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Marco Rubio | Foto: Rodrigo Urrego/SEMANA.

ENTREVISTA

"Lo inaceptable es que la Cumbre no debatiera las violaciones a los derechos de la dictadura cubana": Marco Rubio

El senador estadounidense del Partido Republicano habló con Semana.com en Cartagena y defendió la postura de su país en los temas más controvertidos de la Cumbre de las Américas. También habló de las elecciones en su país. Dice que Estados Unidos no reelegirá a Obama.

Nathan Jaccard, Rodrigo Urrego y Paula Durán - enviados especiales a Cartagena.
16 de abril de 2012

Dicen en Estados Unidos que así como Barack Obama fue el primer presidente afrodescendiente de Estados Unidos, algún día alguien de origen hispano también va a llegar a ser presidente de los norteamericanos. Y muchos señalan a Marco Rubio, senador del Estado de la Florida, como el más perfilado para hacerlo.

Rubio, de padres cubanos, estuvo en Cartagena en la VI Cumbre de las Américas. En la Casa del Arzobispado, donde además se reunió con varios senadores, colombianos, atendió a los enviados especiales de SEMANA para referirse a los principales temas de la cita de los jefes de Estado del hemisferio, especialmente sobre los que más controversia generaron y cuya falta de consenso imposibilitó que la cita de Cartagena tuviera declaración final: Cuba y las drogas.

En esta entrevista, el senador del Partido Republicano (opositor del gobierno de Obama) también se refirió a las elecciones en su país, las cuales calificó de reñidas, y en las que considera que el pueblo de los Estados Unidos "no reelegirá a Obama".

Semana.com: Estados Unidos parece alejarse de América latina, una región que se está organizando en la Unasur y el Alba, entre otros; mientras que China ha emergido como el principal socio comercial de países como Argentina y Brasil. En ese sentido, ¿cómo cree que debería ser la relación de Estados Unidos con América Latina?

Marco Rubio: Han ocurrido una serie de acontecimientos, como la primavera árabe por ejemplo, que han captado la atención de la política norteamericana. Es entendible. América Latina es una zona de buenas noticias. Aunque hay sus cosas, como las FARC en Colombia, o las amenazas a la democracia en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, y obviamente en Cuba donde nunca ha habido democracia. Pero es una zona de buenas noticias. No hay guerras entre países, hay crecimiento económico. Paraguay el 15%; Chile 6%, Colombia igual.
 
Semana.com: Pero esa ha sido una relación principalmente de ayudar con recursos económicos...

M.R.: El papel tradicional de Estados Unidos era de ayudar con dinero y recursos a sus vecinos. Ese va a seguir siendo el papel en lugares donde haga falta. Pero estamos entrando en una etapa en la que tenemos la oportunidad de entrar en el comercio, en relaciones económicas bilaterales, que son muy positivas.
 
En términos económicos y en muchos aspectos el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina se va a parecer más a las relaciones que hemos tenido con Europa y menos a las relaciones históricas que hemos tenido en el pasado.

Semana.com: Cómo político de origen hispano, ¿ cuál es su propuesta para avanzar en esas relaciones y de qué manera ese origen significa una diferencia?

M.R.: No deja de impresionarme la cantidad de decisiones importantes que se logran con relaciones personales. Creo que por razones culturales tengo una oportunidad de crear relaciones personales con líderes de América Latina que posiblemente otros no puedan hacer por el idioma. Eso ayuda.


Semana.com: ¿Y cómo puede aportar desde el Senado para que las relaciones entre la región se fortalezcan?

M.R.: El enfoque de Estados Unidos empieza con la democracia. En este momento no podemos perder la democracia en este hemisferio, que en algunos países está amenazada. Las elecciones en Nicaragua fueron un fraude y eso es lamentable. Hemos visto los ataques a la prensa que ha habido en Venezuela y Ecuador. No podemos regresar a esa era en que personas se apoderan del Gobierno a través de procesos democráticos y después utilizan ese poder para desestabilizar la democracia atacando las instituciones claves, como la prensa.

Semana.com: ¿Y Estados Unidos qué tiene que hacer para ello?

M.R.: Primero, ser buenos con nuestros amigos democráticos. Premiarlos con las relaciones como las de Colombia con el TLC, o con las visas. Hasta ahora, los venezolanos tenían una visa por diez años y los colombianos de cinco, y supuestamente son nuestros mejores amigos. El TLC se demoró mucho tiempo y se dijeron muchas cosas dentro de la política americana y que no son ciertas sobre Colombia. Debemos empezar por tratar bien a nuestros amigos.
 
Semana.com: ¿En qué más se puede traducir tratar bien a los amigos?

