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La corte, al no poder resolver la disputa con argumentos históricos, se atrincheró en el concepto de equidad. | Foto: AP

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Los argumentos de la Corte Internacional

Qué razones esgrimió la Corte de La Haya para quitarle a Colombia cerca de 80.000 kilómetros de mar.

24 de noviembre de 2012

El fallo fue difícil. A la Corte le tocaba definir cómo repartir el mar que estaba entre los dos países. El problema está en que entre las islas de Nicaragua (las Mangles, entre otras) y San Andrés, que es el último territorio insular de Colombia en el Caribe, no hay suficiente mar para repartirle a cada uno de a 200 millas de zona económica exclusiva. La Corte, entonces, entró a revisar a quién le correspondía el mar y concluyó que con las pruebas presentadas ninguno de los dos podía demostrar que había sido históricamente el dueño. Primero dijo que ninguna de las órdenes reales (de la Colonia) presentadas por los dos países demostraba que la Corona española les hubiera otorgado derechos sobre el mar, que tampoco en el Tratado Esguerra Bárcenas se definía nada al respecto y que los actos de soberanía solo se contaban los ocurridos antes de 1969, cuando ‘comenzó’ el litigio entre los dos países (en ese año Colombia se quejó con Nicaragua por una exploración petrolera y este le respondió que ese mar era de los nicas). Y según la Corte, antes de esa fecha, ni Nicaragua ni Colombia ejercieron soberanía suficiente para considerarlos dueños. Cabe anotar que Colombia comenzó a crear su arquitectura de fronteras –gracias a la cual firmó tratados con varios países de la zona– precisamente en esa fecha. Es decir, esos tratados no fueron tenidos en cuenta por la Corte por haberse dado después de que comenzó el ‘litigio’. Este es uno de los puntos que critica duramente el gobierno colombiano, pues considera que sí se ha ejercido una soberanía histórica en esos mares.

La Corte, entonces, al no poder resolver el conflicto con argumentos históricos, se atrincheró en el concepto de la “equidad”, el cual ha utilizado para resolver otros casos. Y tomó como “factor decisivo” el tamaño de los dos litorales, lo que algunos del equipo negociador de Colombia temían. El litoral de Nicaragua mide 531 kilómetros y el de Colombia 65 kilómetros. Es decir, la relación es de ocho a uno. En el caso de Colombia, solo se mide el litoral de San Andrés y las otras islas, no el de la parte continental porque el trozo de mar que está en disputa está muy lejos de sus costas. Y con base en esa diferencia, la Corte consideró que la relación de entrega de mar sería de tres para Nicaragua y uno para Colombia. Así como lo ha hecho en otros casos (Rumania-Ucrania, Alemania-Dinamarca y Túnez-Libia). Pero este argumento también es discutible ya que las islas también generan mar territorial.

Si algo ha recibido aplausos durante el gobierno de Juan Manuel Santos es su política exterior conciliadora. Nicaragua es hoy uno de los miembros más apreciados del Alba, el grupo de países liderado por el presidente venezolano Hugo Chávez. El mandatario nica Daniel Ortega, de hecho, es uno de sus consentidos. Las reacciones airadas del gobierno colombiano de la primera semana pueden ser entendibles como parte del duelo por la derrota. Pero si la actitud persiste eso puede significar un revolcón en la política exterior de Santos. Y las consecuencias pueden ser impredecibles.