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REFLEXIONES

"Es momento de hallar lo que nos une, no lo que nos separa"

El expresidente de Bancolombia, Carlos Raúl Yepes, hace una conmovedora reflexión sobre la enorme capacidad que tienen los colombianos para ser solidarios ante la adversidad.

3 de abril de 2017

Colombia es un país que, por su misma historia de violencia, de dificultades y de desigualdad, ha aprendido a ser solidario, sensible y generoso. Muchas veces, cuando estamos frente a discusiones que parecen muy importantes, no nos damos cuenta que lo que realmente importa es lo que compartimos como sociedad y como Nación.

En estos momentos, cuando vivimos la tragedia de Mocoa y tocamos la sensibilidad humana, brota la generosidad, el amor por el otro y el respeto. Y aquí es cuando deberíamos hacer un alto en el camino para pensar más en lo que nos une como país y qué es lo que nos separa.

Estas circunstancias dolorosas nos deben despertar la empatía para ser capaces de ponernos en los zapatos del otro, comprender sus sentimientos y la compasión para entender su sufrimiento.

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Las dificultades, la división y la polarización nos hacen parecer como si los colombianos nos hubiéramos vuelto insensibles e indolentes y eso no es así. Por supuesto que tenemos grandes problemas, pero situaciones como la tragedia de Mocoa nos invitan, además de contribuir a aliviar la situación momentánea de las víctimas, a pensar en el largo plazo.

Aprovechemos estos momentos para reflexionar. Para pensar por qué nuestros liderazgos se han opacado. Hemos dejado de creer en nuestros líderes, en las instituciones y en los demás.

Tenemos que hacernos muchas preguntas para encontrar las respuestas. Ojalá, en medio de tragedias como estas pensemos que quien sufre allá es alguien cercano a nosotros.  Eso implica un cambio de mentalidad. Sin pena y sin vergüenza tenemos que volver a hablar de los valores de la sociedad. No olvidemos que, más que colombianos somos una sociedad, una comunidad unida por la historia y la sangre.

Pero no dejemos que sólo nos unan los eventos extraordinarios y las tragedias. Nos debe unir el futuro. ¿Por qué salimos a marchar contra todo? Contra las personas, las instituciones, los gobiernos. Estamos cargados de odio, rabia y venganzas. Qué bueno sería que el país fuera capaz de marchar por la gratitud y el perdón. Por el reencuentro.

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Somos muy rápidos para juzgar a los demás y lentos para corregirnos. En este sentido, más que un acuerdo de paz lo que necesitamos es un acuerdo de reconciliación y convivencia. Basta que seamos capaces de querer el metro cuadrado donde vivimos. Es decir, la familia, mis vecinos, el trabajo y mis amigos.

Ahora que vemos al país unido en torno a los afectados con la tragedia de Mocoa, aprovechemos también para pensar qué nos está pasando. Estamos polarizados y no podemos dejarnos hundir más.

Este país está en medio de una era de grandes posibilidades. Y no podemos renunciar a hacerlas realidad. Este tiene que ser el momento para unirnos. Más allá de las victorias y las derrotas, tenemos que generar liderazgos positivos. Los deportistas lo hacen muy bien. No podemos dejarnos meter pesimismos, aunque estamos llenos de problemas. Decimos que tenemos que hacer una reforma pensional, de salud, de impuestos. Pero se nos olvida la reforma moral.

Pareciera que a muchos les importa más la ‘pistola’ de James que los fusiles de la guerra. Después de amor, la palabra que más me gusta a mí es el respeto. Cuando respetas no matas, ni atentan contra la honra del otro.

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Este país está lleno de talentos. La sociedad puede sacar lo mejor de ella. La bondad y la solidaridad que vemos en este momento. Vamos a reconstruir a Mocoa, pero también a la sociedad colombiana. Tenemos que alcanzar, como decía Álvaro Gómez, un acuerdo sobre lo fundamental.

No todos son malos. Si tenemos esa especial sensibilidad por los demás, como lo estamos demostrando ahora, más allá de alegrías, tragedias y dolor, vamos a encontrar lo que nos une y no los que nos separa.