M.R.: Colombia tiene varias necesidades de seguridad para terminar su labor contra las FARC, debemos ayudar con eso a nuestros amigos. Mientras que nuestros no amigos hacen compras a los rusos, a Corea del Norte, a Irán. Entonces no podemos crear un mundo en el cual es más fácil ser enemigo de los Estados Unidos. Y luego, utilizar nuestro poder económico, militar y diplomático para decir claramente que nosotros apoyamos la democracia.
 
Todos los países que apoyen la democracia Estados Unidos estará con ellos. Pero a las democracias que funcionan, así a veces salgan electos personas que no nos gusten. Ese es el precio de la democracia. Y también con el libre comercio. Yo creo mucho en el libre comercio, la inclusión de México en el TPP (Pacto Trans Pacifico) es importante para nosotros, como la implementación del TLC con Panamá y Colombia, o con el tratado que se va a negociar con Paraguay. Esas son las cosas que se pueden hacer.

Semana.com: Una de las relaciones de los latinos con Estados Unidos es la inmigración, y aunque está bajando por la crisis de los Estados Unidos, todavía el éxodo masivo ilegal es una realidad. Miles de personas ponen en riesgo su vida y duran años sin poder ver a sus familias. ¿Cuál es su posición?

M.R.: La inmigración ilegal se acaba cuando existen oportunidades económicas en los países. Por eso hoy en día nosotros no tenemos inmigrantes ilegales de Chile, no hay inmigración de Colombia, hasta en México ha bajado la cifra. A nosotros nos hace falta un sistema de trabajador temporal como el que tenemos con Canadá que funciona muy bien. Hay mucha gente en Estados Unidos que no les interesa ser ciudadanos. Les hace falta un trabajo, quieren cumplir y regresar de nuevo a su país. Tenemos que buscar un programa que ayude con esa necesidad.
 
Semana.com: ¿Qué opina del caso de la joven Daniela Peláez, la joven colombiana que vive en Estados Unidos desde que tiene cuatro años, es la primera de su clase y buscaban deportarla?

M.R.: El sistema de inmigración actual no es moderno, no funciona bien, no refleja la realidad de este nuevo siglo. Estados Unidos tiene una política de inmigración muy generosa. Pero debemos tener leyes de inmigración y hay que respetarlas. Pero uno entiende el caso humano de personas que están sufriendo, casos especialmente de jóvenes, como el de Daniela Peláez, una joven que llegó de Colombia cuando tenía 4 años gracias a su mamá que tuvo que regresar para recibir tratamientos médicos. Daniela no tiene documentos, es la primera en la clase de su escuela, y la querían deportar. Eso es ridículo. Es un ejemplo de que tenemos que crear otro sistema. Yo quisiera cambiar eso inmediatamente, pero después de las elecciones se va a poder cambiar.

Pero advierto que el tema migratorio de los Estados Unidos es un arma política y electoral muy poderosa, e infortunadamente el Partido Demócrata la ha utilizado y me da la impresión de que prefiere no solucionarlo. Prefieren tenerla ahí, como arma política. Nosotros hemos pensado ofrecer algo pronto para resolver el problema. Y vamos a ver si de verdad los demócratas están interesados en resolverlo, o simplemente quieren utilizarlo para su campaña.

Semana.com: Si habla de alguna propuesta, ¿cómo explicar que en Alabama y Arizona, que son republicanos, su partido, se hayan expedido leyes muy severas contra la inmigración?

M.R.: Los demócratas tenían mayoría en ambas Cámaras y no hicieron nada sobre el tema migratorio. Yo apoyo el derecho de los Estados a hacer leyes como la de Arizona, y entiendo por qué lo hicieron. No creo, y es mi opinión, que los Estados deban tener leyes de inmigración. Tienen el derecho de hacerlo, pero creo que la inmigración le corresponde resolverlo al Gobierno Federal.
 
Semana.com: Ya que habla de las elecciones, para usted ¿cómo pinta este año electoral?

M.R.: La campaña está súper reñida. El país está bastante dividido. Un 40% va a votar por el Partido Demócrata pase lo que pase, hay otro porcentaje igual que va a votar por el candidato republicano, pase lo que pase. Queda en juego es un 10 o 15% que es el que decide y especialmente en nuestro sistema, que es el del colegio electoral, que hay una puntuación y hay seis Estados clave, entre ellos la Florida.
 
Semana.com: ¿De qué dependerá?

M.R.: Todo dependerá de la economía. Yo creo que si las elecciones son sobre la economía, el presidente Obama no va a ganar porque la economía está peor ahora que cuando él tomó el mando. Sin duda heredó unas circunstancias muy difíciles, pero ha empeorado desde entonces. El pueblo norteamericano no está contento con el alto costo del combustible, con el alto costo de vida, con el déficit y la deuda que siguen creciendo. Va a ser una elección súper reñida. Las campañas dan muchas vueltas, pero confío en que el Partido Republicano va a ofrecer a través de Mitt Romney una candidatura que será una alternativa muy clara.

