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| Foto: León Darío Peláez

PAZ

Las primeras horas de un cese al fuego histórico

La tregua unilateral e indefinida de las FARC es recibida con expectativa e ilusión por el país.

20 de diciembre de 2014

En medio de los conmovedores sepelios de cinco militares y tres policías muertos en dos emboscadas el viernes, el país observa con expectativa este sábado el cumplimiento de las FARC de cesar sus acciones violentas.

Es la primera vez en más de medio siglo que esta guerrilla ordena a todos sus combatientes a lo largo y ancho de la geografía nacional un alto al fuego “indefinido”.

La decisión se mueve entre dos frentes: los escépticos, que no le creen una palabra a la guerrilla y piensan que se trata de una mera treta; y los optimistas, que incluso pronostican que sí ésta se prolonga en el tiempo y se firma un acuerdo de paz en La Habana, las FARC habrán silenciado para siempre sus fusiles.

El alto el fuego “unilateral” e “indefinido” de las FARC comenzó este sábado en toda Colombia, donde el Gobierno y la sociedad lo recibieron con la esperanza de que sea el primer paso para reducir la intensidad del conflicto.

“Hemos recibido con satisfacción las reacciones constructivas de la gran opinión pública en torno a nuestra decisión de cesar hostilidades de manera unilateral e indefinida con vigilancia nacional e internacional como gesto de desescalamiento del conflicto”, escribió el secretariado del Estado Mayor Central de la guerrilla en un comunicado divulgado en las últimas horas.

La delegación de paz de las FARC declaró el martes en La Habana, al cerrar el último ciclo del año de las negociaciones de paz, que a las 00.01 hora local de este sábado comenzaría el cese unilateral del fuego y de las hostilidades, y la noche del viernes ratificaron esa intención.

“Esta noche a las 00:01 horas entra en vigor el cese al fuego unilateral indefinido por parte de las @FARC_EPaz” escribió esa guerrilla en su cuenta de Twitter.

En las primeras horas de este sábado las autoridades no han informado de acciones guerrilleras, a diferencia de lo ocurrido el viernes, cuando cinco soldados murieron en un enfrentamiento con las FARC en el departamento del Cauca, otros cinco fueron heridos y uno desapareció.

También en Toledo, en Norte de Santander, en la frontera con Venezuela, tres policías fueron abatidos en un ataque que las autoridades presumen fue de las FARC o del ELN.

El presidente Juan Manuel Santos manifestó el jueves que su Gobierno no acepta las condiciones de las FARC para este cese del fuego y de hostilidades indefinido que, según la guerrilla, “debe transformarse en armisticio” y sólo se suspenderá si sus unidades son atacadas por la fuerza pública.

El Gobierno rechaza de plano la posibilidad de un alto el fuego bilateral y considera que una supervisión internacional sólo debe hacerse al final del proceso de paz, cuando esté avanzado el punto del fin del conflicto, el último de la agenda de negociaciones de paz que se celebran en Cuba desde hace dos años.

En su comunicado, las FARC instan a Santos a “acoger sin reticencias la cesación de fuegos y hostilidades ofrecida” y le piden que “no se interponga al anhelo de un pueblo que quiere conocer a su país sin el estruendo de las bombas y las ametralladoras”.

“Si el país más poderoso del mundo no logró doblegar el alma cubana, la segunda fuerza militar del continente, aunque dotada con tecnología militar de punta, tampoco podrá vencer la rebeldía de quienes empuñamos las armas contra un régimen injusto”, añade el mensaje, que hace referencia al anuncio de normalización de relaciones entre Washington y La Habana.

Comunicado completo:

La tregua va a partir del 20 de diciembre

Hemos recibido con satisfacción las reacciones constructivas de la gran opinión pública en torno a nuestra decisión de cesar hostilidades de manera unilateral e indefinida con vigilancia nacional e internacional como gesto de desescalamiento del conflicto. Medimos la reacción inmediata del Presidente Santos como una manera de irse acercando al tema, no obstante su aparente cuestionamiento a una medida eminentemente altruista y necesaria que nadie sensato podría rechazar, menos condenar. Cabe anotar que nuestra decisión no es el regalo de una rosa llena de espinas, sino un gesto colmado de humanidad en respuesta al clamor generalizado de las víctimas del conflicto y la expectativa nacional.

Con la manifestación del Frente Amplio por la Paz de aceptación de la verificación, la tregua va a partir del 20 de diciembre. Invitamos al doctor Santos a que encuentre en nuestra determinación la valoración sin esguinces que hacemos de la vida humana y la concordia. Si hemos combatido por mas de cincuenta años, lo hemos hecho cargados de razones, que creemos pueden ser atendidas y resueltas en la  cita que hemos venido atendiendo con representantes de su gobierno, de la sociedad y las víctimas, en la isla de Martí. En las últimas horas, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, informó al mundo que tras el fracaso del bloqueo a Cuba en los campos comercial, económico y financiero, procedía a normalizar las relaciones diplomáticas a pesar de décadas de discrepancias; con el agregado de la liberación recíproca de prisioneros. Solo medidas propias de un mundo civilizado tienen vigencia para solucionar conflictos nunca resueltos. Lo dio a entender Obama a su manera.

Tomamos este ejemplo de decisión y determinación creadora, que aún celebra con euforia y patriotismo el pueblo de Cuba, para llamar la atención de su conciencia, Presidente Santos, para que encuentre en los avances logrados en la mesa de diálogo de La Habana, razones suficientes para deponer las armas que tras tantos años de violencia solo amenazan derramar más sangre de iguales. Ya es hora de entender que un soldado de Colombia no es distinto a un guerrillero de cualquier lugar del mapa de la patria. Sírvase entonces, señor Presidente, acoger sin reticencias la cesación de fuegos y hostilidades ofrecida; no se interponga al anhelo de un pueblo que quiere conocer a su país sin el estruendo de las bombas y las ametralladoras. Si el país más poderoso del mundo no logró doblegar el alma cubana, la segunda fuerza militar del continente, aunque dotada con tecnología militar de punta, tampoco podrá vencer la rebeldía de quienes empuñamos las armas contra un régimen injusto. Los colombianos sólo tenemos un camino: la solución política del conflicto, el diálogo civilizado para convenir cambios estructurales, que al ampliar la democracia y propiciar el buen vivir, nos permitan inaugurar una larga era de paz y convivencia.

Le pedimos, señor Presidente, que se empine, mire al horizonte, y descubra el nuevo mañana. Lo invitamos a que crea en usted mismo; algo que sin duda es necesario para culminar el proceso ya iniciado. Marchemos todos juntos hacia el porvenir acompañados de tirios y troyanos, con amigos y adversarios, con verdes, azules, rojos y amarillos, los pueblos indígenas, las comunidades afro, las iglesias, y las banderas blancas de la patria, con las mujeres, con la población LGTBI, con las amas de casa, los trabajadores y trabajadoras, sindicatos, empresarios, docentes y estudiantes, soldados, campesinos, comerciantes; con los ciudadanos del común, todos a la vez, para rechazar la muerte y conquistar la vida en igualdad, democracia y justicia en el sentido más amplio y completo de su significado. Que el paso que hemos dado con el anuncio registrado el 17 de diciembre no se manche con sangre. No hay orgullo institucional que lo justifique, ni razón de Estado que valga lo suficiente como para no permitir que nuestras armas se silencien.