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LAS MALETAS DE MARTELO

La captura de Luis Murcia revela sus estrechos vínculos de amistad y negocios con el ‘Hombre Marlboro’

5 de octubre de 1998

AVANCE DE LA PRESENTE NOTA. El Juzgado Octavo de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad mediante autos del 27 de marzo y 16 de junio de 2017 declaró la prescripción de la pena dejada de cumplir en el proceso 11001-60-00-000-2015-01376-00 contra Luis Reinaldo Murcia Sierra, según aparece en constancia del 28 de septiembre de 2018.

En los primeros dias de mayo, cuando las autoridades capturaron a Luis Reinaldo Murcia Sierra, tenían la certeza de que le estaban dando un duro golpe a la organización que los narcotraficantes habían montado en Bogotá. Murcia, más conocido en el mundo de la mafia como Martelo, se hizo famoso por sus relaciones con reinas de belleza y modelos. Eso quedó plenamente comprobado el día de su captura, realizada por parte del Cuerpo Élite de la Policía. Martelo fue sorprendido con una hermosa mujer que aspiraba a participar en el reinado nacional de la belleza. Pero en su residencia no solo había álbumes sino que también se encontraron documentos que hoy hacen parte de una investigación que adelanta la Fiscalía, en la que están comprometidos nombres de políticos y amigos cercanos a Martelo. En primer lugar los investigadores comprobaron que un hermano suyo había sido capturado y procesado en Holanda por tráfico de estupefacientes. También descubrieron una ruta de envíos de droga por las Antillas, específicamente por la isla de Aruba, donde también tenía otros negocios. Según las autoridades, Martelo poseía negocios en los antiguos países de la Cortina de Hierro. En la operación ‘Sol’ del DAS había caído su contador y en la ‘Eclipse’ su primo, con 500 kilos de cocaína en Puerto Rico. Los investigadores tenían en claro que Martelo era un hombre de extravagancias y que solía dar regalos muy caros a sus novias y amigos. Así quedó demostrado el día de su captura. En el apartamento fueron hallados tres maletines. En el primero encontraron relojes de oro, pulseras, gargantillas, anillos y collares. Según Martelo, ese maletín era en el que guardaban los regalitos para las mujeres. En el segundo maletín había esferos, plumas de marcas finas, relojes, medallones de oro y libretas de cuero. Murcia aseguró que ahí guardaba los objetos que tenía destinados para sus amigos y socios. También se encontraron varios cheques cuya menor cuantía era de 25 millones de pesos, documentos escritos en ruso y recibos bancarios. Pero el verdadero secreto de Murcia estaba guardado en el tercer maletín. Éste era un poco más grande que los dos anteriores y tenía una clave secreta para abrir. Después de varios intentos de las autoridades, Martelo accedió a abrirlo pero no sin antes hacer una aclaración: “Ese maletín no es mío. No me hago responsable por lo que hay ahí”. El tesoro Lo primero que encontraron los investigadores fue una muda de ropa de hombre talla 40. El dueño era grande y gordo. Justo en ese momento Murcia aclaró que el verdadero propietario del maletín era Samuel Santander Lopesierra, conocido como ‘Hombre Marlboro’. Pero la ropa no le decía mayor cosa a los agentes .. Sin embargo lo que hallaron en el fondo de la maleta sí les aclaró muchas dudas. La primera de ellas, que el hombre de la foto que no habían identificado en los álbumes y que estaba sentado al lado de Martelo y de una señora de edad era el político guajiro Lopesierra. Los agentes que desocuparon el maletín se toparon con otra sorpresa. Esta vez fue un portafolios que contenía los documentos personales del congresista, sus tarjetas de presentación, facturas de compras, fotos para documentos, libretas de teléfonos, un pasaporte de República Dominicana, el periódico The Tribune con el titular en inglés ‘Drug Traffickers want to return to the Caribbean, an official says’ (traficantes de drogas quieren regresar al Caribe), estampitas del Sagrado Corazón, dinero en efectivo y un cuaderno de contabilidad. Aunque el libro de la contabilidad está en manos de la Fiscalía, en la primera revisión que hicieron los investigadores se estableció que se trataba de una agenda con anotaciones en clave y nombres cifrados. En el cuaderno aparecía ‘Martelo’ y un código con el de ‘el senador’. No había más datos. Lo curioso es que en frente de cada uno de ellos estaban anotados grandes aportes de dinero tanto en pesos como en dólares. Los expertos tratan de establecer qué tipo de negocios eran los que Lopesierra llevaba registrados en ese cuaderno. Además por qué razón esos documentos estaban en la casa de Martelo, quien era buscado por las autoridades por el delito de narcotráfico. Lo único claro que quedó esa noche fue que entre Martelo y Lopesierra había una estrecha relación no solo de amistad sino de negocios. Aunque Martelo le había dejado en claro a las autoridades que el maletín y lo que había adentro no era suyo no negó conocer y ser amigo personal de Samuel Santander Lopesierra. Murcia les dijo a los investigadores que desde hacía 10 años tenía una estrecha relación con él y que por aquella época habían participado juntos en un negocio de cigarrillos norteamericanos. Martelo le contó a los investigadores que se veían con cierta frecuencia y sabía que Lopesierra era el representante de la Philip Morris en La Guajira. Pero sus relaciones no fueron sólo comerciales. También en el campo de la política. Martelo colaboró en la campaña del senador y le ayudó a montar una sede en Bogotá _una casa ubicada en el sector de Galerías_. Según sus declaraciones, Martelo señaló que también le había ayudado a Lopesierra con proselitismo político. El más valioso aporte para los investigadores fue cuando Martelo señaló que había colaborado con 30 millones de pesos a la campaña del político guajiro. Todo parece indicar que esto es apenas la punta del iceberg en la investigación que adelanta la Fiscalía contra uno de los hombres más importantes dentro de la organización del narcotráfico en Bogotá. Martelo será el camino que va a conducir no sólo a saber qué otros negocios tuvo con Lopesierra sino con otros políticos. En la medida en que sean descifradas las claves y los códigos de los nombres que están en esas agendas personales, los investigadores están convencidos que una vez más se prenderá el ventilador.