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El zar del secuestro

‘Romaña’ se ha convertido en el cerebro detrás de la mayoría de secuestros en el centro del país y es la punta de lanza de las Farc en Cundinamarca y Meta

17 de abril de 2000

El 7 de enero del año pasado, durante la instalación de las mesas de diálogo entre el gobierno de Andrés Pastrana y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en San Vicente del Caguán, dos personajes llamaron la atención de los medios de comunicación: el humorista Jaime Garzón y el comandante conocido con el alias de ‘Edinson Romaña’. Nadie entendía cómo dos personas tan diferentes podían conversar de manera tan animada. Garzón era un intelectual, con aires de pacifista, muy crítico de los métodos empleados por la guerrilla para hacer la revolución. ‘Romaña’, en cambio, es un hombre de guerra, de acciones más que de palabras.

Garzón había conocido a ‘Romaña’ en desarrollo de sus labores humanitarias para lograr la liberación de secuestrados. Y aunque no puede decirse que tuvieron una amistad formal sí hubo cierta cercanía. Por eso, cuando alguien le preguntó por el guerrillero de las Farc, la respuesta del humorista fue concluyente. “¿Cómo es ‘Romaña’? Pues sencillo: se cree el ‘Che’ Guevara. Ese es el problema”. La imagen de ‘Romaña’ es fiel copia del icono más famoso del ‘Che’: boina negra adornada con una estrella, pelo ensortijado y una barba poblada y cerrada. Por lo demás, quién sabe qué hubiera pensado el ‘Che’ de las últimas acciones revolucionarias de Romaña: el secuestro del empresario de medios Guillermo ‘La Chiva’ Cortés, la amenaza de hacer lo mismo con el popular animador Fernando González Pacheco y el montaje de un plan para asesinar al jefe de redacción del diario El Tiempo, Francisco Santos. Los dos últimos tuvieron que salir exiliados del país por dichas razones.

En la edición dominical de El Tiempo del 12 de marzo Francisco Santos escribió en su texto de despedida a los lectores: “No creo que el secretariado de las Farc esté enterado de esto. Es el producto de frentes que se han delincuenciado y que actúan por sí solos”. De inmediato los colombianos empezaron a preguntarse: ¿‘Romaña’ actúa como una rueda suelta dentro de las Farc? ¿Tiene él la capacidad militar para responder por todas las acciones de las que se le sindican? ¿Cuándo y cómo obtuvo tanto poder? ¿Qué busca con la ola de secuestros? Raúl Reyes, vocero oficial de las Farc, señaló en una rueda de prensa que desconocía la supuesta intención de ‘Romaña’ de asesinar al periodista. Igual negó que él fuera el autor de las amenazas contra Pacheco.

“Si el secretariado de las Farc desconoce todo lo que está haciendo ‘Romaña’ entonces el gobierno debe sentarse a negociar es con él”, terció en la polémica el director del diario El Espectador, Carlos Lleras de la Fuente. El apunte no sólo encierra una dosis de humor negro sino un temor que cada vez cobra más fuerza entre la gente: ‘Romaña’ se perfila como otro de los hombres más duros y más rudos de las Farc. Tiene fama de ser buen comandante entre sus subalternos. En el sector rural dicen que está rezado o que tiene pacto con el Diablo y que por eso no le entran las balas. Lo cierto, más allá del mito, es que encarna, en palabras de un guerrillero que lo conoce y que habló con SEMANA, el ideal actual de un miembro de esta organización: “El camarada ‘Romaña’ es el guerrillero integral, bueno para la guerra y bueno pa’ levantar plata”.



Producto de las Farc

Esta semana ‘Romaña’ cumplió 35 años. Cuando nació, el 20 de marzo de 1965 en Medellín del Ariari, una vereda del municipio de El Castillo (Meta), sus padres lo bautizaron como Henry Castellanos Garzón. Su papá era agricultor y su madre ama de casa. Se le conocen dos hermanos: Amadeo, sentenciado a 19 años de cárcel por homicidio, y Nelson. Uno de ellos, las autoridades no tienen certeza sobre cuál, está vinculado a las Farc con el alias de ‘Luis Manguera’.

