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Las condiciones en que ocurrió el crimen de la estudiante de ciencias políticas y el hecho de que la joven fuera reconocida también por su labor como porrista del equipo Millonarios generaron solidaridad y una oleada de indignación pidiendo justicia. | Foto: Foto de la derecha: Benigno Muñoz - La Cariñosa

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En libertad acusado por crimen de porrista de Millonarios

Un juez determinó que la Fiscalía dejó vencer los términos y ordenó la excarcelación del único capturado por ese asesinato que conmovió el país.

18 de febrero de 2019

En la mañana de este lunes, el juzgado 2 de garantías de Paloquemao adoptó una decisión que ha causado polémica. Ordenó dejar en libertad a Hugo Zabaleta, el único capturado por el asesinato de Luisa Fernanda Ovalle, en noviembre de 2013. La razón fue indignante: vencimiento de términos.

Según la decisión del togado, pasaron más de 120 días desde que este hombre fue capturado sin que la Fiscalía presentara las pruebas suficientes para mantenerlo detenido en una cárcel.

El crimen de la joven ha conmovido al país. Las condiciones en que ocurrió el crimen de la estudiante de ciencias políticas y el hecho de que la joven fuera reconocida también por su labor como porrista del equipo Millonarios generaron solidaridad y una oleada de indignación pidiendo justicia. Incluso las autoridades distritales ofrecieron una millonaria recompensa para aquellos que ayudaran con el caso.

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El pasado dos de agosto la fiscalía anunció la captura de Zabaleta en el centro de Bogotá, señalándolo como presunto responsable de asesinar a la joven Ovalle utilizando un arma blanca. Dentro de las primeras pruebas presentadas por la Fiscalía se mencionó un video del parque donde desapareció la joven y un testigo. Sin embargo, el tiempo pasó y la Fiscalía no aportó nuevos elementos, mientras que la defensa logró que el juez aceptara sus argumentos al cuestionar al testigo y los videos, afirmando, entre otras, que Zabaleta no se veía en ellos y sólo se apreciaba una figura borrosa de un hombre.

Aunque Zabaleta continúa vinculado al proceso, el caso sufre un revés que tiene desconcertados a familiares y amigos de la joven que no entienden cómo se vencieron los términos de un asesinato que ocurrió hace más de cuatro años. 

El asesinato

El sábado 30 de noviembre de 2013,  Luisa Fernanda Ovalle se dirigía de regreso hacía su casa en Castilla, suroccidente de la capital, después de haber participado en un evento como impulsadora en el 20 de julio.

La joven, que era porrista de Millonarios y estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad San Buenaventura, fue atacada con arma blanca a escasos 100 metros de la entrada a su casa por un hombre con el que había discutido.

El individuo le propinó seis puñaladas a la estudiante de 18 años, que le ocasionaron la muerte. Desde ese momento las autoridades concluyeron que era un conocido de la víctima porque según su familia fue hallada con todos sus objetos personales.

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La Policía compiló más de 35 videos del sector en los que aparecía el sujeto, en los que se veía su recorrido y su vestimenta pero no había una imagen clara de su cara por lo que se dificultó su búsqueda.  

De las imágenes se pudo establecer que el hombre medía entre 1,70 y 1,80 metros. Además se concluyó que estaba acompañado por tres personas, cuya identidad tampoco se pudo determinar.

“Él llega al parque con dos personas y posteriormente llega otra para hablar con ellos. Se reúnen en un lugar donde se pierde el video, pero después en otro se ve cuando él sale solo hacia donde comete el asesinato de mi sobrina y los otros tres se dispersan”, manifestó Héctor Chávez, tío de Luisa Fernanda Ovalle.

En noviembre de 2014, la Policía ofreció una recompensa de 70 millones de pesos pero ni de esta forma se consiguió nueva información que sirviera para resolver el caso. 

Ante la imposibilidad de conseguir material probatorio, la Policía acudió a la ayuda del FBI  en 2015 para que esta agencia estadounidense  estudiara todas las pruebas, incluyendo el cuchillo y una chaqueta, y de esta manera encontrar al culpable de la muerte de la joven.

"El problema es que hasta el momento no tenemos la tecnología de punta para analizar bien los videos en los que aparece el presunto asesino de la joven porrista", expresó el general Humberto Guatibonza, comandante de la Policia de Bogotá en esa época. 

Pero ni siquiera el FBI, con toda su experticia, pudo ayudar en el complejo caso de Luisa Fernanda y devolvió la chaqueta que ya no tenía huellas por el efecto del agua. 

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La aparición de un nuevo testigo se convertiría en la clave para hallar al culpable porque estaba en el parque detrás de un árbol y vio todo. Después de varios años las autoridades lograron contactarlo y lo describió; hasta que lograron dar con él, luego de hacer labores de reconocimiento por todo el barrio y preguntando a los vecinos si conocían a alguien con las características señaladas por el declarante.

Cinco años después del lamentable hecho, el presunto autor del asesinato fue capturado por la Sijin de la Policía de Bogotá. En agosto de 2018, Hugo Alejandro Zabaleta fue presentado ante un juez de garantías y le fueron imputados cargos por homicidio agravado. La Fiscalía entregó una reconstrucción de los hechos basada en el reconocimiento fotográfico de un testigo que fue clave para la captura. Además presentó información detallada de entrevistas con personas que habrían presenciado el crimen. 

El ente investigador le comunicó a Zabaleta que el proceso iniciará con una imputación por homicidio agravado en calidad de autor. Al parecer, el delito fue cometido mientras la joven llegaba a su residencia en el barrio Castilla y en ese momento llevaba consigo equipos móviles de una empresa de telefonía de la que era promotora. 

Según el relato de la Fiscalía, Ovalle se habría aferrado a los equipos que no le pertenecían y esto habría causado que el autor del crimen la atacara. De acuerdo con los detalles presentados por el ente investigador, el agresor llevaba un saco que fue encontrado en el lugar del asesinato junto con un arma cortopunzante. Basados en la entrevista ofrecida por uno de los testigos más importantes en la investigación, la joven habría forcejeado con el atacante antes de recibir seis impactos con un puñal.

El análisis forense de las heridas recibidas por la joven determinó que algunas de estas eran de carácter defensivo. A Ovalle la habrían observado pedir ayuda mientras gritaba, lloraba y era sacudida por el agresor. La estudiante pedía desesperadamente a su atacante que la soltara, según el relato de un testigo que se encontraba en ese momento debajo de un caño.

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“El muchacho la cogió del cabello, la tiró al suelo y sacó el cuchillo de la pretina del pantalón con la mano derecha, le puso la otra mano en el pecho y le lanzaba con el cuchillo tres veces”, narró el testigo.  Según este relato, Ovalle se defendía con su mano.

En una investigación inicial, las autoridades habrían descartado que se tratara de un robo porque su familia aseguró que junto a Ovalle estaban todas sus pertenencias. Sin embargo, de acuerdo con la Fiscalía, el agresor huyó del lugar sin tomar ningún elemento de la víctima porque escuchó las voces de auxilio de la comunidad que presenciaba el ataque.