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"DON MANUEL" DEBUTA EN SOCIEDAD

Más que la instalación de la Comisión de Verificación, "Tirofijo" se robó el show en la primera semana de la tregua

2 de julio de 1984

Sin duda alguna, el show en la primera semana de la paz se lo robó el comandante de las FARC, Manuel Marulanda Vélez, "Tirofijo". "Don Manuel", como ahora popularmente se le llama, fue la estrella de la emisión del programa 6 a.m.9 a.m. de Caracol, el lunes 28 de mayo, a seis horas de haber entrado en vigencia el cese al fuego. Durante hora y media, los colombianos suspendieron sus actividades para escuchar perplejos el bombardeo de preguntas que, desde el "master" de la cadena radial y desde varias ciudades de Colombia se le hacían al guerrillero más temido y perseguido de los últimos 30 años en Colombia.
Las respuestas de "Don Manuel" desconcertaron a muchos. Con un lenguaje rudimentario, salpicado de "haigas" y otras incorrecciones idiomáticas que seguramente les pusieron los pelos de punta a los miembros de la Academia de la Lengua, fue respondiendo con inesperada habilidad a las preguntas que sobre lo divino y lo humano le hicieron los periodistas que condujeron la entrevista, utilizando como "puente" un hélicoptero que durante todo este tiempo estuvo sobrevolando la selvática región.
Hubo preguntas de toda índole: capciosas, directas, anecdóticas... A cada una, "Tirofijo" iba respondiendo con una sorprendente "malicia indígena" que logró rescatarlo de las difíciles situaciones en las que lo colocaran los periodistas. Para citar un ejemplo, a la pregunta sobre qué iba a pasar con las personas secuestradas en todo el país por las FARC, el guerrillero respondió: ""Nosotros en este momento no tenemos personas secuestradas. Desde mucho tiempo atrás, hemos cumplido con la opinión pública, de no secuestrar, de no tener personas en nuestro poder. (...) Lo que pasa es que hay muchos grupos que ahora a nombre nuestro están secuestrando y están haciendo muchas cosas para torpedear el entendimiento con el gobierno". En ningún momento se dejó matricular en el Partido Comunista o reconoció vínculo alguno de las FARC con Cuba o la Unión Soviética. Interrogado en varias oportunidades sobre la posibilidad de hacer entrega de las armas, dejó muy en claro que "nosotros no hemos hablado de entrega de armas. Lo fundamental es el cese al fuego. Lo de más vendrá después".
Hubo momentos, sin embargo, en los cuales la conversación amenazó con salirse del terreno de la cordialidad. En un determinado momento, "Tirofijo" le respondió bruscamente a Yamid Amat, cuando éste le insinuó que la firma de la tregua con el gobierno podía interpretarse como un fracaso de las FARC. "Mire Yamid, esa pregunta no es bienvenida para mí. (...) A nosotros nos enorgullece haber podido enfrentar este tipo de lucha y que hoy el gobierno tenga que reconocernos como un movimiento revolucionario que representa los intereses de las masas y que tenga que sentarse con nosotros a discutir los problemas, porque no nos pudieron liquidar. Eso no nos apena, por el contrario, nos enorgullece".
La entrevista radial tuvo también sus momentos pintorescos, como cuando "Tirofijo" reconoció tener "unos siete hijos", no cantar porque "me llama muy poco la atención el canto" y haber ido por última vez a cine a ver "la (película) de la segunda guerra mundial, que me llamó mucho la atención por las destrucciones de los alemanes contra los pueblos que querían someter".
