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Este es Ariel Josué Martínez, el hombre capturado que podrá regresar de nuevo a su vida.

JUSTICIA

El final feliz del cuento del carpintero encarcelado

EE. UU. retiró la solicitud de extradición contra Ariel Josué Martínez. Él anuncia una millonaria demanda.

10 de septiembre de 2014

La increíble y angustiante historia del humilde carpintero Ariel Josué Martínez, quien tuvo un pie en Estados Unidos acusado de liderar una compleja organización dedicada al narcotráfico, tuvo un desenlace feliz: la justicia de ese país retiró la solicitud de extradición. Ahora, él queda libre y no sólo eso sino que ya está recibiendo ayuda legal para poner una millonaria demanda a la superpotencia por los daños personales causados.

Martínez, un carpintero que niega ser el capo que lavó dinero a través de una sofisticada red que utilizaba el ciberespacio para hacer sus fechorías, quiere, además, aprender a encender un computador porque esa fue su mayor defensa: “Yo no sé prender un aparato de esos”.

Su caso conmovió a la Iglesia, a sus coterráneos de San Vicente del Caguán (Caquetá), e incluso a la Fiscalía General de la Nación que siempre alegaron su inocencia. Este miércoles era un día crucial para él porque en camino ya estaba un avión de la DEA que lo llevaría a una corte de Estados Unidos ya que la solicitud tenía incluso la firma del presidente de la República, Juan Manuel Santos.

Antes de conocer la buena noticia, él ofreció su desgarrador testimonio: “Pagar por una cosa que ni siquiera se le ha pasado a uno por la cabeza es muy difícil. Me da mucho temor de mi familia, especialmente de mi niña, pues no sé cómo sea la vida de ellos conmigo lejos”.

Para la Corte Suprema de Justicia colombiana, Martínez debía responder ante un juez en Florida, EE. UU., por lavar dinero de la mafia a través medios electrónicos en 2008 y 2009. Pero él aseguró siempre que si no sabe encender un computador cómo va a tener correos electrónicos y, además, reveló que la única cuenta que ha manejado en su vida es la del Banco Agrario, donde tiene el dinero de su depósito de carpintería. Su socio y él ganan cada uno 800.000 pesos mensuales.

Este caso se presentó aparentemente por una suplantación de identidad, pues la cuenta desde donde se manejaban los millones de dólares fue abierta en Bogotá y las únicas veces que Martínez ha visitado la capital habían sido en el 2006, en el 2011 y ahora cuando lo trajeron al patio de extraditables de la cárcel de La Picota, en donde de verdad hay varios peces gordos del narcotráfico a quienes, incluso, conmovió su historia.


El carpintero pasó casi seis meses preso por un error de las autoridades de Estados Unidos. Durante ese tiempo, él y su abogado pidieron la revisión de las pruebas que supuestamente lo incriminaban pero no tuvo éxito hasta este miércoles.

El presidente Juan Manuel Santos ya había firmado su extradición. La pesadilla parecía que se cumpliría pero después de las múltiples protestas de los habitantes de San Vicente del Cagúan que lo conocían y de mostrar las inconsistencias del caso, la embajada de EE. UU. le envió a la Fiscalía la notificación de retirar el pedido de extradición. 

De esta manera, terminó la angustia de Martínez, quien salió de La Picota con un nuevo propósito: demandar al Estado por los injustos meses de prisión.