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| Foto: SEMANA

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Madre e hijo vendían pasteles de marihuana

La increíble historia de cómo una familia comercializaba brownies, galletas y alfajores mezclados con cannabis, a estudiantes de estratos altos en Cali. Todo lo hacían por redes sociales y a domicilio

19 de mayo de 2017

Esta caso judicial parece un guión cinematográfico en el que los protagonistas son una madre y su hijo; la historia se desarrolla en una tierna pastelería y las víctimas del presunto delito, son estudiantes.

Lamentablemente para la familia Gómez no se trata de un guión, sino de un delicado proceso judicial que los podría poner tras las rejas acusados de delitos tan graves como “concierto para delinquir con fines de estupefacientes, fabricación, tráfico o porte de estupefacientes y suministro a menor”, dice un documento oficial de la Fiscalía.

Al menos esa es la imputaciòn que alista el fiscal del caso quien junto a la policia de infancia y adolescencia de Cali, le siguieron el rastro a una denuncia que formularon los padres de nueve niños afectados por ingerir brownies, galletas y alfajores, que al parecer contenían marihuana.

Luego de investigar a fondo la peculiar denuncia, descubrieron que en efecto los menores estudiantes de colegios de estratos altos en la capital el Valle, consumieron golosinas elaboradas a base de cannabis.

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En esas pesquisas, descubrieron además que quienes estaban detrás de la producción y comercialización de esos productos, eran una mujer de avanzada edad y su hijo. Ambos serán llevados a una audiencia ante un juez de control de garantías, para establecer si su conducta merece que sean cobijados con prisión mientras se desarrolla el juicio, o podrán enfrentar el proceso desde sus casas.

Lo cierto es que por ahora ese caso despertó el interés de los medios caleños y dejó asombrada a la ciudadanía, quienes a través de redes sociales exponen criterios a favor y en contra de la familia Gómez.

Que no exista consenso social alrededor de los posibles delitos que cometieron la madre y su hijo, ya de por sí llama la atención. Por un lado, hay quienes ven en ellos una familia emprendedora que le sacó jugo a una sustancia sicoactiva que ya transita por el sendero de la legalidad. Mientras que en la otra orilla están quienes no les perdonan que induzcan al consumo de marihuana a menores estudiantes y a través de golosinas.

Más allá de esos argumentos, lo que no se debe perder de vista es que en Colombia es un delito la producción y comercialización de marihuana, que se castiga con cárcel. Solo se exceptúa cuando se hace con propósitos medicinales y la llamada dosis personal.

De hecho, solo hasta el año pasado Colombia se convirtió en el cuarto país de América Latina en legalizar la producción y el uso de la marihuana, pero solo con fines medicinales o científicos.

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Todo ello explicarìa por qué la familia Gómez se atrevió a producir y vender sus pasteles con marihuana de manera abierta y sin tapujos. Prueba de ello es que promocionaban su empresa en redes sociales y hasta crearon un grupo con el nombre de la empresa: Cultura Cannábica Cali

Ese grupo de Facebook que ya suma 998 miembros, era la plataforma digital mediante la cual ofertaban su negocio con la etiqueta “accesorios para fumadores y pastelería cannábica”.

Incluso, a través de esa misma red social organizaban certámenes y plantones, todo alrededor del consumo de marihuana. Incluso, publicaban mensajes como “Soi denuncias a tu vecino por cultivar cannabis, estás apoyando el nracotráfico”. En una de las fotos publicadas aparece la madre con su hijo, y en la imagen se observa a la señora fumando lo que sería un porro.

Justamente a través de esa página social la familia Gómez promocionaba sus atípicos pasteles y ofrecía el servicio de entrega a domicilio y para ello proporcionaron un número de contacto vía Whatsapp.

Este portal consultó la base de datos de la Cámara de Comercio de Cali y encontró que en efecto, desde enero de este año uno de los Gómez registró a su nombre el establecimiento comercial Cultura Cannábica.

En el mencionad registro se lee claramente que el objeto de dicha empresa es el de “elaboracion de productos de panadería” y por ningún lado se menciona que contengan o que entre sus ingredientes esté presente la marihuana.

De ahí que para las autoridades todo ello hace parte del descaro con el que los Gómez promocionaban su empresa ilícita, “usaron el nombre de la pastelería, para camuflar sus productos ilegales”, dijo a este portal uno de los investigadores de la policía que estuvo al frente del caso.

Por ahora los Gómez pasarán a la historia como la familia que quiso ´hacer empresa´ produciendo pasteles de marihuana y vendiéndolos a los menores estudiantes caleños.