Pero si hasta aquí el estilo espontáneo, rústico y campechano de sus respuestas había logrado convencer a muchos de su sinceridad, "Tirofijo" pareció perder parte de su credibili dad, cuando procedió a explicar, a petición de los periodistas, de dónde había salido el dinero para comprar las armas que poseen las FARC: "Eso sí es sencillo. El dinero que hemos utilizado en estos años de lucha ha sido la colaboración de los campesinos, la clase obrera y de algunos ricos, inclusive algunos industriales que han participado con esa colaboración económica y con ello hemos sostenido el movimiento y hemos comprado las armas. (...) La colaboración de los ricos ha sido de buena voluntad, por que ellos están de acuerdo con nosotros. Ellos colaboran voluntariamente. Nosotros no ponemos cuota a nadie". Según podía inferirse de esta respuesta, los secuestros realizados por los diversos frentes de las FARC en los últimos años, no habían tenido lugar, y la famosa "vacuna" que han estado obligados a pagar muchos hacendados colombianos, se reducía a "una colaboración de buena voluntad de los ricos". Aún los admiradores de "don Manuel" tuvieron que reconocer que se le había ido la mano en esta respuesta.
Pero si en términos generales "Tirofijo" había logrado evitar resbalarse en las cascaritas que hábilmente le arrojaron los periodistas, no podía decirse lo mismo de algunos funcionarios oficiales. Por el micrófono de Caracol hablaron desde Simón González, el "místico" intendente de San Andrés, hasta el acucioso ministro de Salud, Jaime Arias Ramírez; El primero, con un lenguaje definitivamente "sollado", le dio la bienvenida al guerrillero, le insistió en la importancia de la "ternura" y anunció que, en adelante, lo llamaría "Tiropaz" .
Por su parte, el ministro de Salud realizó con Marulanda un breve diálogo en el que prácticamente le otorgó tratamiento de estadista, e incluso llegó a consultarle cómo podía el sector salud llevar servicios a las zonas afectadas por el conflicto armado. En realidad, "Tirofijo" sí tuvo un momento de estadista cuando intentaron ponerlo en contacto con el ministro de Trabajo, a lo cual se negó señalando que él, Manuel Marulanda Vélez, "no improvisaba" y que ya llegaría la oportunidad para ponerse en contacto con los diferentes Ministerios.
Si la primera semana de la tregua se abrió con la figura de "Tirofijo" y una entrevista que tuvo sus visos folclóricos y cursis, se cerró con un acontecimiento de más sustancia: la instalación provisional de la Comisión de Verificación. Con la presencia de gran parte del gabinete ministerial y un buen número de los miembros de la Comisión, en medio de un ambiente relativamente informal, el Presidente Betancur pronunció un emocionado discurso. Durante los 20 minutos que duró la intervención, Betancur reiteró su firme propósito de seguir adelante con el proceso de consolidación de la paz, anunció que iría levantando el Estado de Sitio paulatinamente y por regiones en la medida en que las condiciones lo hicieran posible, y afirmó que las conversaciones con otros grupos alzados en armas continuaban adelantándose. Al finalizar, algunos pudieron notar que la primera dama, Rosa Elena Alvarez de Betancur, no había podido contener las lágrimas.
Aún cuando la fecha de la instalación oficial no se ha definido y tendrá que realizarse en alguno de los lugares fijados en el Acuerdo y con la presencia de los representantes de las FARC, se dijo que era necesario dar los primeros pasos para que sus miembros empezaran a integrarse. Sin embargo y a pesar de las buenas intenciones, hay quienes sostienen que esta Comisión de 40 miembros en donde tienen cabida todos los sectores, es más representativa que operante, y que independiente de la intensidad con la que trabajen sus miembros, buena parte de la responsabilidad para que la paz se traduzca en fórmulas concretas radica en la voluntad política de los partidos Y en la luz verde que el Congreso de a los proyectos que presente el Ejecutivo en las próximas sesiones del Congreso.
Contra las pesimistas predicciones de los pregoneros de desastres, durante la primera semana de la paz, hubo paz. No se registraron actos terroristas, ni ofensivas de grupos guerrilleros. Pero tal vez más importante que todo esto fue que, por primera vez en muchos meses, hubo un asomo de optimismo real en todos los colombianos.