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EN PLATA BLANCA

"La prensa de América Latina vive los años dorados"

Jean-François Fogel, periodista francés experto en medios digitales, que dirigió Le Monde.com y asesora al Grupo Prisa y a la televisión estatal francesa, habla del futuro del periodismo en el mundo.

María Jimena Duzán
31 de marzo de 2012

MARÍA JIMENA DUZÁN: ¿Será que todas las conjuras que se hicieron hace 15 años, cuando apareció el mundo digital, sobre la desaparición de los periódicos, de los periodistas, de los medios tradicionales siguen siendo ciertas?

JEAN FRANÇOIS FOGEL: Vamos por partes. Antes de responder tu pregunta yo diría que la prensa entró en el mundo digital pensando que podía salvar su modelo económico, su relación con sus lectores y que el internet era algo que se podía añadir a ese modelo. Pero lo que ahora se ha descubierto es que la relación con los lectores, es decir con el público, cambió por completo, sobre todo desde que aparecieron las redes sociales. Los modelos económicos tradicionales sufrieron un trastorno porque la facturación en el mundo digital es mucho menor a la que se da en los medios tradicionales. La oferta de medios ha sido tan grande en internet que esto afecta el precio y, en muchos casos, como lo hemos visto, el precio es cero.

M.J.D.: ¿O sea que sí es cierto que en poco tiempo seremos una especie en vía de extinción?

J.F.F.: En diciembre de 1994, cuando se creó el primer navegador, el Netscape, surgió la prensa digital. Desde entonces han pasado 15 años y las cosas han cambiado mucho y en muy corto tiempo. Yo diría que se han vivido tres etapas. La primera fue cuando los medios tradicionales pusieron en línea sus contenidos y se vanagloriaban de haber encontrado otro canal de distribución. La segunda etapa fue cuando apareció Google en el año 98 y modificó totalmente el comportamiento de la audiencia. Antes había una oferta de los medios y era el público el que escogía. Con Google el público puede buscar lo que quiera en la red, sin sentarse a esperar a que le ofrezcan nada. Google vuelve a la gente el dueño del juego. La tercera etapa, que es la que más nos ha costado entender, se dio entre 2005 y 2007. Esa etapa es una mezcla de redes sociales en donde está Facebook, Twitter, el teléfono celular –la movilidad aparece– y YouTube, de pronto la palabra retrocede frente a la imagen. Todo esto configura un nuevo paquete que cambia de nuevo el comportamiento de la audiencia. Ahora hay sitios que descubren que el 30 por ciento de sus entradas provienen de Facebook, es decir que viene a través de la recomendación de un amigo.

M.J.D.: ¿En estos 15 años ya se puede decir que el medio más golpeado por internet es la prensa escrita?

J.F.F.: Sí, en efecto. Eso está pasando en Estados Unidos y en Europa, donde todos los grandes periódicos han perdido circulación. Le Monde, por ejemplo, es un diario que estaba en la cumbre de su rentabilidad en el año 2000. Desde entonces, ha ido perdiendo circulación, publicidad e influencia. Tuvo que ser vendido por la cooperativa de periodistas a un accionista, que es un empresario de teléfonos celulares. El País de España, a pesar de que sigue siendo un diario potente a nivel de marca, tuvo que reducir su personal y sus costos. Ese periódico, como todo el Grupo Prisa, fue vendido a un conjunto de accionistas, que a su vez vendieron ya una parte a Carlos Slim.

M.J.D.: ¿Y cómo se explica el caso de un periódico como Bild, de Alemania, que crece mientras los demás decrecen?

J.F.F.: El Bild Zeitung ya era muy exitoso antes de internet y se ha mantenido así desde entonces. Ese es un diario que no solo se lee, sino que se mira. Hay una cierta eficacia en las páginas, con fotos grandes, titulares llamativos, tal y como sucede todavía en Francia con la mayoría de las revistas femeninas que siguen teniendo un gran impacto. Me refiero a Elle, Marie Claire, Femme Actuelle.

M.J.D.: ¿Por qué la situación de la prensa escrita en América Latina no parece ser la misma? Con excepción de los medios en Argentina, en casi toda la región los medios tradicionales siguen creciendo y teniendo influencia.

