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Sergio Fajardo hoy dicta clases en la Universidad de Berkeley. Pero en las próximas semanas llegará al país para ponerse al frente de la campaña a alcaldías y gobernaciones. | Foto: David Estrada Larrañeta

POLÍTICA

¿En qué anda Fajardo?

Sergio Fajardo busca jugar duro en las próximas elecciones locales y regionales. Así avanza en la primera etapa de su carrera a la presidencia en 2022.

9 de marzo de 2019

En mayo de 2018, Sergio Fajardo obtuvo una votación inesperada. A pesar de que la campaña presidencial se radicalizó entre el uribismo y la izquierda, el candidato antioqueño sorprendió en las urnas. Contrario a lo que pronosticaron las últimas encuestas publicadas, logró 4.600.000 votos que lo dejaron en el tercer puesto, separado apenas por 300.000 votos del segundo lugar de Gustavo Petro.

En varias entrevistas previas, el candidato había dejado entrever que sentía 2018 como su gran oportunidad para llegar a la presidencia. El tema de la lucha anticorrupción copó la agenda de campaña, y el rechazo a la política tradicional generó un ambiente político para el triunfo de un candidato independiente. La radicalización de la derecha y de la izquierda le planteó a muchos la necesidad de construir una opción tranquila, no polarizante, de centro.

Ante su derrota, Fajardo inicialmente fue escéptico sobre la posibilidad de volver al ruedo. Pero la alta votación, sumada a las expectativas de miles de seguidores que en redes reprodujeron su lema de campaña –“Se puede”–, lo llevaron a decidir pronto volverse a lanzar. “Es muy probable que yo vuelva a ser candidato”, confirmó en Semana en vivo a comienzos de este año.

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Hacer la campaña que Fajardo quiere, básicamente similar a la última presidencial, requiere tiempo. Siempre que se ha lanzado, ha recorrido el país a pie. También ha sido consistente en la idea de formar un partido propio, Compromiso Ciudadano, que hasta ahora ha funcionado sin personería en el ámbito nacional. Si bien parlamentarios destacados como el senador Iván Marulanda y la representante Catalina Ortiz han militado desde hace años en sus ligas, en 2018 ganaron sus curules inscritos por la Alianza Verde.

La estrategia que viene impulsando Fajardo para construir su partido tiene dos ejes. El primero, construir una escuela de formación política que le dé un carácter orgánico a sus bases. El exgobernador de Antioquia insiste en que es fundamental que la gente que hace política como él, “de una manera diferente y decente”, se organice. Resulta probable que la escuela, que inicialmente tiene un carácter académico, convierta su primera cohorte de estudiantes –hay 500– en una estructura política inicial que trabaje de cara a la campaña de 2022.

Fajardo viene trabajando también en preparar a su partido para competir en las elecciones locales de octubre. Apuesta por que Compromiso Ciudadano tenga candidatos en diferentes regiones y en las ciudades principales. Su equipo insiste que los escogen de manera participativa, a través de los consejos departamentales de Compromiso Ciudadano, los cuales envían nombres a otra instancia –el Consejo Nacional—y este toma la decisión final.

Anunciaron un primer grupo de candidatos hace más de una semana en varias ciudades y departamentos. El exdirector de Idea y exsecretario de Desarrollo Social de Medellín, Mauricio Pérez, aspirará a la Gobernación de Antioquia; los líderes empresariales Alejandro Éder y Claudia Fadul, a las alcaldías de Cali y Cartagena; Alejandro Vallejo, a Manizales; Walter Lacharme, a Villavicencio; Santiago Zambrano y Joaquín Olmedo competirán para ser aspirantes en Popayán. Por otro lado, Alejandro García será el candidato a la Alcaldía de Pereira y Germán Escobar a la Gobernación de Cundinamarca, Juan Diego Castrillón a la del Cauca, y Álvaro Muriel a la del Quindío. La mayoría conoce a Fajardo de tiempo atrás y ha sido de su cuerda política.

