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El escolta de confianza de Eduardo Restrepo Victoria, Robinson Quilombo, le reveló a la Fiscalía los verdaderos archivos secretos de su patrón, entre ellos la lista de bienes que posee a nombre de su familia y de testaferros. Hoy Quilombo está en el Programa de Protección de Testigos

narcotráfico

La otra verdad de ‘El Socio’

SEMANA revela el testimonio del escolta de confianza del narcotraficante Eduardo Restrepo y las negociaciones del capo con los gringos.

12 de agosto de 2006

Hay quienes creen imposible que el país vuelva a sufrir un remezón igual al que se vivió en la época del proceso 8.000 cuando se destapó la penetración del cartel de Cali a todo nivel. Sin embargo, en las últimas semanas, los nervios están otra vez de punta a raíz de la captura, el pasado 25 de julio, de Eduardo Restrepo Victoria, de quien SEMANA habló hace cuatro años como 'El Socio de Ibagué'. Un hombre nacido en Pitalito hace 48 años, pero que se movía en Tolima donde sedujo a una muy buena parte de la sociedad ibaguereña, debido a sus extravagancias a la hora de gastar su dinero.

'El Socio' está en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, Boyacá, negociando con la DEA mientras llega al país su solicitud de extradición a Estados Unidos. Allí les confesó a los agentes federales que es narcotraficante y que tuvo relaciones cercanas con la mayoría de los mafiosos del país. Reconoció sus vínculos de amistad y negocios con importantes políticos, empresarios y policías, su conexión con el cartel de Tijuana en México y entregó detalles del imperio económico que poseía. Les aseguró que estaba dispuesto a contarle todo a la justicia norteamericana después de llegar a un buen acuerdo. Pero cuando le advirtieron que su fortuna, incluidas sus grandes haciendas en Tolima y en el Eje Cafetero, iba a pasar a manos del Estado, no pudo ocultar su tristeza y empezó a llorar.

Pero la fascinación por 'El Socio' no se debe a esa confesión. Ésta se ha generado, en cambio, por informaciones de varios medios de comunicación sobre la existencia de unos archivos secretos que poseía uno de sus antiguos empleados llamado Sergio Disidoro. Este hombre se presentó a la Fiscalía en septiembre del año pasado aduciendo que conocía muy bien a Restrepo porque había sido el conductor de una de sus hijas, Juliana, durante tres años.

Pero ¿qué dijo Disidoro como para generar tanto interés? En su testimonio, el hombre de 26 años no dejó títere con cabeza. Le entregó al fiscal una lista de 146 personas que, según él, figuraban en unas agendas que pertenecían a un ex oficial del Ejército que trabajó para 'El Socio' y que fue asesinado en Ibagué en 2003. Dice que él mismo copió de su puño y letra la lista entre el segundo semestre de 2002 y el primer semestre de 2003. En la lista figuran policías, militares, fiscales, abogados, magistrados, senadores, representantes, sacerdotes, empresarios, capos, personal de la Cancillería, procuradores y modelos. Mejor dicho, Raimundo y todo el mundo.

SEMANA tuvo acceso a las agendas. En ellas se observan tres tipos de letra diferentes. Al indagar sobre su testimonio en la Fiscalía y en los organismos de inteligencia, la conclusión a la que han llegado las autoridades, hasta la fecha, es que se trata de un proceso 'montado' por alguien para desviar la atención del verdadero nivel de corrupción y penetración de 'El Socio' en los sectores políticos, empresariales y sociales de Tolima. Según las autoridades, la lista de Disidoro no es creíble. Ha llamado la atención que en sus declaraciones no recordara muchas fechas y vacilara en varias oportunidades cuando se le preguntó sobre nombres y cargos de las personas que figuran, según él, en la nómina de Restrepo y otras que le distribuían y le organizaban la cocaína. También que su descripción física de Juliana, la hija de Restrepo, y de quien presuntamente era su conductor, no coincide con la realidad. Por eso, la Fiscalía desestimó su testimonio, no lo incluyó en el programa de protección de testigos y lo mandó a la calle.

Con toda esta atención por Disidoro, ha pasado inadvertido para la opinión pública otro testigo, este sí protegido por la Fiscalía. Se trata de Robinson Javier Quilombo Arroyo, un joven nacido hace 21 años en Planadas, Tolima, y que fue reclutado a la fuerza por las Farc cuando tenía apenas 12 años. Después de cuatro años de estar en la guerrilla se voló e ingresó al bloque Tolima de las AUC. Por medio de este grupo paramilitar se volvió escolta de 'El Socio' en 2003. Según las autoridades, conoce al dedillo a Restrepo. Sabe de memoria los nombres de sus esposas, de sus amantes, de sus 13 hijos y detalla la ubicación de cada una de las propiedades de su ex jefe. "Con Lida tiene tres hijos. Una niña, Lupe, de 5 años, es ahijada de Varela... En el barrio Interlaken tiene otro apartamento en donde vive otra de sus mujeres que es modelo. Se llama Sandra y le dicen 'la barbie'...", dicen algunos apartes de sus declaraciones.