Sobre su vida antes de su ingreso a la guerrilla se sabe muy poco. En sus papeles de la Registraduría General de la Nación se dice que mide 1,65 metros y tiene ojos de color café. Sólo estudió hasta cuarto de primaria y se ganaba la vida como electricista. Una versión de las Farc lo sitúa durante su juventud en Bogotá, donde en teoría terminó el bachillerato y se vinculó a las Juventudes Comunistas (Juco). Otras fuentes aseguran, en cambio, que su verdadera y única escuela fueron las Farc, a las que conoció desde pequeño y a las que se vinculó desde muy joven. Las autoridades militares creen que ‘Romaña’ lleva por lo menos 20 años en la guerrilla. Durante este tiempo ha pasado por los frentes 26, 27, 40, 51 y 53, los cuales operan en el departamento del Meta y la parte suroriental de Cundinamarca. Su poca preparación se nota, según una persona que ha compartido mucho tiempo con él, en que “es un tipo corto de palabras, no tiene una charla amena. Eso sí, tiene memorizado el discurso de las Farc y sólo habla de guerra”.

En el Caquetá, en la escuela de formación de cuadros, tuvo como profesor al ‘Mono Jojoy’ y conoció a Manuel Marulanda Vélez, comandante en jefe de las Farc. Con este último se entendió muy bien. “El primer encuentro entre ambos hombres fue especial. Al instante nació una empatía sin igual. ‘Romaña’ actuó con desparpajo, trató al máximo comandante como si lo conociera de toda la vida, con una confianza impresionante”, recuerda un militante de las Farc.



En las goteras de Bogotá

En 1992 ‘Romaña’ fue trasladado al frente 53 de las Farc. El gobierno nacional ofreció en ese entonces 50 millones de pesos como recompensa por informaciones que condujeran a su captura. Poco tiempo después el frente 53 se hizo notorio por las incursiones en la vía entre Bogotá y Villavicencio. Además comenzó a extorsionar y a boletear a las firmas de ingeniería encargadas de la construcción de la autopista entre las dos capitales. Sus acciones obligaron a la compañía brasileña Andrade y Gutiérrez a retirarse de la zona de trabajos. Durante esta época el Ejército realizó una acción de gran magnitud contra el frente 53 y el segundo y el tercero al mando fueron capturados. El camino quedó despejado para que ‘Romaña’ ascendiera hasta la comandancia, a la que llegó nombrado por el secretariado en junio de 1994. Desde entonces hasta hoy ha llevado a cabo suficientes acciones criminales como para justificar las órdenes de captura que tiene vigentes: 11 en total.

Sus operativos se caracterizan por su audacia, su crueldad y su gran impacto. El 6 de marzo de 1998, por ejemplo, montó un retén en la vía entre Villavicencio y Restrepo, a escasos minutos del centro de la capital del Meta. Los carros que le interesaban los desviaba por una trocha destapada, a unos 30 metros de la gruta de la Virgen, que conduce hacia la inspección de San Luis de Monfort. El retén duró seis horas. Las Farc asesinaron al agente Ricardo Martínez, secuestraron a otros policías y militares y se robaron 19 millones de pesos, con los que el Ejército iba a pagarles a los soldados que se encontraban acantonados en el municipio de La Macarena. Este operativo le reportó créditos ante la organización y su imagen, replicada por todos los medios de comunicación en los que apareció, lo hizo ‘célebre’.

Diecisiete días después ‘Romaña’ montó un nuevo retén en el sitio Monterredondo, jurisdicción del municipio de Guayabetal, sobre la vía al Llano. Allí los hombres bajo su mando asesinaron a dos civiles y secuestraron a otros 32, entre los que se encontraban un italiano y cuatro norteamericanos. Allí demostró la simpleza de su razonamiento cuando ante los medios de comunicación dijo que estaba averiguando si los estadounidenses eran agentes de la CIA. “Si es cierto, ¿qué les pasará?”, le preguntaron los periodistas. “Probablemente se les aplicaría la justicia revolucionaria”, respondió. Los comunicadores le pidieron que aclarara su posición. El guerrillero no se inmutó cuando dijo que eso quería decir que los asesinaría. ‘Romaña’, según fuentes que pidieron no ser identificadas, antes de ser comandante era el encargado de ejecutar a los secuestrados que no pagaban el rescate. Por el secuestro de sus ciudadanos el gobierno estadounidense le solicitó a Colombia la extradición de ‘Romaña’. Eso ocurrió el primero de junio de 1998.

