada alentadores. Aunque creó 1,9 millones de nuevos empleos también dejó una tasa de desempleo de 17,8 por ciento, la más alta de América Latina. La mayor parte de quienes se encuentran en este grupo son personas pobres y con pocas destrezas. Quienes tienen trabajo, por su parte, tampoco se sienten satisfechos con su situación. En realidad se muestran pesimistas.

La más reciente Encuesta Social de Fedesarrollo revela que los colombianos, en las cuatro principales ciudades donde se concentra el 30 por ciento de la población, perciben que su empleo no les proporciona las condiciones necesarias para su bienestar, que la situación económica es negativa y tiende a empeorar, que el país ofrece menos oportunidades, que disminuyó el gasto en los hogares y que se incrementó la venta de activos en los mismos para solventar la pérdida de ingresos. Respecto a este último punto ya el Departamento Nacional de Planeación había detectado que el activo más afectado en tiempos de crisis es la vivienda, "que en muchas oportunidades se vende o enajena al no poderse cumplir con las obligaciones que demanda el pago de cuotas de amortización de la misma, o al utilizar el producido de su venta como forma de obtener medios de producción e incluso de subsistencia".

La otra manera de enfrentar la pobreza es remediar los problemas que ocasiona. Por ello es que existen programas sociales gubernamentales enfocados a los sectores de menores recursos. Son paliativos que no resuelven el daño estructural pero evitan pérdidas en capital humano irreparables en el largo plazo, que de presentarse repercutirían en la movilidad social y, por ende, en el crecimiento y el desarrollo del país. En este sentido cabe destacar que el gobierno que termina asignó 700.000 nuevos cupos escolares y 220.000 subsidios a estudiantes menores de 15 años de los estratos más bajos. En servicios como acueducto y alcantarillado se beneficiaron 2,8 millones de colombianos y se afiliaron más de tres millones de personas al régimen subsidiado de salud. Como conclusión general vale citar las palabras de un experto, Javier Fernández Rivas: "El balance del gobierno de Andrés Pastrana sería excelente si fuera su primer año. Es pésimo después de que han pasado cuatro años. Quedaron listas las bases para que el país se desarrolle".



Bases para el empalme 2002 (Departamento Nacional de Planeación)