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A LA GUILLOTINA CON GUSTAVO GÓMEZ

"Los que trabajamos en lo público no tenemos privacidad"

Lucho Garzón habla de su incidente con un equipo de 'Caracol Televisión', de cómo lo puede afectar y de su futuro en la política.

26 de septiembre de 2009

Con unos tragos en la cabeza, mientras esperaba un taxi en Bucaramanga, Lucho Garzón tuvo un encuentro poco grato con un equipo del Canal Caracol. Hubo palabras de grueso calibre y menciones nada amables para la periodista D'Arcy Quinn, pero también alguna presión sobre el ex alcalde. Lucho, pecador, se confiesa y se defiende. Arrepentido, pero siempre en 'pie de Lucho'.

GUSTAVO GÓMEZ: ¿Cuál es su versión de lo que pasó?

LUCHO GARZÓN: Estuve en un concierto en Bucaramanga y me sedujo la gente. Recibí trago y, a la salida, mientras esperaba taxi sentado en un andén, llegaron unos camarógrafos. Ante su persistencia, reaccioné, no creo que de manera violenta, pero pido disculpas por las expresiones que usé.

G.G.: ¿Se sintió acosado?

L.G.: Sentí la presión de cualquier personaje público cuando enfrenta cámaras, pero no he robado ni he secuestrado ni he extorsionado y por eso me comporto transparentemente. Traté de enfrentar la situación con algo de humor, pero entiendo que las expresiones que usé desdicen ese tipo de comportamiento.

G.G.: ¿Hasta qué punto tiene derecho a la intimidad una figura pública?

L.G.: Los que trabajamos en lo público no tenemos privacidad. Lo entiendo, y más en un país donde todos sospechamos de todos. Vivimos en una situación permanente de escrutinio y en ese sentido no critico la tarea de los medios. Pero es evidente que hay momentos en los que la gente también tiene que entender que uno se comporta como ciudadano, con derecho a reírse, rumbear y a ser impertinente.

G.G.: ¿Le molestó la manera en que se presentó el video?

L.G.: Caracol está en su derecho y no me voy a victimizar. Los camarógrafos, aunque yo haya tenido una intención humorística, pueden sentirse vulnerados y el canal tiene la obligación de rodear a sus periodistas. Pero deben aprender a medir y entender los niveles de sensibilidad de las figuras públicas.

G.G.: ¿Hay doble moral en algunas de las críticas que le hicieron?

L.G.: Hay muchos que se emborrachan y hacen todo lo posible para que sus escoltas los cuiden. Yo, no. Y muchos, no sé si 'metan' o no, que hablan generosamente de la dosis mínima. Yo, no. Aquí se maneja un tipo de comportamiento que pretende no ser terrenal y yo sí que soy terrenal: tengo virtudes, defectos y limitaciones.

G.G.: ¿Arrepentido?

L.G.: Sí, en términos de haber molestado a D'Arcy y a la gente del canal. De resto, no. Haré siempre lo necesario para ser imagen y semejanza de la alegría de este país. Lo que sí me preocupa es que mi actitud moleste a Antanas Mockus, cuyo mensaje ha sido que la vida es sagrada y, aunque repito que fue en términos mamagallísticos, lo que les dije a los camarógrafos puede agredirlo a él.

G.G.: ¿Este episodio puede afectar su actividad con Mockus y Peñalosa?

L.G.: Aspiro a que no. Mockus es un hombre que representa, de verdad verdad, la decencia de este país. El nuestro es un proyecto que habla de la autenticidad, y la autenticidad es inherente a la confianza.

G.G.: Si le pierden esa confianza, ¿daría un paso a un lado?

L.G.: Si ellos consideran que mi presencia es inoportuna, así será.

G.G.: ¿Qué tanto se ha fortalecido el partido Verde Opción Centro con la llegada de ustedes?

L.G.: Ellos tenían un nivel de organización como partido minoritario y nosotros les aportamos un nivel de opinión. Pero sólo se sabrá en elecciones.

G.G.: ¿Qué futuro le ve a una consulta interpartidista?

L.G.: Es inevitable, porque frente a una reelección de Uribe no queda sino la opción de una candidatura fuerte, única.

G.G.: También es inevitable, si Peñalosa sigue pensando en la Alcaldía, que haya que escoger entre usted y Mockus como candidatos de su partido a esa consulta…

L.G.: Se lo digo ya: si Antanas decide ir, estoy de acuerdo en que asuma esa responsabilidad. Y se mida con el candidato liberal y Vargas Lleras. No creo que Sergio Fajardo, quien no es amigo de las convergencias, acepte participar.

G.G.: ¿No preferiría esperar al resultado de alguna encuesta que mida las opciones de usted y Mockus?

L.G.: Ninguna medición. El mejor medidor que hay en Colombia es la ética y nadie tiene un reconocimiento tan grande, éticamente hablando, como Antanas.

G.G.: ¿No será que está un poco aturdido por la vergüenza del episodio de los tragos?

L.G.: Le juro por mi madre y por mis hijos que esta opinión la di antes de que me hicieran el video. Si él acepta, lo respaldo; si no acepta, asumo yo.

G.G.: ¿Cómo vio la inscripción de Noemí para la consulta del conservatismo?

L.G.: Su actitud es valiente en la medida de asumir que no depende de lo que haga Uribe. Habrá que ver hasta qué punto el forcejeo interno del conservatismo permite que ella siga ese cuento hasta el final.

G.G.: ¿Será Noemí la responsable de un cisma conservador?

L.G.: Noemí quiere parecerse cada día más a Andrés Pastrana, y Andrés Felipe Arias a Laureano Gómez.

G.G.: Darío Arizmendi anda diciendo que tiene una 'chiva' para dentro de más o menos un mes. ¿Será la decisión de Uribe de no aspirar a un tercer período?

L.G.: Es posible, porque todos estamos viendo que el Presidente cada día encuentra más retenes para lograr su reelección. Entre otras, muy marcado por la poca proactividad del Departamento de Estado de Estados Unidos a un nuevo período. Ya no es tanto el referendo o la peluqueada del censo o los votos en la Corte: el principal retén son los Estados Unidos. Arizmendi tendrá sus razones para decir lo que está diciendo.

G.G.: ¿Uribe va a recular?

L.G.: Lo van a obligar, para que se diferencie de Chávez en el tema reeleccionista.

G.G.: Pase lo que pase, ¿usted sigue en la política?

L.G.: Estoy trabajando con Mockus, Peñalosa, Londoño y todos los que han llegado al Partido Verde, pero si esto no funciona me retiro de la política.

G.G.: ¿Lo ha tentado un regreso a los medios?

L.G.: Me fascina, porque es más fácil escrutar que ser escrutado.

G.G.: ¿Presentaría 'Código secreto', en 'Caracol', junto a D'Arcy?

L.G.: No solamente el 'Código secreto'. También los chismes, que son deliciosos, aunque, cuando uno los protagoniza, le alteran el 'Estado de opinión'.