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ENTREVISTA

“En paz Ecopetrol iría como un tren”

El presidente de Ecopetrol, Javier Gutiérrez, habla sobre el impacto que tienen los atentados a la infraestructura petrolera, entre otros.

30 de agosto de 2014

SEMANA: En los últimos días ha habido mucho ruido alrededor de Ecopetrol, comenzando por el precio de la acción. ¿Por qué está cayendo?

JAVIER GUTIÉRREZ:
Hay que recordar que 2013 fue un año en el que casi todas las acciones perdieron valor. Pero además, las empresas que cotizan en la Bolsa de Nueva York, como Ecopetrol, sufrieron el efecto de la salida de capitales de toda la región, lo que nos impactó de manera importante. Frente al comportamiento de la acción también debo decir que Ecopetrol sigue teniendo unos fundamentales muy fuertes, aunque entiendo claramente que a la gente le preocupa la disminución de la producción, la vida media de las reservas y los resultados, lo que se ha visto afectado por razones específicas.

SEMANA: El precio del barril, en los últimos años, ha estado alrededor de los 100 dólares, a veces por encima otras por debajo. ¿Por qué con ese nivel las utilidades no se sostienen?

J. G.:
Es una deducción lógica. Cualquiera piensa que crudo a 95 dólares o a 100 es la misma cosa y no lo es. Uno o dos dólares es una gran diferencia. Este año, en los resultados nuestros caímos cinco dólares, es decir, 5 por ciento. Cuando uno tiene unos ingresos al año de 60 billones de pesos, ese 5 por ciento equivale a 3 billones. Variaciones de uno o tres dólares pegan muy duro.

SEMANA: Una crítica que se hace a Ecopetrol es que la vida media de las reservas es de apenas 8,1 años.

J. G.:
Entiendo que la gente diga que 8,1 años es bajo comparado con otras compañías que tienen 13 o 15 años. Pero mire, hace siete años teníamos 1.135 millones de barriles de reservas probados y hoy son 1.972 millones. Hemos crecido más del 70 por ciento. Tenemos pocas reservas, pero todos los años hemos incrementado más de las que nos hemos consumido. Por otro lado, si nos comparamos en otros factores con esas mismas compañías, tenemos que reconocer que Ecopetrol tiene muy buen nivel de desempeño.

SEMANA: ¿Cómo han impactado a Ecopetrol los atentados a la infraestructura?

J. G.:
En el primer semestre, han representado 20.000 barriles diarios menos de producción. Este año nos pasó algo que hacía muchísimo tiempo no sucedía. Hemos tenido dos periodos largos durante los cuales el Oleoducto Caño Limón Coveñas ha estado por fuera. No obstante que en 2013 tuvimos más atentados (138) hubo ciclos que nos permitieron recuperarnos. Pero este año ha sido fatal, aunque en el semestre tuvimos 98 atentados. Entre el 25 de marzo y el 25 de mayo, nos pegaron a la yugular. Además tuvimos problemas con la comunidad de los u’was que nos impidieron entrar a reparar. El primero de mayo pudimos llegar al sitio, pero esa misma tarde hubo otro atentado que nos paró otros 25 días.

SEMANA: ¿Cuánto le cuesta a Ecopetrol la parálisis de bombeo?

J. G.:
Por los atentados se han dejado de producir 6 millones de barriles, que a 100 dólares son 600 millones de dólares, es decir 1,2 billones de pesos.

SEMANA: Ante esta situación, ¿qué estrategias han adoptado para que la pérdida sea menor?

J. G.:
Hemos mejorado nuestra estrategia de relacionamiento de entorno y de seguridad. Trabajamos con las Fuerzas Militares, reforzamos medidas de seguridad, colaboramos con las entidades de apoyo como la Fiscalía para asegurar capturas que es lo que de alguna manera desestimula. En el Oleoducto Bicentenario se implementaron nuevas medidas en su construcción, como el entierro y el reforzamiento del tubo. Pero también hay que entender que atacar un oleoducto no necesitan de gran tecnología, una o dos personas lo hacen. Ahora bien, debo reconocer que con el apoyo y vigilancia más de 100 atentados se han evitado este año.

SEMANA: ¿Usted cree que en paz, todo cambiaría para Ecopetrol?

J. G.:
Indudablemente que sí. Yo diría que hoy no hay restricción para ir a ningún sitio pero la logística sigue siendo muy compleja. Sin los ataques, se facilitaría toda la actividad exploratoria. Hay áreas, como el Caguán, que no son fáciles para entrar. Si estuviéramos en paz, no me cabe la menor duda que la velocidad a la que se movería todo sería otra. Lo cual no quiere decir que no estemos avanzando en las actuales circunstancias. Ecopetrol le apuesta a que con el proceso de paz vamos a generar un entorno mucho más favorable.

SEMANA: ¿Cómo va la refinería de Cartagena?

J. G.:
La refinería como proyecto global está en 95 por ciento y la construcción en 87 por ciento. De 31 unidades se han recibido 12. Esperamos que al final del año estén entregadas para empezar las labores de operación y encendido. El arranque definitivo de la operación comercial estará en un año aproximadamente.

SEMANA: ¿Por qué desde Cusiana y Caño Limón el país no ha hecho un gran hallazgo de crudo?