La acción de Monterredondo fue bautizada por los medios como ‘pesca milagrosa’. Y aunque ‘Romaña’ no fue quien la inventó (este dudoso honor lo tiene ‘Román Ruiz’, comandante del frente 18, quien las realizó en la carretera entre Medellín y la Costa Atlántica) sí fue quien con su espectacularidad las convirtió en un nuevo factor de miedo para los colombianos que se movilizan por vía terrestre. Los retenes son operativos que se realizan con un esfuerzo militar mínimo, son efectistas, difíciles de prevenir y complicados de contrarrestar sin poner en peligro a la población civil involucrada.



Ficha clave

La ‘pesca milagrosa’ de Monterredondo afianzó la imagen de ‘Romaña’ dentro de las Farc. A partir de ese momento fue incluido en operativos militares de mayor envergadura, como la toma de Mitú, capital de Vaupés. Esta acción se llevó a cabo el primero de noviembre de 1998 y en ella se puso en práctica lo que las Farc denominan el nuevo modo de operar, que consiste en amasar grupos de hasta 2.000 hombres. En Mitú la orden del ‘Mono Jojoy’ era resistir por lo menos una semana. Las tropas del Ejército y los bombardeos de la Fuerza Aérea Colombiana sacaron a los guerrilleros a los tres días. El revés se lo cobraron a ‘Romaña’.

No es el único contratiempo que ha tenido. Dentro de las Farc lo responsabilizaron por la captura que hizo el Ejército de un número no precisado de fusiles (entre 450 y 1.000) que ingresaron por alguna de las fronteras. A lo anterior hay que agregar que el año pasado fue herido en combate y estuvo fuera de circulación por algún tiempo mientras se recuperaba en el municipio de Uribe. Para rematar, el viernes de la semana pasada tropas de la VII Brigada ingresaron a un campamento de unas cuatro hectáreas, con capacidad para 600 guerrilleros, en la zona rural de Acacías (Meta), bautizado como Villa Romaña por los propios guerrilleros.

Hoy, aunque los puntos negativos en su contra son significativos, ‘Romaña’ sigue siendo una ficha clave dentro de la estructura de las Farc. Cuenta con la protección del ‘Mono Jojoy’, lo cual le garantiza cierta autonomía de vuelo respecto del secretariado.

‘Romaña’ está encargado de la comisión de finanzas de las Farc en Cundinamarca y es el segundo al mando de una estructura mixta conformada por los frentes 31, 51, 53, 54, 55 y la columna móvil Che Guevara, que a su vez hacen parte del Bloque Oriental que dirige el ‘Mono Jojoy’. La misión de esta estructura es recaudar fondos por medio del secuestro y realizar acciones en las goteras de Bogotá para crear zozobra entre los capitalinos, entre otras.

En el fondo todo esto no es más que la aplicación de los resultados de la VII conferencia de las Farc, en la que se decidió que la cordillera Oriental se convertiría en el centro de despliegue estratégico. Bogotá continúa siendo el principal objetivo de las Farc. Su propósito es cercarla por todos los flancos (ver mapa), pero su cabeza de playa es la estructura de frentes en la cual ‘Romaña’ es el segundo al mando. Por encima de él está ‘Marco Aurelio Buendía’, un filósofo fusagasugueño, de vestir impecable, modales pulidos, experto en nuevas tecnologías, que prefiere pasar de agache ante los medios de comunicación. Para dar la cara está ‘Romaña’, a quien le encanta mostrarse con su máscara de un nuevo Che criollo.