Doña Mechas, la más ‘titina’ de la posesión

Nadie esperaba que en su largo y soporífero discurso, el presidente del Senado sacara tiempo para saludar, como a cualquier alto dignatario, a Ana Mercedes Plata.

Que el congresista José David Name mencionara el nombre de Mechas, al lado de expresidentes, mandos militares y la alta alcurnia bogotana, ya decía mucho de lo que significaba el personaje.

Doña Mechas, la mujer de 85 años de edad que sin quererlo se convirtió en el más influyente fenómeno de masas de la campaña electoral, llegó impecable al acto de posesión del presidente, tomada de gancho del exgobernador de Meta Alan Jara.

Mucho se había rumorado sobre si Mercedes iba a compartir alfombra roja al lado de los cientos de invitados al Palacio de Nariño. Hacía dos semanas, a esta abuelita de 85 años de edad le sobrevino lo que pudo ser un infarto. Nadie supo de su condición de salud hasta que el hospital de Villavicencio donde fue internada dio un parte de buenas noticias: Mechas debía guardar reposo, pero se recuperaría.

Pero días antes de que su salud flaqueara -y tal como se lo había comentado a una vecina-, Mechas había estado esperando la llamada que le notificaría la invitación al acto de imposición de la banda presidencial. Pero el teléfono no sonaba.

-¿Qué hubo? ¿Sí han llamado?

-Nada, contestaba la vecina.

Pero la telefoneada llegó. El mismo presidente Juan Manuel Santos la llamó y le dijo que ponía a disposición un cuarto de hotel y todo cuanto fuese necesario para su estada y su presencia, en el día más importante para cualquier presidente. Pero doña Mechas, preocupada por los vientos y la altura bogotana, declinó lo de la quedada y mejor aceptó ir a la posesión, siempre y cuando se pudiera regresar a Villavicencio el mismo día.

María Isabel Nieto, funcionaria de la Alta Consejería Presidencial y Secretaría Privada de Juan Manuel Santos, subió una foto a Twitter minutos antes de que Mercedes saliera para Palacio.

Es la imagen de una abuela a la que uno podría querer sin conocerla, vestida con un traje de la diseñadora Ana Sánchez. “Está divinamente vestida de azul cobalto”, dijo Beatriz Arango, una experta en moda.

Mercedes llegó y, como si fuera un imán o una celebridad, se robó más miradas que el mismísimo abdicado rey Juan Carlos de Borbón. Nadie quería quedarse sin tomarle una fotografía a tan bella e importante dama.