entrevista

“No me arrepiento de nada”: habla en exclusiva, por primera vez, mayor capturado por muerte de Brayan Niño

El mayor de la Policía, Javier Arenas, detenido por su presunta responsabilidad en la muerte del joven Brayan Niño en Madrid, Cundinamarca, habló con SEMANA de lo sucedido explicando que obedeció el protocolo. Su familia pide que se sepa la verdad.

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15 de mayo de 2021, 4:57 a. m.
| Foto: cortesía semana.com / león darío peláez-semana

El pasado primero de mayo de este año, Brayan Fernando Niño, un joven de 24 años, amante del fútbol, con un hijo y mucho inconformismo en el corazón, salió de su casa en Madrid, Cundinamarca. El plan era uno solo: participar de las manifestaciones del paro nacional. Desde temprano le preguntó a su hermana Marlin, cuatro años menor que él, quien hace parte del Comité del Paro en ese municipio, cuáles eran las rutas para participar en la protesta. Brayan salió a las calles y las marchas avanzaban con normalidad.

En un momento, su hermana fue a traer un canelazo para repartirles a los manifestantes. Esa fue la última vez que lo vio con vida. A las cuatro de la tarde, la manifestación ya era masiva. Arengas, bailes, pancartas, el sonido de los pitos y los tambores se tomaron la glorieta de ingreso al municipio. Al caer la noche, el grupo grande se dispersó hasta llegar a un punto del denominado peaje El Corzo.

Ahí, la calma se convirtió en caos y los manifestantes se enfrentaron contra los policías de la estación de El Sosiego que estaban apostados en el lugar. Mientras tanto, el alcalde Andrés Tovar, visiblemente agitado, transmitía en Facebook lo que estaba ocurriendo: “En este momento están agrediendo a los policías. Les pedimos a todas las personas que se están manifestando que se vayan; a quienes están en el barrio El Sosiego que se queden en casa. Hay más de 150 personas que se fueron a la estación de Policía; el Esmad ya viene para acá”. A pocos metros, desde la estación de El Sosiego, los policías atrincherados pedían ayuda por el radio de comunicación.

Minutos después, una tanqueta del Esmad hizo presencia en el lugar. Lanzaban gases lacrimógenos y algunos manifestantes respondían con piedras contra los agentes, haciéndolos retroceder. Según testigos, eran aproximadamente 200 manifestantes sobre la calle 7 con carrera 21, justo debajo de un puente peatonal, contra un grupo de no más de 50 agentes del Esmad. Vino la tragedia.

El eco de un impacto retumbó en el lugar. Brayan Niño, quien estaba en el grupo de manifestantes, cayó al suelo tras recibir el impacto en el ojo derecho. Sus amigos se abrieron paso entre el espeso humo gritando: “Le dieron, le dieron, marica”. Después de 25 minutos, Brayan estaba muerto. En la tanqueta desde la cual salió el impacto había un oficial. El mayor Javier Arenas, quien después fue capturado por lo ocurrido.

SEMANA logró hablar en exclusiva con el oficial Arenas sobre lo que pasó esa trágica noche. ¿Le apuntó o no a Brayan? ¿Por qué? ¿Siguió el protocolo? Estas son algunas de las preguntas que giran alrededor de la tragedia.

SEMANA: ¿Qué pasó esa noche?

Mayor J Arenas: Ese día, varios grupos de personas estuvieron realizando bloqueos de vías y actos de violencia que afectaron la convivencia y la seguridad en el municipio. Hubo concentraciones pacíficas en las que no fue necesaria la intervención policial. El problema es que, esa noche, un gran de número de ciudadanos atacaron de forma violenta la estación de Policía y pusieron en riesgo la vida de los uniformados. Ellos no estaban entrenados ni contaban con los medios para defenderse de la turba. Hubo llamados de auxilio de los policías por la central de radio. Se nos ordenó hacer presencia en el sitio para salvaguardar la vida de esos uniformados y, sobre todo, de los ciudadanos que habitan cerca a la estación. La intervención y el despliegue de fuerza se dan como respuesta a actos de vandalismo.

