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EL FANTASMA DE PABLO

El carcelazo de la semana pasada dejó al descubierto la apasionante historia de la familia de <BR>Pablo Escobar después de la muerte del capo.

20 de diciembre de 1999

El 8 de junio de 1994 María Victoria Henao y sus hijos, Juan Pablo y Manuela Escobar,
tomaron asiento en una pequeña sala de recibo de la notaría 12 de Medellín y durante dos horas
discutieron sobre cuáles serían los nombres que a partir de ese momento les darían una nueva identidad.
Quienes conocieron de cerca lo que ocurrió ese día cuentan que a María Victoria no le gustaban para nada los
apellidos Uribe, Molina, Quintero, Rojas, Ramírez o Pérez. Ella consideraba que en el exterior esos nombres
sonaban como de mafiosos. La viuda de Pablo Escobar quería para su nueva identidad nombres y apellidos de
alcurnia. De ex presidentes de la República. De la sociedad. Fue así como, finalmente, se inclinó por Santos
Caballero y Marroquín Santos. A las 5:30 de la tarde de ese 8 de junio de 1994 los Escobar abandonaron la
notaría 12 bajo una nueva identidad. A partir de ese momento ella comenzó a llamarse María Isabel Santos
Caballero. Su hijo Juan Pablo tomó el nombre de Juan Sebastián Marroquín Santos y Manuela optó por el de
Juana Manuela Marroquín Santos. Así, dos meses después, los Escobar, ya en ese entonces Marroquín
Santos, con documentos _cédula y pasaporte_ legalmente expedidos por la Registraduría Nacional y la
oficina de pasaportes de la Cancillería, salieron del país. Y como en el epílogo de La Vorágine, de José
Eustasio Rivera, a los Escobar parecía que la manigua también se los había comido. Desde mediados de
1994 no se volvió a saber nada de ellos. Nadie daba razón de su paradero. La última noticia que se conoció
fue a comienzos de 1995 cuando el entonces director del Cuerpo Técnico de la Fiscalía _CTI_, Hernán Jiménez,
confirmó que María Victoria y sus hijos Juan Pablo y Manuela habían abandonado el país "bajo su propia
identidad". Pero su rastro ya se había perdido. Sólo se escuchaban rumores sobre su destino final. Se dijo
que estaban viviendo en Canadá, Chile, Brasil, España o Italia. Pero sólo eran rumores. El único vestigio de
su paradero estaba consignado en los informes del departamento de migración del DAS, que conoció
SEMANA. Allí estaban registradas varias entradas y salidas de Juan Pablo Escobar. La última de ellas da
cuenta de que el hijo de Pablo Escobar salió del país el 12 de julio de 1996 del aeropuerto de Rionegro,
Antioquia, con destino a Miami. Desde entonces los funcionarios de migración no volvieron a conocer ningún
otro dato sobre entradas o salidas del país por parte de Juan Pablo Escobar. Pero la semana pasada se
volvió a tener noticias de los Escobar. Un juez en Buenos Aires, Argentina, ordenó su arresto bajo los
cargos de falsificación de documento público, uso de documento falso y lavado de activos. Como
pariasDespués de la muerte de Pablo Escobar su familia comenzó a rodar como si fuera de gitanos por todo
el país. Nadie quería tenerlos como vecinos. No pasaba más de un mes en que no tuvieran que cambiar de
residencia. El primer dolor de cabeza con la presencia de los Escobar lo sufrieron los habitantes del exclusivo
barrio Santa Ana, al norte de Bogotá. Allí y a media cuadra de donde vivía el entonces ministro de Defensa,
Rafael Pardo, los Escobar alquilaron un apartamento. Pero muy pronto sus problemas comenzaron con la
comunidad. A mediados de marzo de 1994 el comité de habitantes de Santa Ana les solicitó que abandonaran
el lugar.Por esa misma época los Escobar iniciaron una correría por las cárceles del país y se reunieron con
los grupos que mantuvieron una guerra abierta con Pablo Escobar. Su objetivo era tratar de buscar una
reconciliación para que ellos y el resto de su familia pudieran convivir en paz. Con algunos sectores María
Victoria Henao y su hijo lograron limar asperezas. Pero quedaron varios enemigos
irreconciliables.Frente a esta situación _enemigos al acecho y vecinos inconformes_ los Escobar les
solicitaron a su grupo de abogados iniciar una serie de contactos con la Fiscalía General de la Nación con
el fin de buscar una salida que les permitiera abandonar el país y residenciarse en algún lugar del mundo
donde pudieran empezar una nueva vida. "No fue fácil encontrar una solución. Realizamos una serie de
reuniones con el entonces fiscal Gustavo de Greiff, a quien le planteamos el problema y le pedimos su
