Home

Nación

Artículo

LOS CACAOS

Los cuatro hombres más poderosos del país se convierten en una nueva institución y desplazan a los gremios tradicionales.

18 de agosto de 1997

Hoy existe en Colombia un término que hace un año nadie usaba. Se trata de 'Los cacaos'. Todo el mundo habla de ellos, todos saben quiénes son. Muchos los admiran, otros bromean con el término y algunos hasta los critican. Pero lo que no se puede negar es que se han convertido en una nueva institución, como la de los ex presidentes, que llegó para quedarse. ¿Pero cómo se institucionalizaron 'Los cacaos'? ¿Cómo adquirieron en unas pocas reuniones la influencia que antes sólo ejercían los más destacados presidentes de gremio? ¿Qué papel están jugando y jugarán en el futuro? SEMANA los consultó a ellos y a varios dirigentes gremiales, economistas y politólogos para averiguarlo. A pesar de su aparente novedad en la jerga política y periodística colombiana, el término 'cacao', como sinónimo de dinero, viene desde la época colonial. Fue acuñado porque los pueblos indígenas de México y Centroamérica usaban el cacao como moneda gracias a que podía ser almacenado por largo tiempo y transportado con facilidad. Con la llegada de los españoles se popularizó como bebida sin que la palabra perdiera su connotación asociada a la riqueza. Entre los cachacos de la primera mitad de siglo era común usar el término 'cacao' para describir a alguien con mucho poder y dinero. Y quienes hoy son conocidos como 'Los cacaos' en Colombia tienen mucho de lo uno y de lo otro. Por eso, tal vez, el presidente Ernesto Samper desempolvó el término para referirse a las cabezas visibles de los tres grandes grupos económicos en una entrevista concedida al diario El Tiempo después de su absolución en la Cámara.
En el momento en que el presidente Samper tambaleaba los más representativos voceros gremiales se la jugaron por su salida, incluso a pesar de los riesgos que ésta podía representar para la economía del país y de las empresas que representaban. Samper, en un golpe de astucia que hoy le reconocen hasta sus más fieros detractores, logró conquistar para la causa de su permanencia a las cabezas de los más grandes grupos económicos. Así Samper consolidó un importante respaldo empresarial que en gran medida le dio el oxígeno necesario para seguir. Difícilmente sería hoy Presidente si los grupos económicos hubieran asumido en ese momento una actitud distinta. Y al mismo tiempo los jefes de los conglomerados fortalecieron su carácter determinante en las grandes decisiones nacionales. Así nacieron 'Los cacaos'. Se trata de Augusto López Valencia, presidente de Bavaria; Luis Carlos Sarmiento Angulo, quien preside la Organización Sarmiento Angulo, y Carlos Ardila Lülle, presidente de la Organización Ardila Lülle. Aunque no tiene la representación de la totalidad de su conglomerado, recientemente se ha integrado a este selecto grupo un miembro del Sindicato Antioqueño, Adolfo Arango, presidente de Cemento Argos. En la misma medida en que 'Los cacaos' han intervenido en los grandes temas nacionales sus voces se han vuelto no sólo habituales sino también legítimas para la opinión y el término, desde luego, se ha popularizado. Tanto que al presentar la noticia de la respuesta de los cuatro dirigentes empresariales a una convocatoria de paz del ELN, El Espectador tituló la semana pasada "Cacaos hacen pase de paz al Gobierno". Al respecto, uno de ellos, Carlos Ardila Lülle dijo a SEMANA: "Nosotros no quisimos convertirnos en una institución o algo parecido. Ese nombre nos lo puso el presidente Samper. No estuvimos pendientes de estar conformando nada, sino que la fuerza de los hechos económicos lo van llevando a uno, al igual que la voluntad de servir". Esa voluntad de servir, sin embargo, no habría encontrado tanto espacio para su desarrollo en otra época. Es evidente que el aislamiento entre gobierno y gremios, causado por el escándalo de la financiación de la campaña, obligó al presidente Samper a buscar nuevos interlocutores con representatividad y al sector productivo canales de comunicación con el gobierno ya que los tradicionales estuvieron virtualmente perdidos durante algunos meses. Por lo demás, la presencia de los presidentes de los grupos económicos en la Casa de Nariño tuvo _por lo menos al comienzo_ sabor de respaldo total o de ultimátum. Estos meses han acabado por demostrar que no había interpretación más alejada de la realidad: lo que se buscaba en verdad era una fórmula, en todo moderada y racional, que