Semana.com: Mucho se rumoró sobre su posible aspiración a la vicepresidencia

M.R.: Me concentro en mi función en el Senado. No sé qué pase en el futuro, si hago una buena labor como senador, tendré la oportunidad de hacer cosas dentro y fuera del Gobierno. Pero yo quería ser senador, y quiero cumplir bien esa función.

Semana.com: Se ha hablado de lo determinante del voto latino, pero tradicionalmente los latinos no votan republicano…

M.R.: Eso empezó a cambiar. El voto latino no es un voto propio. El cubano americano que va a New Jersey se convierte en demócrata. El cubano-americano que va Miami se convierte en republicano. Existe el voto puertorriqueño, que son ciudadanos, que están en el centro de la Florida y que votaron por mí y por George W. Bush. Existen los cubanos en el sur de la Florida cuyo voto se ha vuelto más flexible. Han votado por demócratas, especialmente los más jóvenes. Y existen otras comunidades, los colombianos por ejemplo que básicamente se concentran en el sur de la florida y es una comunidad que ha votado por el Partido Republicano.
 
El voto hispano lo que tiene es el deseo de mejorar. El voto del sueño americano, el del sueño de la comunidad hispana. ¿Qué partido ofrece esa oportunidad? Yo creo que es el partido republicano, a través del sistema de la libre empresa que es el que ayuda a progresar. Mis padres eran pobres en Cuba y en los Estados Unidos, pero miren a donde yo he podido llegar. Porque ese sistema premia eso. Mientras vemos en otras partes del mundo donde las mismas familias siguen dominando la economía, son los mismos siempre y nadie puede ascender, porque no existe libre empresa.

Semana.com: Florida, el Estado que lo eligió senador, también está afectado por el negocio de la droga. ¿Usted cree como se ha expuesto en muchos escenarios que la lucha contra las drogas fracasó, como algunos países lo manifestaron en la Cumbre de las Américas?

M.R.: Infortunadamente el consumo y uso de drogas siempre va a existir. Nuestra responsabilidad es disminuir el consumo todo lo posible y prevenir los costos sociales. Lo que no podemos permitir es que la droga desestabilice una sociedad como casi lo hizo en Colombia. Estamos hablando de criminales, de bandidos, de delincuentes, que si no estuvieran vendiendo droga estarían haciendo otra cosa. Los delincuentes van en busca del dinero fácil, Cuando en Estados Unidos legalizaron el alcohol no se acabó la mafia, simplemente entraron en otro negocio. Si el día de mañana mis hijos me dicen que quieren consumir droga yo les puedo explicar que eso es malo, pero me van a decir que es legal. Y se preguntarán si es legal pues no puede ser tan dañino.
 
La batalla contra la droga es perpetua, porque siempre han existido delincuentes. Pero hay otra parte de esta responsabilidad que es el consumo, y es ahí donde Estados Unidos tiene que adoptar políticas más vigorosas para enfrentar el consumo de cocaína que es lo que ha mantenido el mercado durante treinta o cuarenta años, y eso tenemos que reconocerlo, porque es nuestra responsabilidad. Entonces es una cooperación mutua, entre los que están combatiendo el tráfico y nosotros que tenemos el problema del consumo.

Semana.com: ¿Pero el actual modelo debe seguir?

M.R.: La lucha es contra los delincuentes que venden la droga. Y si mañana no venden droga harán otra cosa. Son delincuentes. Personas que están dispuestas a matar y robar toda la vida. Siempre va a haber la necesidad de combatir los delincuentes. Colombia está a punto de derrotar a las FARC y habrá otro tipo de delincuentes.

Semana.com: Usted que es de origen cubano, ¿qué siente cuando el presidente Santos dijo que es inaceptable una cumbre nueva cumbre sin Cuba?

M.R.: Yo espero que Cuba tenga una democracia y que sea parte de la Cumbre por ser una democracia. Pero en Cuba hay unos abusos a los derechos humanos inaceptables. Hubo países en este hemisferio que por décadas sufrieron en manos de dictadores de izquierda y de derecha, y sufrieron de violaciones a los derechos humanos, y sufrieron en manos de delincuentes, y es inexplicable que ahora no entiendan lo que está sufriendo el pueblo cubano donde hay una redada en casi que cada esquina.
 
¿Cuántas personas no fueron detenidas antes de la visita del Papa? ¿Cuántas personas como las damas de blanco que están sufriendo en Cuba? No existen periodistas independientes como Giovanni Sánchez a quien no se le permite comunicarse dentro de la isla. Lo que es inaceptable es que ese tema no se haya tocado en la cumbre, porque en este hemisferio existe una dictadura que abusa de su pueblo y creo que los países que han encontrado su libertad tienen la obligación de defender el derecho de libertad de otros pueblos. No creo que debamos estar invitando a una Cumbre de demócratas a un dictador, y un dictador que ha dicho claramente que en Cuba no va a ver ningún cambio político.

