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| Foto: SEMANA

ELECCIONES 2018

Como la vieja Ola Verde, Fajardo cerró campaña con actos simbólicos

Acompañado de Claudia López, Robledo, Mockus y alrededor de mil seguidores, el candidato recorrió la avenida La Esperanza, en Bogotá, y terminó con un mensaje breve: "Todos estos esfuerzos para llegar hasta acá a abrir la puerta de las oportunidades en Colombia".

20 de mayo de 2018

El último evento de la campaña de Sergio Fajardo fue una apuesta por lo simbólico. Entre todas las plazas y las calles de Bogotá disponibles para su manifestación, el candidato de la Coalición Colombia escogió la avenida La Esperanza, precisamente por su nombre, con el que buscaba reforzar ese mensaje que ha marcado su concurso por la presidencia: el de ser la opción alternativa no solo a la política tradicional, sino a las tendencias polarizadoras.

La selección del lugar ya apuntaba a que el evento del domingo recurriría a las metáforas, a la usanza del espíritu de la Ola Verde que en 2010 logró el propósito que hoy se traza el exalcalde de Medellín: llegar a la segunda vuelta, a disputar el despacho en la Casa de Nariño con el candidato del uribismo que en ese entonces era Juan Manuel Santos-. Precisamente, a lo largo de la manifestación, la única alusión directa a un candidato rival que se escuchó entre las arengas de la multitud fue a Iván Duque. Al hoy candidato de Uribe casi que lo aceptan como el ineludible rival que estará en la segunda vuelta.

La concentración en el parque Los Alcázares, un amplio espacio verde al occidente de la ciudad, con rampas para skaters, comenzó hacia las 10 de la mañana. En medio de las banderas y las camisetas verdes, las primeras figuras políticas que se vieron entre el grupo de personas que empezaba a crecer iban de amarillo. Las primeras en aparecer fueron Celio Nieves y Manuel Sarmiento, concejales de Bogotá por el Polo, y el senador Jorge Robledo, cuya llegada empezó a armar la algarabía de tambores y cánticos.

Luego llegaron las verdes: las representantes electas Juanita Goebertus y Luvi Katherine Miranda, quien en 2010 fue una de las líderes logísticas de la Ola Verde. También la futura senadora Angélica Lozano y Claudia López, la fórmula vicepresidencial de Fajardo, que alborotó de nuevo a los asistentes. Cada uno se iba integrando con naturalidad entre la muchedumbre. Saludaban con calma, cruzaban palabras y se tomaban fotos.

Poco antes de las 11:00 de la mañana, Sergio Fajardo llegó al parque y se metió entre la multitud. Ahí comenzaron los cánticos que no pararon hasta el final de la manifestación: "¡Un profesor, un profesor, un presidente profesor!". El candidato se encontró con Robledo y Claudia López, con quienes selló la Coalición Colombia hace 5 meses, y arrancó la marcha por la avenida La Esperanza, que fue creciendo en número y alcanzó a reunir alrededor de mil personas y decenas de perros pues muchos asistentes, como lo sugería la invitación, llevaron sus mascotas.

Diez minutos después, Antanas Mockus, el hombre al que Fajardo le sirvió de fórmula vicepresidencial hace 8 años, apareció en contravía a la marcha, y despertó la algarabía de los manifestantes. Uno de sus acompañantes lo guio corriendo hasta el centro de la marcha y allí se juntó a los otros líderes de la alianza, todos detrás de una pancarta de varios metros de largo que rezaba: "1 kilómetro para la presidencia", en alusión a la comparación que ha sostenido el exalcalde de Medellín de esta carrera presidencial con una vuelta ciclística, en la que espera remontar el terreno perdido en el ascenso final, y meterse en la disputa para llegar primero a la meta.

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En el pelotón de la marcha, Fajardo intentaba mantener una sonrisa constante y le respondía a los seguidores que se le acercaban. Algunas señoras, incluso, le mandaban besos desde las aceras. A su lado, Robledo, con una chaqueta amarilla, caminaba más serio y le dirigía algunas palabras al candidato. Claudia López, agarrada del brazo de Mockus, era la más enérgica del grupo. Pese a que llevaba un pendón publicitario de Fajardo colgado a las espaldas, no paraba de arengar e incluso se las arreglaba para abrir espacio, dando señas con sus brazos, cuando los manifestantes le cerraban el paso al candidato.

En la cola de la marcha, un joven voluntario de la campaña repartía manillas a los conductores de los carros que pasaban al lado. Y la mayoría, aunque eran ajenos a la manifestación proselitista, bajaban el vidrio para recibirle con agrado. La escena recordaba esos números de las encuestas a los que se aferran en la campaña de la Coalición Colombia: que Fajardo, pese a ir de tercero en la intención de voto, es el candidato con la menor imagen desfavorable y, por lo mismo, dicen en su análisis, es el que puede vencer a la derecha en la segunda vuelta.

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Según el último registro de Invamer, solo el 3,7 por ciento de los consultados no votaría nunca por Fajardo, mientras que el 37 por ciento dice que no apoyaría a Petro y el 25,7 por ciento a Duque. Entre todos los candidatos, el exgobernador de Antioquia y exalcalde de Medellín es el que mejor librado sale en ese índice. En general, es un candidato que tiene simpatía en la mayoría de sectores.

A las 12 en punto, la marcha llegó a Maloka, un lugar símbolo de la educación y la ciencia, dos pilares del discurso fajardista. Allí los esperaba una puerta pintada, echa sobre cartón. "Todo este recorrido, todos estos años, todo estos esfuerzos para llegar hasta acá a abrir la puerta de las oportunidades en Colombia. Nosotros vamos a construir, no a destruir. Vamos a sacar lo mejor de las personas, de las comunidades. Se puede, vamos pa‘ adentro", dijo el candidato en unas breves palabras que fueron su último discurso público de campaña.

Fajardo y Claudia López abrieron la puerta y entraron, secundados por Mockus y Robledo. Justo en ese momento comenzó a caer una lluvia suave.