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DENUNCIA

El club de la pelea: los líos de las sedes sociales de Cali

Las tres sedes sociales más emblemáticas de Cali están en ascuas por escandalosos pleitos legales. Una acaba de perder una millonaria demanda, otra resultó estar construida en predios del municipio y la tercera no escapa del fantasma por su venta a un testaferro de Chupeta.

28 de abril de 2012

Los clubes Colombia, Campestre y San Fernando no son tres sedes sociales cualesquiera. La historia de Cali ha estado ligada a su existencia durante casi un siglo y entre sus socios se encuentra lo más granado de la alta sociedad valluna. Pero tristemente esos clubes se han visto envueltos en escándalos insospechados.

Los pleitos, si bien no son nuevos, hasta ahora se habían manejado con gran discreción. Sin embargo, decisiones de los últimos 15 días han roto el sello de silencio.

Primero fue el Club Colombia. El 13 de abril un juez falló en su contra una demanda de una exgerente por 1.024 millones de pesos. En el caso del Club San Fernando, a finales de la semana pasada, una tutela frenó por quinta vez la restitución real a sus socios del predio donde funcionó el Club, confiscado desde 2009 a un testaferro del narcotraficante Chupeta. Y para rematar, en el caso del Club Campestre, un concejal de Cali tiene listo un debate a la alcaldía de Rodrigo Guerrero porque, según él, no ha hecho efectiva la restitución de 851.000 metros cuadrados de dicho club que, al parecer, le pertenecen al municipio.

Este último es quizás el caso de mayor impacto mediático y podría ser aprovechado para atizar el discurso de lucha de clases que ha dado réditos políticos en la capital del Valle. El Club Campestre es la segunda sede social más prestigiosa de Cali. Durante la era del alcalde Jorge Iván Ospina fue sometida a un proceso de rectificación catastral y allí descubrieron que al parecer el 68 por ciento del terreno del Club (851.000 metros cuadrados, es decir, 100 veces El Campín) le pertenecen al municipio. Justo en esa área es donde funcionan los campos de golf, polo y las pesebreras.

Una resolución del 30 de diciembre de 2011 exige restituir al municipio el predio. Y por eso el concejal de Cambio Radical Fabio Arroyave va a propiciar un debate en el Concejo: "queremos saber qué pasa con ese lote y por qué no lo ha reclamado el municipio", explicó a SEMANA. Asesores legales del club manifestaron que frente al tema "prefieren guardar silencio" y están a la espera de que el municipio les responda un derecho de reposición.

Otra pelea libran los socios del Club Colombia, el más antiguo y prestigioso de Cali, ya que hace un par de semanas un juez los condenó a reparar con 1.024 millones de pesos a Gloria Lucía Escalante, gerente del Club hasta 2007. El pleito es el siguiente: ella renunció y fue premiada con acciones del Club, haciéndola socia, pero luego fue acusada y sancionada por la misma junta por "actos inadecuados", por "haber pretendido obtener subrepticiamente la base de datos de las recetas del Club" y "estar utilizando en forma indebida información privilegiada del Club". Escalante demandó "por honor" y ganó en primera instancia. El Club ya apeló.

Y la escandalosa novela alrededor del Club San Fernando aún no llega a su fin. En 2007, para salir de la crisis, la junta decidió vender el lote y las mejoras del club. El comprador fue Bernardo Pinzón, pero dos años después se descubrió que era testaferro de Chupeta y que el negocio hacia parte de una sofisticada operación de lavado de activos. Pinzón fue asesinado en 2008, el predio del Club fue confiscado por la Fiscalía y desde entonces sus socios iniciaron un proceso de restitución porque el testaferro solo pagó el 80 por ciento de los 18.700 millones de pesos de la venta.

Hace unas semanas los 420 socios del San Fernando estaban felices porque por fin les devolverían en calidad de depositarios el lote de 24.000 metros cuadrados (la sede social ya está demolida). Pero de nuevo apareció una tutela que frenó la acción policial programada para el 25 de abril, con la que pretendían desalojar a los antiguos depositarios revocados por la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE) desde hace un año y que se niegan a irse. "Una vez retorne a nuestras manos, lo reconstruiremos y allí se hará además una gran ciudadela empresarial", dijo Víctor Hernández, vocero de la corporación Club San Fernando.

Como están las cosas, los tres emblemáticos clubes sociales de Cali han pasado, ojalá temporalmente, de las páginas sociales a las páginas judiciales.