J. G.:
Sí hemos encontrado. El año pasado anunciamos dos descubrimientos en el departamento del Meta. Uno Caño Sur en un área cercana a Rubiales. Allí declaramos una comercialidad inicial de reservas probadas de 22,4 millones de barriles de crudo y 500 millones de aceite original. Ese es ciento por ciento Ecopetrol. También se declaró la comercialidad en el bloque Acacías con –Talisman– con reservas de 35 millones de barriles de crudo y 1.300 millones de aceite original. Esperamos que en ambos casos, esas declaraciones iniciales puedan aumentar con la actividad que se sigue desarrollando. No estoy diciendo que necesariamente pasará, pero es factible. Descubrimientos como esos dos no se anunciaban en el país desde hace diez años.

SEMANA: ¿Pero la urgencia es encontrar más?

J. G.:
Claro. Todos los años se han estado perforando 100, 120 o 130 pozos. El éxito exploratorio es como alrededor del 40 por ciento. La gran mayoría han sido descubrimientos pequeños, pero han permitido que realmente la producción de los contratos de la Agencia Nacional haya aumentado significativamente. Hay que tener en cuenta que el nuevo ciclo exploratorio todavía es joven. Llevamos apenas unos seis años, lo que quiere decir que se necesita un trabajo adicional. Si uno revisa la historia de los grandes descubrimientos de Colombia estos fueron el resultado de periodos relativamente grandes de exploración.

SEMANA: ¿Usted ve buenas perspectivas?

J. G.:
Si uno observa las perspectivas Colombia puede ver que en las áreas tradicionales todavía hay posibilidades de encontrar, como el Meta, los Llanos Orientales, el Piedemonte, el Caguán y una región que está comenzando como el Putumayo y el Magdalena Medio. En cuanto a los off shore (en el Caribe) en la ronda reciente vimos jugadores importantes que han tomado presencia. Y tenemos los no convencionales donde han llegado compañías grandes. Al país se le están ampliando las oportunidades. Antes estábamos concentrados en unas áreas en tierra, hoy hay más. No ha aparecido ese Caño Limón, o Cusiana pero se ha logrado dar sostenimiento cuando se agregan todos los descubrimientos. Las perspectivas se ven muy interesantes. Debo agregar que Ecopetrol está muy bien posicionada, en varios bloques estamos en asociación con varias compañías.

SEMANA: ¿Haber suspendido el trabajo de Star en Quifa no impide que ustedes puedan aplicar esta tecnología en otro pozo?

J. G.:
Es importante anotar que Colombia tiene una gran producción de crudos pesados y el recobro en campos, como esos, es entre el 10 y 15 por ciento, o sea que queda un espacio para subirlo hasta el 40 por ciento. Pacific propuso una tecnología que se probó en el laboratorio y los resultados permitieron llevarlo a campo. Se hizo el piloto en Quifa durante el periodo de prueba 2012- 2013 y cumplido este lapso tuvimos una información muy valiosa y no tenemos compromisos adicionales. Ahora es cierto que cada campo tiene su particularidad. Nosotros venimos trabajando con distintas tecnologías para aumentar el recobro. Hay varios proyectos, algunos ya están funcionando.

SEMANA: Colombia no es un país petrolero, sino un país con petróleo. Lo cual significa que ustedes tienen que buscar crudo en otros países. ¿Qué están haciendo?

J. G.:
Ecopetrol está principalmente concentrado en Colombia, pero también estamos posicionados en el golfo de México donde hay un número importante de bloques. En términos de producción estamos alcanzando casi 7.000 barriles. También estamos en Perú donde tenemos la participación en Savia que produce unos 14.000 barriles. Y muy a nivel exploratorio estamos en Brasil con algunos bloques. Recientemente tomamos una participación del 10 por ciento en unos bloques en Angola. Según analistas las cosas de África son interesantes. Si estas apuestas funcionan acá va a haber mucho que hacer.

SEMANA: México abrió su mercado petrolero al capital privado, muchos creen que los que estaban interesados en Colombia se van a buscar oportunidades allá. ¿Eso es bueno o malo?

J. G.:
Yo creo que es relativo. No se puede desconocer que a México quieren ir muchas compañías. Pero este es un sector que cuenta con empresas e inversionistas de diverso tamaño que van donde las condiciones sean propicias, haya garantías y seguridad. No me cabe la menor duda que en el corto plazo, la gente pueda mirar hacia México, pero no van a dejar de ver a Colombia como un país con unas perspectivas tan positivas como las que hoy tenemos.

SEMANA: El contrato de Campo Rubiales revierte en junio de 2016 a Ecopetrol. ¿Se hará alguna negociación con Pacific?

J. G.:
Lo que corresponde a casos como estos es que el operador presente una propuesta formal y concreta para ser analizada y compararla con la alternativa de que Ecopetrol la continúe. En el análisis se mira el beneficio para la Nación y Ecopetrol y se decide por la mejor alternativa. Es una decisión que se debe tomar con anticipación. Estamos a dos años de ello, y claramente se deberá decidir en los próximos meses.

SEMANA: ¿Por qué cree que la gente especula tanto con su reemplazo. ¿Esto le genera alguna presión?

J. G.:
Yo todos los días me levanto y le pongo las mismas ganas y sigo para adelante buscando los objetivos de esta compañía.