le entregara suficientes herramientas de gobernabilidad a Samper y al mismo tiempo garantizara un clima para que los negocios en Colombia pudieran seguir marchando. Luis Carlos Sarmiento reconoce que la existencia del grupo es en todo caso coyuntural: "La verdad es que no existe una asociación como tal, ni cuenta con un propósito específico. Han sido casos coyunturales que surgieron de nuestro deseo de lograr el avance de proyectos legislativos que cursaban en el Congreso: la ley de extinción de dominio, la ley de aumento de penas y la extradición". La primera reunión la recuerda en detalle Carlos Ardila Lülle. "Eso fue una vez en la oficina de Luis Carlos Sarmiento en la 28 con 13, donde asistió el presidente Samper. Empezamos a hablar del país. Desde entonces las reuniones tienden al bien de Colombia. No tenemos candidatos y somos de todos los partidos. Tampoco queremos figurar en cosas políticas". A partir de ese momento se han pronunciado en apoyo de dos temas de importancia nacional: la lucha contra el narcotráfico y la búsqueda de la paz. Precisamente la semana pasada 'Los cacaos', en comunicación dirigida al ELN, aseguraron que aunque es a la guerrilla y al gobierno a los que corresponde adelantar las negociaciones de paz, esto no implica que no puedan participar otros sectores de la sociedad. Lo que parece estar sucediendo es que precisamente los firmantes de la carta al ELN se están convirtiendo, por cuenta de ese tipo de iniciativas, en los voceros más representativos de la clase empresarial colombiana. Hay quienes aseguran incluso que 'Los cacaos' han surgido como una institución que trasciende los tradicionales gremios económicos. El Espectador, al tratar el tema la semana pasada aseveró: "Las asociaciones que llevan la vocería de las empresas del país llenaron el vacío de la oposición política, pero no lograron derrocar al presidente Samper, mientras que sus presupuestos y su poder de liderazgo se disminuyeron gracias a las desafiliaciones, a la pérdida de credibilidad y a las divisiones que surgieron dentro y con las organizaciones colegas". El mismo diario aseguró que la creciente participación de 'Los cacaos' en el acontecer nacional "se constituye en la arena del desprestigio de los gremios".
Por su parte los dirigentes gremiales ven la situación con una óptica distinta. Para Sabas Pretelt de la Vega, quien hasta hace poco se desempeñaba como director del Consejo Gremial y es actualmente presidente de Fenalco, lo que hay con 'Los cacaos' es complementación. "Yo creo que ellos tienen el deber de participar en las grandes decisiones aunque no lleven la vocería oficial. Pero en casi todos los casos han opinado en el mismo sentido que los gremios". Sin embargo considera que para otras agremiaciones que no son de comerciantes, y que son más cercanas a las actividades industriales y financieras de los conglomerados, la actuación de estos últimos las desinstitucionaliza, "porque son afiliados y se supone que la vocería la tiene el gremio". Según Gustavo Tobón, presidente de Fedemetal, el papel de los gremios es compatible con el de los conglomerados. Además no comparte las críticas a las organizaciones gremiales: "Se ha dicho que los gremios perdieron protagonismo por el 8.000, pero la verdad es que jugamos el papel que teníamos que jugar. No tengo el más mínimo de los celos con los conglomerados, pero lo malo de todo esto es que se perdió un diálogo directo con el Presidente". Agrega además que considera el fenómeno de 'Los cacaos' como pasajero. "Es algo de corto plazo que se presentó por la dimensión de los problemas en este gobierno, pero cuando el país vuelva a su cauce desaparecerá".
Sobre si el fenómeno de 'Los cacaos' es pasajero o no existe todo tipo de interpretaciones. Hay quienes consideran que tiene alguna semejanza con la tradicional institución colombiana de los ex presidentes, que para algunos está en vía de extinción. Luis Carlos Sarmiento reconoce las semejanzas, pero también identifica las diferencias: "Hay un elemento común entre nosotros y los ex presidentes, y es la responsabilidad social y el gran afecto y cariño por el país que compartimos. Pero en ningún sentido una cosa reemplaza a la otra. Nuestra esfera es la de los negocios y no la política, por lo cual no son intercambiables". En cuanto a la posible duración de 'Los cacaos' Sarmiento agrega: "Si en el futuro la situación del país ameritara que nos volviéramos a reunir, lo haríamos, pero no hay ninguna intención de que perdure. Esto es de corta vida".