colaboración. En un principio se pensó en meter a la familia Escobar en el programa de protección de
testigos. Pero esa idea no prosperó pues no sería visto con buenos ojos que la Fiscalía realizara ese
trámite pues el Fiscal se expondría a un escándalo", señaló a SEMANA uno de los abogados de la familia
Escobar que participó en las reuniones con la Fiscalía y quien pidió reserva de su nombre.Sin embargo los
abogados continuaron buscando una salida. "En una de esas reuniones en la Fiscalía surgió una
alternativa: cambio de identidad. Sabíamos que no sería nada fácil de convencer a los Escobar de esa idea
pero no había otra salida", agregó otro de los abogados que participaron en las reuniones. Y en efecto, no fue
nada fácil para los abogados convencer a la familia del cambio de nombres. "El trámite era muy sencillo
_manifestó uno de los abogados_. Lo primero que se estableció fue que no había ningún antecedente penal
contra María Victoria y sus hijos. Luego había que acudir a una notaría para solicitar el cambio aduciendo
problemas de seguridad. Hecha esta diligencia el siguiente paso corría por cuenta de la Fiscalía para que
ellos iniciaran los trámites correspondientes ante la Registraduría General de la Nación para la expedición de
las nuevas cédulas".Aceptado el cambio por María Victoria y sus hijos se dirigieron a la notaría 12 de Medellín
y mediante escritura pública se oficializó el trámite. Eso ocurrió el 8 de junio de 1994 ante la notaria Marta Inés
Alzate de Restrepo.Una vez cumplida la formalidad notarial del cambio de identidad los abogados le hicieron
entrega de la documentación a la Fiscalía General de la Nación para que ésta a su vez enviara la solicitud de
nuevas cédulas y tarjeta de identidad a la Registraduría Nacional del Estado Civil. El entonces registrador
nacional, Luis Camilo Osorio, en entrevista con SEMANA, señaló que en efecto en junio de 1994 la Fiscalía
General de la Nación le solicitó oficialmente el cambio de identidad de la familia Escobar. "La Fiscalía
señaló que una vez valoradas una serie de circunstancias, entre ellas las de seguridad, era necesario
realizar los cambios de identidad. Todo esto se hizo bajo el fundamento de la ley y a partir de ahí los
trámites que se hicieron son estrictamente reservados", agregó Osorio. Por su parte el ex fiscal Alfonso
Valdivieso indicó que cuando asumió la administración de la Fiscalía "esos trámites de cambio de identidad
de la familia Escobar ya se habían realizado. Yo no conocí si funcionarios de la Fiscalía en mi administración
recibieron los nuevos documentos que les fueron entregados a los Escobar. Lo que quiero dejar en claro es
que cuando llegué la situación de los Escobar ya estaba definida", agregó Valdivieso.Largo caminoCon la
nueva identidad de Marroquín Santos los abogados de la viuda de Pablo Escobar y sus hijos comenzaron a
estudiar cuál país sería el más conveniente para que ellos se fueran a vivir. Después de consultar con varios
abogados en el extranjero, y de analizar los problemas de seguridad, la familia del extinto jefe del cartel de
Medellín decidió que el mejor lugar para iniciar una nueva vida era el Lejano Oriente. A finales de septiembre
de 1994 los Escobar empacaron sus maletas y decidieron abandonar a Colombia. En ese momento surgió un
nuevo inconveniente. Cómo hacerlo sin que fueran reconocidos por algún empleado de aerolínea o un
funcionario de extranjería que pusiera en peligro la identidad de sus nombres y de su destino final. Frente a
esta situación los abogados trazaron una estrategia para sacarlos del país: abandonar Colombia por tierra.
Fue así como iniciaron un largo recorrido por las carreteras, escoltados por funcionarios de la Fiscalía,
rumbo a la frontera con Ecuador. El 29 de septiembre de 1994 pasaron el puente de Rumichaca y a partir de
ese momento asumieron su nueva identidad: Santos Marroquín.Con sus nuevos documentos compraron
tiquetes rumbo a París y dos días después partieron hacia la Ciudad Luz con el fin de pasar unos días y
después abordar un nuevo vuelo que los llevaría al Lejano Oriente.En medio de la alegría de iniciar una nueva
vida se encontraron en el camino con un nuevo tropiezo. Las autoridades francesas los reconocieron y de
inmediato declararon los cielos de Europa cerrados para la familia Escobar. En medio de la confusión y ante
la alternativa de tener que regresar a Colombia, como les había ocurrido en noviembre de 1993 cuando
fueron deportados de Alemania, María Victoria Henao y sus hijos tomaron una decisión de última hora.