J.F.F.: La situación en América Latina es distinta a la que viven Europa y Estados Unidos por varias razones. La primera es que en esa región la prensa escrita mantiene su estatus. La clase media quiere tener carro, vacaciones en el exterior y le va bien para su imagen leer un periódico. Hoy en día, el gran diario tradicional ya no es The New York Times, sino el Folha de São Paulo, que es un diario espléndido con cantidades de ediciones, de páginas, que se distribuye a lo largo y ancho del país y que tiene una redacción inmensa y un peso político enorme. Eso nos lleva a decir que la prensa de América Latina vive los años dorados que vivieron en su momento la prensa europea y americana, lo que no significa que al final no termine debilitándose como aquellos.

M.J.D.: ¿Y cuándo comenzará el declive?

J.F.F.: Puede que me equivoque, pero tengo la impresión de que la aparición de los smart phones va a tener un tremendo impacto en América Latina. En las últimas décadas se volvió común ver cómo las familias que vivían en los barrios marginados de las grandes ciudades latinoamericanas no tenían casa propia, pero sí un televisor. Esa era una manera de sentir que pertenecían a la sociedad. Bueno, pues estas familias son las mismas que hoy tienen un celular. Esas personas van a utilizar ese celular como un computador pequeño y van a entrar al mundo digital por esa vía, no comprando una tableta o un computador cuyo precio es muy alto para su bolsillo.

M.J.D.: Después de la prensa escrita, la televisión ha sido el medio más afectado con el mundo digital. ¿En un futuro, la pelea no va a ser entre RCN y Caracol, sino entre YouTube y Google?

J.F.F.: Pues eso me temo. En Francia, por ejemplo, hay una abundancia de canales impresionante. Este año el gobierno va a otorgar seis nuevas licencias de televisión terrestre. La torta no puede crecer mucho y la audiencia se va a repartir entre la televisión y el internet. Pero, además, el modelo económico de la televisión, que es el de conseguir la atención de miles de telespectadores viendo una telenovela o una serie para llevárselos a los anunciantes y lograr que ellos pauten, desaparece. Hoy en día vamos a tener la televisión terrestre, que tiene solo 200.000 personas que la ven o, aun peor, que tiene un programa que va a poner en internet y que puede llegar a ser visto por 200.000 personas pero a lo largo de un mes. Esto hace aún más difícil la consecución de la publicidad y se produce un choque. La segunda razón es que este año, y eso lo sabemos todos los que trabajamos en internet, hay una gran ofensiva de Google TV y de los canales de YouTube. Este último puede sorprendernos diciendo que va a lanzar no un canal, sino 200 microcanales, en donde los que quieran pueden producir los contenidos y utilizar las herramientas de Google. ¡Qué tal!

M.J.D.: ¿Será que el poder que tiene Google sobre nuestras vidas tiene que ver con la profecía orwelliana que nos habla de un mundo controlado por el Gran Hermano?

J.F.F.: Pues mira, el 92 por ciento de los franceses que se conecta a internet lo hace por Google. Hay 23 millones de franceses que tienen una cuenta en Facebook y cada día entran 11 millones. Lo mismo pasa en todos los países.

M.J.D.: ¿Y el periodismo? ¿A dónde van a dar todas las facultades de Periodismo que hay en el mundo?

J.F.F.: Yo creo que hay que entender lo que es el periodismo. Es una voz independiente, que se expresa sobre asuntos públicos de la sociedad y que no lo hace por un interés económico o buscando el resultado propagandístico. Esta voz, si es de calidad y si sabe escuchar a la audiencia y responde a ella, se va a mantener. Si no, está condenado a desparecer. Lo que se ha perdido es el estatus y el privilegio que tenían los medios de comunicación en el que eran considerados un poder al que la gente tenía que escuchar. Hay muchas personas que ya no entran a la red a un sitio de información, sino que esperan a que alguien los envíe a través de Twitter o por Facebook. Ese es mi caso. Yo como periodista entro muy poco a sitios de los medios en internet porque la información me llega por las redes sociales.

M.J.D.: ¿Y cómo ve a los medios colombianos?

J.F.F.: A diferencia de Europa, Colombia va bien económicamente y eso es muy importante. La segunda cosa que se percibe en Colombia es un optimismo que no se siente en Francia ni en Europa. En su país existe la esperanza de que mis hijos van a vivir mejor que yo. En Francia no.

M.J.D.: ¿Así de grave es la crisis europea?

J.F.F.: Así de grave es. Eso también va a afectar a los medios porque limita las posibilidades de inversión. Vamos hacia tiempos de cinismo, de gran temor y no es el momento de un gran debate público. Y esto no es favorable a la prensa.