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EL MISTERIOSO CHILENO

Semanas antes del crimen de Lara, un chileno aseguraba conocer la historia del complot

11 de junio de 1984

Ante la gran cantidad de allanamientos y capturas que se llevaron a cabo durante las dos primeras semanas de guerra contra la mafia, pasó casi desapercibida la detención en Ramiriquí (Boyacá), de un chileno que dice llamarse Fidel Macías. De todos los personajes vinculados en una u otra forma a la investigación sobre el crimen de Lara Bonilla, Macías sin duda alguna es uno de los más extraños. Se le ha identificado como una persona que, semanas antes del crimen, intentó encontrar un interlocutor que quisiera escuchar su historia: aseguraba conocer al detalle las características de un complot para asesinar al ministro de Justicia.
SEMANA sabe que un ciudadano chileno, cuyas señas aparentemente corresponden a las de Macías, fue recibido el jueves 5 de abril a las 6 de la tarde por el propio Lara en su despacho, después de una audiencia que el Ministro le concedió a dos reporteros de esta revista. Mientras conversaba con SEMANA, Lara había estado observando al individuo a través del ojo mágico de la puerta de su oficina. Verificó con sus asistentes que hubiera sido requisado a la entrada porque lo consideraba a todas luces sospechoso. Y no era para menos: el chileno, de unos 45 años, el pelo recortado como un cadete, vestía una sudadera azul y unos zapatos tenis. Antes de que los reporteros de SEMANA se retiraran del despacho de Lara, éste ordenó que uno de sus guardaespaldas se escondiera en un rincón de la oficina para vigilar la entrevista con el extranjero. De la charla que ambos tuvieron, sólo se sabe que el chileno intentó vender a Lara la información sobre el complot contra él. Al día siguiente en la noche, el individuo visitó la sede de SEMANA y contó que su entrevista con el Ministro no había tenido éxito y que Lara no le había prestado mayor atención. Entonces ofreció a SEMANA vender la información. La revista se abstuvo también de pagar por ella. Por algunos escasos datos sueltos que anticipaba y por la misma apariencia del sujeto, parecía más un charlatán. El chileno se presentó diciendo que él se había desempeñado en los Estados Unidos como guardaespaldas del ex canciller de su país Orlando Letelier y que había sido "vinculado injustamente al asesinato del ministro de Allende". Esta información fue confirmada la semana pasada por las fuerzas de seguridad, lo que hace pensar que fue el mismo sujeto que visitó a Lara en abril. ¿Qué papel juega Macías en este caso? Este es uno de los interrogantes que tendrá que despejarse para aclarar el homicidio de Rodrigo Lara Bonilla.--