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Hasta ahora todos esos candidatos se inscribirán por firmas. Por eso, diferentes sectores de los llamados “alternativos” se preguntan si Fajardo estará dispuesto a hacer alianzas basadas en ideologías e identidades. Muchos ámbitos del mundo político reconocen al candidato por trabajar en solitario. Si bien tiene capacidad para construir sus propios equipos, algunos consideran que no le gusta aliarse con otras fuerzas políticas, así tenga identidades ideológicas semejantes. Eso sucedió en la campaña pasada y determinó un hito en la dinámica electoral. En ese momento el entonces candidato Humberto de la Calle le pidió a Fajardo medirse en una consulta o hacer una alianza para llegar a una aspiración única. “Mi única alianza es con la ciudadanía”, dijo cada vez que alguien le preguntaba sobre un eventual acuerdo.

A eso se suma su decisión, respetable, de votar en blanco en la segunda vuelta. Cuando eso sucedió, aseguró que ese voto salvaguardaría su independencia. Miles de tuiteros, sobre todo del lado petrista, lo responsabilizaron del triunfo de Duque en primera vuelta. Otros, más moderados, dijeron que habría logrado los 300.000 votos que le faltaron para llegar a la segunda si hubiera hecho la alianza con De la Calle. 

La pregunta sobre lo que representará su vocación de independencia de cara a las locales y a las regionales tiene que ver con lo que ocurrió en Cali hace unas semanas. En esa ciudad, Fajardo decidió apoyar para la alcaldía a Alejandro Éder, mientras la Alianza Verde apoyará a Jorge Iván Ospina, quien ya fue alcalde y senador por ese partido. Muchos interpretaron esa divergencia como la ruptura de la Coalición Colombia, que Fajardo y los verdes hicieron en la presidencial. La misma que permitió que el Polo, Compromiso Ciudadano y la Alianza Verde apoyaran la candidatura del exgobernador de Antioquia sin necesidad de hacer encuestas o consultas previas.

En Cali Fajardo se distanció de los verdes al apoyar al candidato Alejandro Éder.

“Fajardo nunca ha aprendido a jugar en equipo”, asegura un representante a la Cámara de la Alianza Verde, al mostrar su malestar por lo sucedido en Cali. Sin embargo, varias personas de Compromiso Ciudadano le aseguraron a SEMANA que no es falta de solidaridad, sino que, según consideran, esta coalición existió para la elección pasada. A eso se suma el hecho de que Ospina siempre apoyó a Gustavo Petro durante la elección anterior.

También surge el interrogante sobre lo que hará Fajardo en Bogotá, donde obtuvo la mayoría de sus votos. Por ahora, su partido ha decidido no participar en consultas interpartidistas, sino buscar alianzas después de que estas tengan lugar en mayo. Se asume que apoyará a quien salga nominado por los verdes entre Claudia López y Antonio Navarro. Ellos también han defendido las banderas anticorrupción y fueron sus leales escuderos hace un año. Sin embargo, es predecible que ese apoyo no se haga explícito antes de que los verdes anuncien su candidato después de una encuesta que publicarán en abril.

En el mundo político, nadie tiene claro a quién apoyará en Bogotá.

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En Compromiso Ciudadano hay quienes aseguran que, en principio, a Fajardo no le convendría estar en la misma orilla que Petro si este se la juega por algún candidato –como Jorge Rojas, su exsecretario de Integración Social– en una consulta interpartidista con los verdes y el Polo. Aseguran que eso sacaría a su jefe del centro político. Sin embargo, varias fuentes cercanas al exgobernador le dijeron a SEMANA que él está casi decidido a apoyar a quien salga elegido candidato de la encuesta verde. No se descarta que en Bogotá y otras ciudades Fajardo tenga candidatos al Concejo en las listas de los verdes.

Entretanto, Fajardo se ha mantenido con un altísima imagen favorable, como se vio en la reciente medición de Gallup, en la que obtuvo el 55 por ciento en ese rubro. Y por ahora se encargará de ir lanzando nuevos nombres para apoyar en los comicios regionales. Él mismo asocia su ejercicio político con una carrera ciclística de montaña, y ya busca superar la primera etapa.