Cacaos y ex presidentes

No es seguro que 'Los cacaos' sean de corta vida. Porque si bien su origen es la crisis política de la administración Samper, también hay razones estructurales de por medio. 'Los cacaos' pudieron surgir por las nuevas realidades económicas. Colombia pasó a ser en los últimos 10 años un país de fortunas descomunales. Según las propias declaraciones de renta de los grupos económicos, los 1.400 millones de dólares de utilidades reportadas el año pasado equivalían a un poco más del 2 por ciento del Producto Interno Bruto. Esto significa que el motor de desarrollo de la economía hoy son los grupos económicos.
Esta es una realidad aunque no hay un consenso sobre su conveniencia. Existe la preocupación de que se esté fomentando un exceso de concentración de riqueza. De ahí que esté sobre el tapete el debate sobre el modelo de desarrollo económico. Que a los grupos económicos les ha ido espectacularmente bien en los últimos años, no hay ninguna duda. Lo que es importante determinar es cómo le ha ido al resto de los colombianos. Sobre esto curiosamente los economistas no se han podido poner de acuerdo. No hay unanimidad de criterios sobre cómo interpretar las estadísticas. Los economistas interpretan las cifras dependiendo del período en que han estado vinculados a determinado gobierno o lo han apoyado. En términos generales se podría decir que la década de los 60 fue muy buena para la distribución del ingreso. Durante los 80 se frenó el proceso y en la primera parte de los 90 volvió a repuntar, y ahora no hay estadísticas claras. Independientemente de los resultados las encuestas demuestran que a la mayoría de los colombianos les gustan los grupos económicos. Un reciente sondeo realizado por Invamer-Gallup revela que el 57 por ciento de los encuestados los considera buenos y solo 24 por ciento malos. Los colombianos miran con admiración a los líderes empresariales y consideran a los conglomerados económicos como altamente positivos para la democracia. Sin embargo, al mismo tiempo muchos consideran que es necesario controlar su creciente expansión. Por todo lo anterior la institución de 'Los cacaos', que nació de la última crisis política, tendrá una vida mucho más larga que ella. En el escaso tiempo que ha funcionado ha logrado anotar a su saldo el sostenimiento de un Presidente y la creación de las primeras condiciones para iniciar un proceso de paz supragobiernista. Son desde ya el supergremio, y frente a él los gremios tradicionales son apenas figuras formales que empiezan a pasar a mejor vida, por lo menos en lo que se refiere a su capacidad de acción política. Con el tiempo los otrora poderosos gremios económicos terminarán convertidos en asociaciones mutuales de cabildeo y servicio a sus afiliados. Los gremios han muerto, es el tiempo de 'Los cacaos'. Samper conquistó las cabezas de los grupos económicos para su causa

Midiendo a Los cacaos

La revista Forbes publicó esta semana las cifras de los hombres más ricos del mundo en 1996, y este año fueron escogidos tres colombianos. En primer lugar, con un patrimonio de 2.600 millones de dólares, está Luis Carlos Sarmiento, seguido por Carlos Ardila con 2.100 millones de dólares y Julio Mario Santo Domingo con 1.900 millones de dólares. Estas cifras contrastan con las declaradas por ellos en Colombia y publicadas por SEMANA el pasado mes de mayo, en las cuales el patrimonio que controla Santo Domingo es el más alto con 8.000 millones de dólares, seguido por Carlos Ardila con 6.300 millones y Luis Carlos Sarmiento con 3.500 millones. ¿A qué se debe la diferencia? SEMANA habló con José Aguayo, el ejecutivo de Forbes y editor encargado de hacer valoraciones en Latinoamérica, quien explicó el procedimiento. La metodología que aplica la revista norteamericana está completamente concentrada en las acciones y sus principales fuentes en los países son los analistas de bolsa de cada uno. Buena parte de la valoración se hace a partir de multiplicar el número de acciones que posee la persona por el valor promedio de la acción. Otro tipo de activos, como son finca raíz o cualquiera otro que no esté en bolsa, es evaluado con un criterio extremadamente conservador. Por eso los valores publicados por Forbes son inferiores a los publicados por SEMANA. Hay que aclarar sin embargo que estos se refieren a las empresas controladas por ellos y no a su patrimonio efectivo. Los cacaos segúnValor neto: 2.600 millones. Origen de su riqueza: banquero. Clase: billonario. Estatus: una vez fue el constructor más grande de Colombia; ahora es el banquero más poderoso. Holdings: es dueño de la mayoría del Banco de Bogotá, Banco de Occidente y Banco Popular, además de tener participación en una compañía de teléfonos celulares y firmas de construcción. Otros intereses: Sarmiento se ha gastado hasta ahora 70 millones de dólares desarrollando un lujoso resort en Bahamas llamado Cotton Bay.Valor neto: 2.100 millones. Origen de su riqueza: bebidas gaseosas y otros. Clase: billonario. Estatus: en dos años la compañía de cerveza de Ardila, Leona, se ha tomado el 9 por ciento del mercado, más que nada a expensas de Bavaria, la cervecera colombiana dominante y de propiedad de la familia Santo Domingo, su rival. Holdings: posee Postobón, la compañía de refrescos mas grande de Colombia; tiene intereses en la caña de azúcar, medios, telecomunicaciones, seguros, además del 92 por ciento de Coltejer, la empresa textil más importante de Colombia. Juguete nuevo: equipo de fútbol. Valor neto: 1.900 millones. Clase: billonario. Estatus: barón de la cerveza en competencia con Ardila Lülle. Holdings: posee el 70 por ciento de la cervecería Bavaria, el 62 por ciento de la aerolínea Avianca, una ensambladora de carros Renault y una compañía de seguros; trata de entrar al mercado de los refrescos. Otros intereses: miembro del jet set; Santo Domingo y su esposa regularmente aparecen en las columnas de chismes de Nueva York y París. Recientemente donó un millón de dólares a la Universidad de Brown.