SEMANA: ¿Cuál es el protocolo en este caso? Porque, evidentemente, el impacto en el ojo de Brayan termina causándole la muerte...

J.A.: Hubo alteraciones de convivencia que se presentaron por hechos de violencia. En un momento me ordenan ingresar al grupo especializado. Durante la intervención, se usan los medios autorizados por la ley y los reglamentos de la Policía. La ley nos otorga las atribuciones para el uso de la fuerza cuando se necesita. Aquí se cumplieron todos los parámetros.

SEMANA: La Defensoría señala que Brayan recibió dos impactos de gas lacrimógeno, uno en el pecho y otro en la cabeza, lanzados desde la tanqueta de la Policía. ¿Usted fue quien disparó contra Bryan Niño?

J.A.: Los disparos se hicieron bajo los reglamentos. Lo que sigue es reserva sumarial. Está por establecerse.

SEMANA: ¿Usted recibió entrenamiento para ese tipo de casos? ¿A ustedes les explicaron que se dispara hacia otro lado, pero no contra la gente de manera directa?

J.A.: Claro. Nosotros recibimos ese entrenamiento y en esa capacitación se establecen criterios técnicos tácticos para el uso de elementos y el control de disturbios. El tipo de disparo obedece a cada situación en particular que se esté desarrollando en ese punto específico.

SEMANA: ¿Usted estaba en la tanqueta?

J.A.: Sí señor.

SEMANA: ¿Es normal que un mayor o un oficial vaya en una tanqueta, según los protocolos?

J.A.: Sí, es normal.

SEMANA: ¿Usted escuchó el llamado de los policías que estaban en la estación? ¿Dónde estaba usted y por qué llega a Madrid?

J.A.: Yo estaba en el sector de Cartagenita, en modo preventivo. Cuando se presentan los actos violentos, tuvimos que entrar al municipio. La estación empezó a ser atacada de manera muy violenta. Les repito, estaba en riesgo la vida de los demás compañeros, los uniformados que estaban allí.

SEMANA: ¿Usted se siente responsable de la muerte de Brayan Niño?

J.A.: Yo estaba cumpliendo con mi reglamento.

SEMANA: Pero, oficial, ¿hubo intención de hacer daño a estas personas? El informe de la Defensoría hace un duro cuestionamiento...

J.A.: Eso está por establecerse. Yo estaba en cumplimiento de mi deber legal. No fue mi intención atacar a nadie. A mí me formaron para salvaguardar la vida y honra de la sociedad.

SEMANA: Brayan Niño era un joven de 24 años, su hijo tendrá que crecer sin su papá. Aquí conversamos con la hermana y la situación es muy dolorosa para ellos. ¿Qué le dice usted a la familia de este joven?

J.A.: Es lamentable el resultado. Se lo digo como padre, como hijo. Yo no estoy formado para hacer eso. Sí, es lamentable, pero estoy para servir y proteger la vida de las personas, no para matar a alguien.

SEMANA: ¿Qué le dice su familia? Usted es un miembro de la Policía que tendrá que responder por, presuntamente, ser el responsable de la muerte de este muchacho...

J.A.: Desde que estoy en esta situación no he visto a mi familia. Ellos están muy tristes con este tema. Pero están seguros de la formación que me dieron y de los principios que me inculcaron. Ellos no criaron a una persona para hacer daño y en este momento, tristemente, no he podido verlos. Son de la tercera edad y están muy tristes con lo que me está pasando.

SEMANA: ¿Se arrepiente de algo?

J.A.: De arrepentirme, no señor. No me arrepiento de nada.

SEMANA: ¿Qué piensa usted de las protestas, de lo que está ocurriendo?

J.A.: Lamento no estar con mis compañeros para apoyarlos. Por ejemplo, hace dos semanas intentaron quemar la tanqueta donde yo me movilizaba. Espero que esto se solucione de la mejor manera.