Había tres países a los que podían ingresar sin necesidad de visa: España, Italia y Argentina. "Los dos
primeros los descartaron porque son puertos importantes de embarque de droga y era mejor estar apartados
de cualquier contacto con antiguos socios de su padre. Por esa razón decidieron comprar tiquetes rumbo a
Buenos Aires"dijo uno de los abogados. Fue así como a comienzos de octubre de 1994 llegaron a Buenos
Aires. Allí no conocían a nadie. Alquilaron un pequeño apartamento en un sector residencial de Buenos Aires.
Tres meses después Juan Pablo comenzó a estudiar diseño en la Universidad de Buenos Aires y
Manuela ingresó a un colegio privado. María Victoria Henao abrió un negocio de decoración. Al principio
fue un almacén y después decidió comprar casas viejas para remodelar y ponerlas a la venta. Contrató los
servicios de Juan Carlos Zacarías como contador, un hombre muy conocido en la Argentina por sus
vínculos con el club River Plate . El es uno de los miembros de la administración del club. Sobre la relación
de María Victoria Henao con Zacarías se han tejido varias versiones. Una, que sólo fueron amigos de
trabajo. Y otra, que con el tiempo iniciaron una relación sentimental. Los abogados de Zacarías lo niegan.
Este hombre se convirtió en la pieza clave para conocer la verdadera identidad de la familia Marroquín Santos.
Quienes conocen de cerca la historia aseguraron que Zacarías se enteró de la verdadera identidad de sus
socios hace tres meses cuando, por casualidad, descubrió en una revista colombiana unas fotos de la
familia Escobar. "A partir de ese momento el contador comenzó a chantajear a María Victoria Henao. Le
exigió una suma de 500.000 dólares a cambio de su silencio. Con el tiempo la relación empeoró", señaló
uno de los familiares de los Escobar Henao. La suerte de ellos está en manos del juez Gabriel Cavallo. El
viernes pasado le fue negada la libertad provisional a Juan Pablo. Todavía no ha finalizado la indagatoria de
María Victoria Henao. En Argentina el tema del fútbol pasó a un segundo plano. Ahora en los cafés sólo se
habla de los Escobar. Un tema que eriza a los argentinos. Todavía falta mucha tela por cortar y nadie sabe a
ciencia cierta qué va a pasar con la familia del extinto jefe del cartel de Medellín, que a comienzos de
diciembre cumplirá seis años de muerto. nEl cambio de identidad de los Escobar se hizo en la notaría 12de
MedellínLo que vieneEl lavado de dinero proveniente del narcotráfico está contemplado en el artículo 25 de la
Ley 23.737 del Código Penal argentino pero es tan viejo que la multa está prevista en australes y Argentina
revaluó su moneda en 1990.Por eso la preocupación del juez Gabriel Cavallo, quien lleva la causa de la viuda
y el hijo del extinto narcotraficante Pablo Escobar Gaviria, en el sentido de que en el país "no exista una ley
de lavado de dinero y todo se remita a un artículo". Argentina se ha convertido en los últimos años no sólo en
un país de comercialización de la droga sino en un importante centro para el lavado de dinero. Se calcula
que en el mundo se blanquean alrededor de 500.000 millones de dólares y en Argentina se lavan cerca de
6.000 millones de dólares por año.¿Jurídicamente qué les espera a la viuda de Escobar Gaviria y a su hijo? Una
vez termine la indagatoria de María Victoria Henao el juez tiene 10 días hábiles prorrogables para definir si
ella queda bajo prisión preventiva y de confirmarla elevaría una solicitud de juicio por los delitos que se le
imputan.Si el juez declara que debe permanecer detenida para seguirle un juicio entonces la defensa puede
elevar solicitud a la Cámara de Apelaciones, que confirma o no la resolución del juez. No existe un tiempo
determinado para que la Cámara se pronuncie aunque el Pacto de San José de Costa Rica señala que una
persona no puede estar privada de su libertad más de tres años sin ser llevada a juicio.En caso de que la
Cámara ratifique la prisión preventiva por sospecha firme o semiplena prueba, el juez hace un requerimiento
de elevación a juicio basado en evidencias y pide que los Escobar sean juzgados. El juicio oral y público está
a cargo de un tribunal oral y federal integrado por tres jueces que se escogen por sorteo. Según los abogados
consultados esto podría ocurrir dentro de un año.