ENTREVISTA

“Ramos puede ser la carta ganadora del uribismo”: Juan Carlos Vélez

Siete meses después del escándalo de sus declaraciones tras la victoria del No en el plebiscito, Juan Carlos Vélez habló con SEMANA sobre lo que vivió, la coyuntura política actual y la próxima campaña presidencial.

27 de mayo de 2017

SEMANA:Usted se volvió famoso por la entrevista que le dio a ‘La República’, la cual fue leída como una abierta confesión de que el plebiscito se había ganado a punta de mentiras. ¿Se arrepiente de lo que dijo?

JUAN CARLOS VELEZ: No. Esa interpretación es distorsionada y descontextualizada. Yo desde el primer momento fui enfático en afirmar que en la campaña del No nunca se dijeron mentiras. Lo que hubo fue una estrategia de segmentación comunicacional que es lo normal en cualquier campaña. Pero el triunfo nos lo dieron los argumentos: impunidad, curules, salarios a criminales, desmovilizados rearmados por el Estado, entrega de la justicia y una cantidad de prebendas para las Farc que hoy estamos viendo; todo a cambio de demasiado poco, porque paz no hay.

SEMANA: Si usted considera que fue descontextualizado, ¿por qué no le reclamó al medio?

J.C.V.: En varios medios y en un comunicado expliqué claramente que fui descontextualizado. Lo que nunca calculé fue que algunos miembros de mi propio partido se encargarían de satanizar la entrevista sin siquiera considerar mis aclaraciones.

SEMANA: ¿Lo dejó solo el partido? ¿Uribe le dio la espalda?

J.C.V.: El partido es una cosa y Uribe es otra. Mi relación con el expresidente es de admiración y amistad. El partido es un universo más complejo porque confluyen muchos matices ideológicos, intereses y mezquindades. Con la base mi relación está intacta, pero algunos se valieron de la entrevista para sacarme del camino.

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SEMANA: Hablemos de nombres. Alicia Arango, Iván Duque, Ernesto Macías y otros fueron muy duros con usted. ¿Cree que lo que dijeron lo hicieron sin la aprobación de Uribe?

J.C.V.: El senador Duque se equivocó en las declaraciones que dio. Maltratar a un compañero de brega es mal ejemplo. Utilizó mis declaraciones a La República para ganar puntos. Aprecio sinceramente a Alicia, creo que la desinformaron. Ella pertenece, como yo, al núcleo vital del uribismo, donde pocos la han valorado en su dimensión; sería bueno que la senadora fuera ella. Y Macías es un accidente; cuando demuestre que es capaz de sacar votos propios tendrá autoridad para descalificar, mientras tanto que siga prendiendo velas.

SEMANA: El tema del momento son las candidaturas presidenciales. Qué opinión tiene de los precandidatos del Centro Democrático, pues al fin y al cabo, usted hubiera podido ser uno si no lo sacan del ‘ring’…

J.C.V.: María del Rosario Guerra es una mujer preparada e intachable con vena política. Hay que reconocer que Iván Duque es una promesa del partido, buen senador, estudioso y serio. Esperemos que el tiempo haga de él un líder prudente, pues puede llegar muy lejos. Carlos Holmes Trujillo es un hombre probado. 45 años de servicio público sin tacha. Tiene más experiencia que los otros, es un colombiano ejemplar y sería un gran presidente. Rafael Nieto representa un nuevo estilo político, culto y sencillo. Si no se concreta su candidatura, podría ser un gran senador.

SEMANA: Pero el hecho es que ninguno ha despegado según las encuestas, y es por eso que se está hablando de Luis Alfredo Ramos a pesar de que este es de origen conservador. ¿Le ve posibilidades?

J.C.V.: Muchas. Luis Alfredo Ramos sería, en pocas palabras, la carta ganadora del Centro Democrático. Cuenta con el apoyo no solo de nuestro partido, sino también con el del conservatismo en un momento en que se requieren coaliciones. Estoy convencido de que su situación judicial se resolverá favorablemente.

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SEMANA: ¿Y cómo hará Uribe para jugársela por Ramos sin herir a todos los demás, que se la han jugado por él?

J.C.V.: En política lo importante es el triunfo, y el olfato político de Uribe es muy desarrollado. Él no se va a equivocar en eso. Ramos, por mil razones, puede unir a todos los sectores del No y ganar la Presidencia.

SEMANA: Asumiendo que eso sea así, ¿para usted quiénes tienen posibilidades de llegar a la segunda vuelta?

J.C.V.: El próximo presidente está entre el candidato del Centro Democrático, Germán Vargas y Sergio Fajardo. Y creo que vale la pena tender puentes con Vargas Lleras con miras a una posible alianza en segunda vuelta.

SEMANA: En esa troika que usted proyecta no queda ningún candidato que defienda el proceso de paz.

J.C.V.: El problema de la paz es que Santos decidió pactar con un sector y desconoció al resto, que según las encuestas es mayoría. El próximo gobierno lo presidirá quien logre interpretar a esa inmensa mayoría.

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SEMANA: Y a todas estas, ¿usted está adentro o por fuera del Centro Democrático?

J.C.V.: Yo no llegué al uribismo pidiendo, sino aportando. Fui senador de La U y decidí no volver a aspirar al Senado porque, para no caer en doble militancia, habría tenido que lanzarme por ese partido. Para entonces yo ya estaba comprometido con Uribe, con quien siempre he coincidido sobre el modelo de Estado y sociedad que Colombia debe tener.

SEMANA: Pero después del escándalo de sus declaraciones en el diario ‘La República’, usted había presentado una renuncia que fue interpretada como si a usted lo hubieran expulsado.

J.C.V.: A uno no lo pueden expulsar de sus convicciones.

SEMANA: ¿Está pidiendo pista ahora que vienen las elecciones? ¿Aspira a algún cargo?

J.C.V.: No estoy pidiendo nada, mi destino en lo público depende de la gente, de los ciudadanos del común y de que consideren útil mi liderazgo. Yo soy marinero de alta mar, tengo resultados reales: 236.000 votos a la Alcaldía de Medellín demuestran mi trabajo. Cuando el partido eche sus naves a la mar, si mi experiencia es útil, estaré listo.