También le contó al fiscal de los vínculos de su patrón con políticos "importantes", empresarios, abogados y policías del Tolima. Cuando le preguntaron si durante su labor como escolta observó la presencia de políticos en la finca La Morena o en propiedades de Restrepo, Quilombo contestó: "Yo una vez observé a Gómez Gallo".

No es la primera vez que el nombre del ex presidente del Congreso Luis Humberto Gómez Gallo sale a relucir en investigaciones que adelanta la Fiscalía por presuntos vínculos con 'El Socio'. Sobre ese tema, el político tolimense le dijo a SEMANA: "Mire, en Ibagué todo el mundo sabe quién es ese mafioso. Nunca he sido amigo de ese hombre. Lo conozco desde que era pobre y luego apareció de un momento a otro con un poco de dinero. Él sí se acercó a cuatro o cinco ricos de Ibagué que le abrieron la puerta e iban a sus fiestas. Uno sí los veía por ahí en los sitios nocturnos. Pero cuando él entraba por una puerta, yo salía por la otra, yo le huía, así de sencillo".

El ex senador no es el único mencionado por Quilombo. Le relató a la Fiscalía que el 'Socio' tenía un familiar en la Fuerza Aérea y trabajaba nada más ni nada menos que en inteligencia. "Cuando yo estaba en el bloque Tolima de los paramilitares, el comandante era 'Daniel' y el segundo era 'Fabián'. Ellos tenían conexiones con un cuñado de Eduardo que es oficial de la Fuerza Aérea. Es un coronel que me recogió en un apartamento de Eduardo Restrepo en Bogotá. El le decía dizque el coronel Minero y me llevó al aeropuerto de Catam. Nos fuimos en un avión de inteligencia a Huila, Marquetalia, ubicando unos campamentos de las Farc donde se mantenía 'Alfonso Cano' y alias 'Jerónimo' -dijo en su declaración-. A ese 'man' siempre lo llamaban para que mandara el avión fantasma para cuando tenían enfrentamientos con la guerrilla. Después Eduardo me dijo que ese bloque era de él. Me sacó de ahí, me dio un millón de pesos y me dijo que me comprara ropa en Unicentro y comencé a andar con él en calidad de escolta".

Después describió los negocios del narcotráfico de 'El Socio' y sus conexiones con los capos mexicanos. "Él me contó que vivió un año y medio en México y pasaba la droga a Estados Unidos. Regresó a Colombia y comenzó a traficar con (Wílber) Varela y con Beto Marín. Trabaja con Fernando Santos que es su conexión en México y ellos lo llaman 'El cartel de la lechona', que son tolimenses que trabajan allá con el cartel de Tijuana. Santos estuvo en las fiestas de San Pedro en Ibagué y se casó allá. Estuvo con un rejoneador mexicano de apellido Restrepo.".

Quilombo también reveló los nombres de los policías que en el Tolima, trabajaban para su patrón. "El capitán Saavedra le trajo un día un maletín lleno de dólares que venían de Estados Unidos y que provenía de un cargamento de droga que habían coronado. También llevaba a Eduardo en la patrulla de carreteras hasta Armenia a reunirse con Varela. ..El sargento Lozada, el sargento Lugo, Moreno, Vargas y Espinel, que son también oficiales de El Espinal, les hacían fiestas en la finca La Morena a donde Eduardo les llevaba prostitutas finas. Al coronel Chitiva, que fue comandante de la Policía en el Tolima, lo vi en varias oportunidades en la finca Palma del Río. Trabajaba para Eduardo".

El 2 de julio de 2004 la Dijín allanó las fincas La Morena y Palma del Río, cerca de Ibagué, y encontró un arsenal de armas que el bloque Tolima de las autodefensas le había dado a Restrepo y a sus dos hermanas, quienes fueron capturadas en el operativo. "Había presencia de altos oficiales corruptos de la Policía y justo en el allanamiento fue incautado en uno de los carros de 'El Socio', una chaqueta de un teniente coronel de esa institución", dijo la Fiscalía en su momento.

Dos días después, el 4 de julio, cuatro oficiales salieron de la institución. En su momento la cúpula de la Policía no dio mayores explicaciones sobre esta retirada.

Y al año siguiente, en 2005, el escolta Quilombo decidió contarle todo a la Fiscalía porque supo que lo iban a matar.