Semana.com: Pero Venezuela o Nicaragua, donde usted califica que hay riesgos para la democracia, fueron invitados, ¿no cree que la definición misma de la democracia ha cambiado?

M.R.: En mi mente la democracia no ha cambiado. Ellos se apoderaron del país mediante un proceso válido. Hugo Chávez ganó su elección así no nos guste. Y ahora en el poder ha intervenido a la prensa, a la justicia, se ha dado poderes a través del legislativo. Igual que Ortega. Eso es un ataque a las instituciones democráticas. De acuerdo, esos países no están en un buen camino y también tenemos que alzar nuestras voces contra la pérdida de libertad en esos países. Pero es que Cuba no tiene ni siquiera eso. En Cuba hay una dictadura, admiten que lo son y dicen sin darles pena que no va a haber cambio. No hay ninguna definición de la democracia donde no haya libertad. Ninguna.

Semana.com: Pero incluso algunos anticastristas dicen que el embargo de Estados Unidos ha sido contraproducente y ha permitido que el régimen de los Castro se perpetúe. ¿Qué decir?

M.R.: Los cubano-americanos regresan a la isla a ver a sus familias. Cuba hace comercio con todas las economías. No hay ningún producto que Raúl Castro no tenga si lo quiere tener. Yo aseguro que si Raúl Castro quiere conseguir un Ipad, lo consigue, y los ricos de Cuba también. Los turistas que van a Cuba tienen acceso a todo, no falta nada. La razón por la que el pueblo cubano no tiene acceso a estas cosas es que los líderes de Cuba, encima de ser tiranos, son incompetentes. No saben manejar una economía. Todo en Cuba es controlado por el gobierno americano. La lista es larga de personas y organizaciones que creían que si entraban a Cuba lo pueden cambiar todo.
 
Pregúntenle a el Papa si no le controlaron lo que podía o no podía hacer. ¿Por qué el Papa no se reunió con los disidentes y la resistencia cubana? ¿Por qué no le permitieron reunirse en la cárcel con Alan Gross, un estadounidense que está detenido sin razón?
 
El embargo no va a ser la razón por la cual haya un cambio político en Cuba. Pero el embargo es un una herramienta para negociar con un líder futuro de Cuba. Si Cuba quiere cambio con Estados Unidos tienen que empezar por cambiar ellos. Que adopten el primer paso. Estoy de acuerdo con lo que dijo que presidente Obama, y lo felicito. En su exposición dijo que el próximo paso le corresponde a Cuba. Si Cuba empieza a tomar pasos hacia la democracia, podemos negociar. Para eso sirve el embargo, para negociar.

Semana.com: Después de cuatro años del gobierno Obama. ¿Qué significa Obama para los estadounidenses?

M.R.: Es un bueno hombre, un buen padre, un buen esposo. Ama a su país y ha tratado de hacer lo mejor posible. Pero creo que tiene una idea de Gobierno equivocada. Hasta cierto punto ha aprendido. Él entró con la idea de que simplemente daba discursos lindos, y estrechaba la mano a sus contradictores y pensaba que ellos le iban a responder. Y lo han mordido. Irán lo ignoró, Hugo Chávez lo ignoró, no ha funcionado.
 
 Estos países no nos odian a nosotros porque no nos portemos bien con ellos, nos odian por razones ideológicas. Y él se ha medido. Lo felicito porque ha aprendido. Pero en el tema económico, infortunadamente, todo punto de la economía en Estados Unidos está peor que hace cuatro años. El desempleo está más alto, el déficit de la deuda está más alta, sin ningún tipo de plan para resolverlo. El programa de salud para los ancianos está en la quiebra, sin ningún tipo de plan para salvarlo, además de que hay una incertidumbre sobre los impuestos garrafal.
 
Semana.com: ¿Y Qué le reconoce?

M.R.: Hay una política de energía, hemos descubierto acceso a petróleo y gas natural que nos ayuda a ser independientes. Creo que este hemisferio, Colombia incluido, por los errores que está cometiendo Chávez, está creciendo en el sector de energía. Debemos aprovechar eso, en vez de seguir comprando petróleo a Hugo Chávez o al Medio Oriente. Obama ha prevenido eso. Pero hasta cierto punto, su política está presa a la extrema izquierda de su Partido Demócrata, y por otra parte, a veces comparte esa ideología de que el Gobierno es el que crea el empleo cuando no es el que lo crea. El Gobierno crea las condiciones y genera seguridad. Y el presidente no cree en esas cosas.
Al final creo que no ha sido buen presidente y creo que el pueblo norteamericano va a reconocer eso en noviembre.