Guardián de la perla

Fundado a inicios del siglo XX por pescadoras tagangueras, Pescaíto es el barrio popular más emblemático de Santa Marta. En su cancha de fútbol, que hasta hace poco no tenía grama, comenzaron su carrera deportiva jugadores como el Pibe Valderrama, Óscar Bolaño y Oswaldo ‘Pescaíto’ Calero. Sin embargo, en las últimas décadas, el barrio cayó en el olvido y de él se apoderó el abandono y la inseguridad.

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Para Carlos Vives, un apasionado por el fútbol que en sus años de juventud también jugó en la cancha de Pescaíto, ese no podía ser el destino de uno de los barrios más importantes para la identidad de los samarios. Decidido a buscar su renacer, Vives creó en 2015 la fundación Tras la Perla de la América, en alusión al jesuita Antonio Julián, que en el siglo XVIII le puso ese sobrenombre a Santa Marta.

El cantante samario se enfocó, en primer lugar, en recuperar arquitectónicamente a Pescaíto para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y recuperar los lazos de solidaridad y comunales entre ellos. Al poco tiempo, organizaciones privadas, estatales y multilaterales se sumaron a esta obra, y Carlos Vives pensó en algo aún más ambicioso que girara en torno a mejorar la calidad de vida desde un enfoque ambiental.

En ese sentido, Vives lidera la iniciativa de convertir a Santa Marta en una ciudad sostenible, apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Findeter y The Nature Conservancy. Pero el cantante también sabe que la sostenibilidad de una ciudad depende del medioambiente de la región. Por eso, su fundación se centra, además, en conservar la Sierra Nevada y las culturas indígenas que viven allí.

Tras más de tres años, el trabajo y el liderazgo de Carlos Vives han empezado a dar frutos: la recuperación de Pescaíto va por buen camino; han firmado pactos para preservar los ríos Aracataca, Fundación, Gaira, Manzanares y Piedras; y muchas organizaciones de todo tipo se han sumado a estas iniciativas. De esta manera, el intérprete samario hace parte de una generación de líderes que ven en las ciudades sostenibles una forma de mejorar la vida de los colombianos.