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| Foto: EFE

CONFLICTO

¿Hasta dónde llegarán los gestos de paz de las FARC?

A las liberaciones de militares secuestrados, y a la tregua unilateral, la guerrilla le añade la intención de desminar el país y poner fin al reclutamiento de menores.

27 de diciembre de 2014

El presidente Juan Manuel Santos cada vez está más convencido de que el 2015 será el año de la paz. Su principal apuesta política ha sido la firma del acuerdo para poner fin al conflicto armado.
Y aunque ha sido muy criticado porque el proceso que su gobierno adelanta con las FARC en La Habana ya superó los dos años (había prometido que se mediría en meses, no en años), el mandatario apuesta porque el próximo año la guerrilla silencie los fusiles.

El optimismo de Santos no es en vano. Si bien en el 2014 las conversaciones se dilataron más de lo previsto, y de alguna manera determinaron el año electoral en el país, este año que termina, en el que el proceso de paz sufrió la mayor crisis en 24 meses, las FARC sumaron varios gestos de paz, o como diría el presidente, “pasos en la dirección correcta”.

La reciente liberación del soldado profesional Carlos barrero, secuestrado hace una semana tras la última emboscada guerrillera contra la fuerza pública de la que se tiene noticia, que tuvo lugar en el departamento del Cauca, se sumó a la de dos soldados en Arauca y a la del general (r) Rubén Darío Alzate y sus acompañantes en el Chocó.

Pese a que en el pasado, los hubieran podido retener por más tiempo, con el argumentó que se tratarían de prisioneros de guerra, sus liberaciones se produjeron en el menor tiempo posible.

Quizás el mayor gesto fue el cese unilateral decretado hace solo una semana. Aunque el presidente Santos lo catalogó como ‘una rosa con espinas’, tanto él como su negociador Humberto de la Calle, lo calificaron como un hecho histórico. Como también el reconocimiento que la guerrilla hizo a las víctimas de la masacre de Bojayá (Chocó), del 2 de mayo de 2002.

Y antes de finalizar el año, Pastor Álape, quien estuvo verificando la liberación del general Alzate, reveló en una entrevista al diario El Colombiano de Medellín, que la guerrilla plantea hacer desminados y desvincular a todos los menores de 15 años, aunque reclama que la Fuerza Pública cese los bombardeos, condición esta última que no será aceptada por el presidente Santos.

Precisamente, esas eran las exigencias que los sectores más críticos al proceso de paz habían reclamado. El cese al fuego unilateral ha sido recibido como un engaño por el uribismo pues lo consideran como un cese al fuego bilateral.

Aún están vigilantes de si la guerrilla incumple con esa tregua. Las Farc completan una semana sin dar motivos aparentes.

Pero no sólo son sectores de la oposición. El propio Santos había sido el primero en reclamar gestos de paz a las FARC y estas han respondido con algunos.

Por lo menos lejos parece aquel lenguaje que generó mucha indignación, ese “quizás, quizás, quizás” de Jesús Santrich cuando con cinismo respondía si algún día la guerrilla le pediría perdón a sus víctimas. Ahora los hechos por lo menos alimentan la ilusión del mandatario, de que en el 2015 sea el año de la firma de la paz.