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Gabriel Silva Luján, ahora ministro de Defensa, les dio un gran impulso a la caficultura colombiana, a las exportaciones y las tiendas Juan Valdez

GREMIOS

La lucha por 'Mr. Coffee'

El pulso de poder por la gerencia de la Federación de Cafeteros está como para alquilar balcón. Por primera vez en la historia hay una fuerte puja regional entre los grandes y los pequeños cafeteros.

15 de agosto de 2009

La elección del nuevo gerente de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (Federacafé) se da esta vez en un momento muy especial para la industria del grano.

A diferencia de hace siete años, cuando llegó a ese cargo Gabriel Silva Luján -ahora ministro de Defensa-, hoy el sector atraviesa por un buen momento. Gracias a una gran estrategia de alcance internacional, la caficultura del país recuperó la preponderancia de los viejos tiempos, se transformó y creció, después de un período muy crítico y hasta opaco. El café ha tomado un nuevo impulso, entre otras razones, gracias al modelo de valor agregado, instrumentado por Silva, a través de la marca Juan Valdez.

Decidir el nombre del gerente de la Federación Nacional de Cafeteros no es elegir a un dirigente gremial cualquiera. La verdad es que, guste o no, es uno de los cargos del sector privado más apetecidos del país. Maneja el gremio más grande, integrado por 550.000 familias cultivadoras del grano, y lidera las políticas del producto exportador bandera del país y cuarto generador de divisas.

Quienes llegan al cargo lo hacen para quedarse. En 82 años de vida, la Federación sólo ha tenido nueve gerentes generales. La carrera por la elección del número 10 está al rojo vivo. Desde las más apartadas regiones productoras del grano, 90 delegados se alistan para votar en una solemne ceremonia que se realizará en Bogotá el próximo 27 de agosto.

Y ¿quiénes están en esta carrera? Las dos primeras figuras que saltaron a la línea de partida son pesos pesados: Juan Camilo Restrepo, ex ministro de Hacienda, apoyado por el Comité de Antioquia, y Mario Gómez Estrada, uno de los más grandes productores de café, por el Comité de Caldas. Se trata de los departamentos más poderosos, por ser los mayores productores y quienes por años han dominado la dirigencia cafetera gremial.

Pero la semana pasada ocurrió un hecho sin precedentes. Estos dos colosos se unieron y decidieron que sea Restrepo el candidato de ambos departamentos. También adhirieron los comités de Norte de Santander, Boyacá, Quindío y Cundinamarca. En conjunto, estos seis comités representan cerca del 60 por ciento de la caficultura nacional. Pero el grupo de apoyo a Restrepo afirma que otros tres departamentos, Valle, Tolima y Nariño, estudian unirse a su propuesta.

Cualquiera diría que con la talla de semejante candidato, difícilmente habría otro contendor que pudiera hacerle contrapeso. Pero todo indica que no es así de sencillo. En la grilla de partida se colocó Luis Genaro Muñoz, actual gerente (encargado) y quien se desempeña en el área administrativa de la Federación. Sus seguidores afirman que tienen un grupo importante de departamentos que se la jugarán por él y que tendrán los votos suficientes para llevar al congreso nacional.

Un amplio sector del gremio piensa que el ex ministro Restrepo tiene todas las credenciales para ocupar el cargo. Es una figura de reconocida trayectoria dentro de la industria cafetera nacional e internacional. Fue cuatro años representante de Colombia ante la Organización Internacional del Café, (OIC) en Londres; cinco más gerente comercial de la Federación; dos años estuvo en el Comité Nacional, en calidad de ministro de Hacienda, y los últimos siete años ha sido representante del Comité de Antioquia. Son 18 años en esta actividad que le han dado experiencia suficiente.

Pero, como nadie es monedita de oro, hay quienes creen que no es el candidato para suceder a Silva. O mejor dicho, temen que su posición crítica frente a las políticas económicas del gobierno le pueda restar puntos. Restrepo ha sido un contradictor respetuoso, casi académico, de muchas de las decisiones del presidente Uribe. El problema es que los cafeteros siempre han querido un gerente conciliador y amigo del gobierno porque trabaja muy en llave con los ministros de Agricultura, Hacienda, Comercio y Planeación. Incluso, algunos piensan que el gobierno no le daría el aval para el cargo. Sin embargo, se sabe que ya el presidente Uribe ha expresado que no tendría objeción contra su nombre, y que respetaría el consenso que se logre entre los cafeteros.

Hay que decir que el gobierno que también tiene velas en esta elección, por cuenta del Fondo Nacional del Café que administra la Federación, tradicionalmente ha respetado la decisión que toman los productores. Pero su voto se vuelve clave en la escogencia de la terna que presenta el Comité Nacional de Cafeteros al congreso extraordinario, la máxima instancia en la toma de decisiones de los cafeteros. Basta un guiño del Ejecutivo para inclinar la balanza a favor de alguna figura o para vetar algún otro.

Ahora, y ¿qué pasa con Muñoz, el hasta ahora otro candidato? Quienes apoyan su nombre argumentan que es una figura nueva, fresca y que puede garantizar continuidad, porque ha trabajo de la mano de Gabriel Silva desde 2002. Sería un aspirante para romper la hegemonía de los tradicionales poderes regionales, pues es caucano, y por ende representaría la oportunidad para otras regiones que no siempre han sido tenidas en cuenta.

Pero otros piensan que es un candidato de muy bajo perfil y aunque ha trabajado por muchos años en el gremio, en el área administrativa, no es del corazón propiamente de los cultivadores del grano.

Quien ocupe la silla vacante de la gerencia de la Federación tendrá el gran reto de mantener lo que se ha ganado hasta el momento. "Continuidad" es la palabra que más se escucha por los pasillos cafeteros. Pero el sector también tiene grandes desafíos.

Está en marcha la renovación de 600.000 hectáreas de cafetales, un esfuerzo monumental que debe terminar en 2012 y es imprescindible para que Colombia mantenga su participación en el mercado mundial del grano. Es crucial avanzar en la estrategia comercial internacional para consolidar la política de valor agregado con la marca Juan Valdez. Es urgente luchar por la defensa del café de origen para que Colombia siga siendo la marca que quieran tomar los bebedores de café en todo el mundo. Y por supuesto, deberá mantener en alto la confianza de los cultivadores, que son finalmente los que hacen posible que está industria siga viva.

Los próximos días serán decisivos para las aspiraciones. Las fuerzas regionales se medirán y lo único claro hasta ahora es que la contienda estará como para alquilar balcón.