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| Foto: Fotomontaje SEMANA

POLÍTICA

El uribismo quiere convertir visita de Hollande en una nueva polémica

El Centro Democrático cuestiona lo que para otros no es más que un respaldo al proceso de paz con las FARC. Escuderos de Santos critican que Uribe liberó a Granda por petición de Sarkozy pero se molesta porque el actual presidente de Francia planea recorrer una zona de concentración.

9 de enero de 2017

De manera individual, Francia tiene programas de apoyo al posconflicto en Colombia en materia de desarrollo rural y educación; como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU su papel fue crucial en la aprobación unánime de asumir y desplegar una misión verificadora del acuerdo de paz con las FARC; y como parte de la Unión Europea ha sido una voz aliada del país en las decisiones que se han tomado a nivel político y técnico relacionadas con el proceso de paz. 

Principalmente en estos tres escenarios, describe el exembajador de Colombia en Francia Juan Camilo Restrepo, se ha movido el importante respaldo de Francia al proceso con las FARC. Por ello considera considera un “disparate” que se pretendan hacer objeciones a una visita de un presidente que está “jugado” por la paz del país.

La visita del mandatario francés Francois Hollande a una zona de concentración fue anunciada este fin de semana por “Pablo Catatumbo” y  la Cancillería colombiana confirmó que solicitó la autorización al Gobierno y le fue concedida. Estará en Colombia entre el 23 y 24 de enero, y recorrerá una zona en el Cauca, donde cientos de guerrilleros dejarán las armas en las próximas semanas.

El anuncio fue hecho después de un viaje preparatorio a La Elvira, encabezado por el embajador francés Jean-Marc Laforêt, quien también aseguró que el compromiso de su país, incluso, va más allá: “Francia aporta al proceso de paz y esperamos que continúe después de la charla de los acuerdos y en esta fase que es de la implementación”.

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Este capítulo, que para algunos es un punto que se suma a favor del proceso de paz con las FARC, desató de inmediato las críticas del Centro Democrático con Álvaro Uribe a la cabeza. A través de mensajes en su cuenta de Twitter cuestionó: “Hollande, presidente francés que no ha sabido enfrentar al terrorismo yihadista, visita la Colombia entregada a las Farc".

Acto seguido el excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga señaló que la visita "es un desafío y una ofensa para los 6,5 millones de colombianos que votamos No en el plebiscito. ¿Por qué no visita a las víctimas de las FARC?", manifestó.

El senador Ernesto Macias, por su parte, cuestionó que el presidente francés visite a un grupo guerrillero que no ha dejado las armas. “Nos parece el colmo que un Presidente de otro país acepte esta cita, porque se conoce por los medios que quienes lo invitan son los cabecillas de las FARC. ¿Cómo llega a visitar a una organización armada que sigue delinquiendo, secuestrando, extorsionando y metida en narcotráfico?”

Para el senador Macias, este anuncio tiene un tinte de reivindicación política por parte de Hollande, dados sus bajos índices de popularidad: “Es un presidente que tiene aceptación del 7 %. Qué fin tiene esa visita distinto al de un show mediático y político”, dijo.

En respuesta a los cuestionamientos del Centro Democrático, muchos han aprovechado la ocasión para señalar la hipocresía que encierran las críticas de Uribe, pues precisamente él se prestó para la injerencia de un presidente francés en el conflicto colombiano cuando aún no había siquiera diálogos formales con las FARC.

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Es el caso del senador de La U Armando Benedetti, quien aseguró a través de varios mensajes en redes sociales: “Ayer q Sarkozy exigió a @AlvaroUribeVel liberar a Granda, "el canciller de las Farc", no era molestia. Hoy Hollande lo es por apoyar la paz".

En 2007, sin que mediara ningún proceso de paz, Uribe liberó entre otros a Rodrigo Granda, en ese entonces el preso más importante de las FARC, el mismo por el que el Gobierno se arriesgó a desatar un importante enfrentamiento con Venezuela.

Esa liberación del gobierno Uribe se dio como parte de su decisión de excarcelar a presos de las FARC como un gesto unilateral para buscar que la guerrilla dejara en libertad a sus secuestrados, entre ellos Ingrid Betancourt, un propósito que evidentemente no cumplió.

Uribe liberó el 4 de junio de 2007 a Granda por sugerencia precisamente del predecesor de Hollande, Nicolás Sarkozy, con quien mantuvo buenas relaciones, según cuenta el propio expresidente en su libro “No hay causa perdida”.

“Me propuso (Sarkosy) liberar a Rodrigo Granda, el “ministro de Relaciones Exteriores” de las FARC, cuya captura provocó la crisis con Venezuela. Acepté, con la salvedad que siempre y cuando la ley me lo permitiera. No le pregunté al presidente pero supuse que tendría algún acuerdo con las FARC”, narra Uribe en su libro.

Con sus manifestaciones en redes sociales, las fuerzas del uribismo buscan impulsar una nueva polémica para convertir en un tropiezo lo que en principio no es más que otra muestra del compromiso de otros países con la paz de Colombia. Como ha dejado en evidencia la Asamblea General de la ONU, la concurrencia a la firma del acuerdo original en Cartagena o el premio Nobel de Paz, el respaldo a la negociación de La Habana es sólido entre la comunidad internacional, que valora el cese al fuego definitivo y la dejación de armas como señales esperanzadoras en un mundo convulso y no entiende el ambiente de polarización interna en que aterriza la implementación de lo acordado entre el Gobierno y las FARC.