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Álvaro Villegas. | Foto: SEMANA.

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El hombre que construyó la carrera de Álvaro Uribe

Los secretos de Álvaro Villegas Moreno, fundador de la firma que construyó el edificio Space en Medellín y que se derrumbó.

Fanny Kertzman, especial para Semana.com
17 de octubre de 2013

Álvaro Villegas Moreno pertenece a lo que llaman en Medellín “El Establo”, donde viven las vacas sagradas. Conservador, fue gobernador de Antioquia dos veces -antes de que hubiera elección popular de alcaldes y gobernadores-, una vez con Julio César Turbay y la otra con Belisario Betancur (BB) de quien, además, fue su mano derecha durante la campaña presidencial. Fue también concejal, Secretario de Hacienda y de Obras, alcalde de Medellín, senador, y presidente del Senado, representante de Colombia ante la ONU. Su hoja de vida muestra que empezó con obras públicas para diversificarse después a la construcción privada. Por esta razón hoy afronta su momento más difícil: fundó la empresa constructora que hizo el edificio Space, el mismo cuya torre seis se derrumbó como un castillo de naipes.

Las fuentes  consultadas aseguran, sin embargo,  que en los últimos meses él se había marginado de la compañía y sus hijos fueron quienes asumieron la dirección.

Por eso, ante el anuncio de la Fiscalía de iniciar formalmente una investigación para establecer los presuntos responsables del desplome de la construcción, no se ha informado si se le llamará a él o a sus herederos. Según el fiscal general las indagaciones apuntan a que los responsables responsan penalmente por los delitos de homicidio y lesiones personales,

La situación, sin embargo, lo ha golpeado inmensamente. Todo un drama en un hombre que hasta ahora era un referente en Antioquia y quien tiene una interesantísima biografía llena de episodios que marcaron incluso la historia nacional. El cuento más notorio es el siguiente: cuando Belisario Betancur llegó a la Presidencia y nombró a Villegas Moreno gobernador de Antioquia, este  le consultó al Presidente a quien nombraba de alcalde de Medellín. La respuesta de Betancur fue: “al que usted quiera”. Villegas llamó entonces a un joven político liberal que ya había sido director de la Aeronáutica Civil, llamado Álvaro Uribe Vélez, que en ese entonces tenía 30 años.

Tres meses llevaba en el cargo Álvaro Uribe, cuando Alfonso Ospina, otro paisa que se desempeñaba como Secretario General de la Presidencia (Ospina fue posteriormente secuestrado y asesinado por los Castaño) llamó de urgencia a Bogotá al gobernador Villegas. Resulta que Betancur había escuchado la versión de que Fabio Echeverri Correa andaba diciendo en Medellín que Uribe Vélez tenía presuntos nexos con el narcotráfico por su amistad con la familia Ochoa. La orden de Betancur era salir inmediatamente del Alcalde.


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Este relato surgió a raíz del lanzamiento del libro “Secretos de un Líder”, en febrero de este año, una biografía de Álvaro Villegas Moreno escrita por el periodista Germán Jiménez Morales, con la colaboración de Daniel Villegas Díaz. María Jimena Duzán retomó el tema en una columna de Semana y participó en una edición matinal de Blu Radio en febrero, durante la cual Néstor Morales trató infructuosamente de comunicarse con el expresidente y con Fabio Echeverri para que aclararan la versión.

Ninguno quiso pasar al teléfono. Cabe anotar que Echeverri Correa fue el jefe de la primera campaña uribista, asesor presidencial y hoy participa activamente en el Uribe Centro Democrático.

Según un artículo de Semana  del 17 de enero de 1983, las cosas no ocurrieron exactamente así. Cuando Villegas llegó a la gobernación, había resistencias entre otros líderes conservadores como Ignacio Vélez Escobar, J. Emilio Valderrama y Guillermo Vélez Urreta por la repartición burocrática que no les favorecía. Los líderes conservadores lograron la renuncia del Contralor nombrado por Villegas. No contentos con ello, dice Semana, “aprovecharon la oportunidad para exigir un replanteamiento burocrático dentro de la administración, alegando que las fuerzas estaban inequitativamente inclinadas a favor del grupo del gobernador. Los senadores liberales William Jaramillo y Federico Estrada Vélez hicieron entonces unos reparos y manifestaron que también aspiraban a ajustes burocráticos a su favor. La crisis, inicialmente circunscrita al ámbito departamental, se extendió al municipio de Medellín”.

Los cacaos liberales consideraban a los secretarios nombrados por Uribe Vélez poco representativos del partido. Uno de ellos era el Secretario de Hacienda, José Roberto Arango, quien con el tiempo se convertiría en un influyente hombre de negocios reconocido nacionalmente.  

Dice Semana que como parte de la movida, se le pidió a Uribe la renuncia en forma protocolaria, con la promesa de que sería confirmado horas después de presentarla.  Pero, para desconcierto de Villegas Moreno, este no renunció.

Según Semana el impasse pasó a mayores y tuvo que intervenir Alfonso Ospina. A través de él, Betancur le aconsejó a Uribe que se reuniera con Villegas y le presentara la renuncia. Uribe lo hizo pero no renunció tampoco. En el tire y afloje, finalmente, Uribe presentó su renuncia irrevocable. Adujo que no admitía imposiciones y que no le estaban informando qué movimientos se pensaba hacer. El hoy expresidente quedó muy bien ante la opinión pública, mientras que Villegas Moreno fue tachado de politiquero. Con el tiempo, Uribe Vélez le agradeció porque, a pesar del impasse, fue quien lo puso de manera definitiva en el mundo de la política.

Por eso, Uribe fue el prologuista del libro y orador principal en la ceremonia de lanzamiento de la obra. El otro prologuista fue Jesús Vallejo que también se echó su discurso. Pero el invitado más sonoro durante el lanzamiento no fue, curiosamente, Uribe, sino Alejandro Ordoñez, Procurador General de la Nación. Fue en ese escenario donde Ordoñez lanzó su primera andanada contra el proceso de paz. El auditorio lo ovacionó de pie en doce oportunidades.

La historia de la Alcaldía de Uribe no es el único episodio que narra el libro. Villegas Moreno era nada más y nada menos que presidente del Senado durante la toma del Palacio de Justicia por el M-19 y relata las terribles vivencias de ese episodio.

El resto del libro habla de los 30 años del “Villeguismo” al servicio de la comunidad; como hombre de familia y el último capítulo “relaciona su legado para Antioquia” como dijo El Colombiano el 13 de este año, a raíz del lanzamiento del libro.

En cuanto al aspecto personal, la vida de Villegas también tiene otras facetas muy dolorosas. Está casado con Beatriz Mesa con quien tuvo cuatro hijos. Eran la razón de la existencia de esta pareja pero tristemente los dos mayores, Álvaro José y Andrés fallecieron muy jóvenes en un accidente de aviación. Los menores, Pablo y Mauricio, trabajan en las empresas de la familia.

Álvaro Villegas Moreno era presidente de la Sociedad Antioqueña de Ingenieros SAI, a la cual renunció a raíz de la tragedia. Dicen que el dolor lo está acabando y ahora tiene que enfrentar él o sus familiares el llamado de la justicia. Esta es la historia poco conocida del terrible drama que por estos días vive Medellín.