Condena contra exfuncionarios del DAS queda en firme

Un conjuez de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia dejó en firme la condena de ocho años de cárcel contra Fernando Tabares y Jorge Alberto Lagos, por su participación en los seguimientos ilegales que desde el DAS se hicieron contra magistrados, periodistas y personajes de oposición.

En la sentencia se descartó la petición de la Procuraduría de aumentar la pena a los dos procesados. El ente de control buscaba la modificación del fallo de segunda instancia teniendo en cuenta los agravantes y los pocos años a los que fueron condenados.

Sin embargo, el alto tribunal negó la solicitud para que los dos procesados fueran vinculados los hechos que implicaron el ingreso del excomandante paramilitar ‘Job’ al palacio presidencial, o, como ellos lo llamaban, la 'Casa de Nari'. Dicho episodio no hizo parte de la acusación presentada por la Fiscalía en contra de los dos exfuncionarios quienes terminaron firmaron un preacuerdo con el ente aceptando su responsabilidad en los hechos señalados.

Los procesados, quienes se encuentran privados de la libertad, aceptaron su responsabilidad en la planeación y la ejecución de acciones dirigidas a seguir e interceptar las comunicaciones privadas de magistrados de la Corte Suprema de Justicia, así como a los entonces congresistas Piedad Córdoba Ruiz y Gustavo Petro.

Ambos aceptaron su responsabilidad en los delitos de concierto para delinquir, prevaricato por acción, abuso de autoridad y violación ilícita de comunicaciones. Igualmente se comprometieron a ser testigos en los otros procesos penales y disciplinarios que se adelantan por este escándalo.

Para la Fiscalía, tanto Lagos como Tabares hicieron parte de una “empresa criminal” dirigida a desprestigiar a los opositores del gobierno Uribe y poner en tela de juicio el actuar de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, principalmente el entonces magistrado auxiliar de la Sala Penal del alto tribunal Iván Velásquez, quien adelantaba la mayoría de investigaciones por la denominada ‘parapolítica’.