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El fiscal general Mario Iguarán y el general Rodolfo Palomino intentaron zanjar la polémica. Sin embargo, el martes tendrán que explicar en el Congreso qué pasó con el cuerpo de ‘Reyes’

POLÉMICA

Mentiras y mortajas

Cada intento de las autoridades por explicar qué ocurrió con el cadáver de 'Raúl Reyes' genera sospechas y más preguntas.

18 de abril de 2009

Esta semana las contradicciones oficiales sobre el paradero del cuerpo del jefe guerrillero 'Raúl Reyes' fueron más elocuentes que las explicaciones entregadas. Lo único seguro hasta ahora es que su cadáver no fue legalmente sepultado en Bogotá y que en medio de todo el enredo hay gato encerrado.

Hasta hace unas semanas las principales autoridades afirmaban al unísono que el cuerpo del guerrillero había sido entregado a sus deudos. En esa primera versión coincidían el ministro del Interior y de Justicia, Fabio Valencia Cossio; el fiscal general, Mario Iguarán; el director de la Policía, general Óscar Naranjo, y las directivas del Instituto de Medicina Legal. Pero cuando la prensa solicitó la documentación que refrendaba esa versión, nadie pudo aportarla.

Ante esta situación, "personal y perentoriamente el Fiscal General se dio a la tarea de verificar la información", según contó el propio Iguarán en la radio muy temprano el pasado jueves. Y lo que encontró les daba la razón a los incrédulos. La Fiscalía estableció que el cuerpo fue retirado de Medicina Legal con documentos adulterados en los que alguien suplantó "tanto en el poder como en la tarjeta de dactiloscopia" la firma y la huella de Jaime Ramón Endo, autorizado por los familiares de 'Reyes' para retirar el cuerpo. Fue tan clara y grave la irregularidad hallada, que el Fiscal General ordenó de inmediato una investigación penal.

La declaración de Iguarán volvió a encender la polémica. Y otra inconsistencia hallada por los medios atizó aun más el asunto. El noticiero RCN reveló que la licencia de inhumación para el cadáver de 'Reyes' fue tramitada por un agente de la Policía el 11 de marzo de 2008, es decir, 10 días después de ser abatido. El documento, expedido por la Secretaría de Salud distrital y requisito para sepultar legalmente cualquier cadáver, aprueba que el cuerpo sea enterrado en el cementerio del sur de Bogotá. Pero allí no hay registro de esa inhumación. De hecho, otras autoridades establecieron que en ninguno de los cementerios de Bogotá se cumplió esa diligencia.

Al día siguiente -el viernes 17-, el Fiscal General y el comandante de la Policía de Bogotá, general Rodolfo Palomino, presentaron otra versión de lo ocurrido. En rueda de prensa explicaron que la Policía sepultó el cuerpo del guerrillero en un lugar secreto por petición expresa de la viuda de 'Reyes', quien solicitó esa colaboración, tal como consta en un documento presentado donde aparecen la firma y la huella de la viuda y del señor Endo, el primer autorizado para ese trámite. El general Palomino dijo que la ubicación de la tumba será un secreto porque así se acordó con la viuda (aunque el documento no menciona ese detalle) y que la Policía Metropolitana está en disposición de devolver los restos de 'Reyes' a sus deudos si éstos lo desean. Por su parte, Iguarán explicó que en sus anteriores declaraciones no tenía conocimiento de ese documento. Sin embargo, llama la atención que el papel junto a las firmas y las huellas está dirigido con copia a la Fiscalía General de la Nación.

No acababan de exponer esa nueva versión cuando ya había contradictores. Por un lado, el penalista Rodolfo Ríos, quien asesoró jurídicamente a la familia de 'Reyes' en los trámites para reclamar el cuerpo, afirmó que es falso que la familia hubiera facultado al Estado para que dispusiera del cadáver y puso un manto de duda sobre la veracidad del documento presentado por Palomino. Por otro lado, desde marzo pasado se conoció una carta pública de los hijos y familiares de 'Raúl Reyes' dirigida a la senadora Piedad Córdoba en la que éstos se quejan porque nunca les entregaron los restos.

SEMANA pudo establecer que aunque el padre de 'Reyes' murió hace un mes, sus otros familiares, y en particular sus hijos, radicados en el exterior, insistirán en pedir los restos.

Así las cosas, hay más preguntas que respuestas. ¿Por qué tantos bandazos de las autoridades? Si había autorización para disponer del cuerpo, ¿por qué el Fiscal encontró firmas falseadas en Medicina Legal? Si el cadáver no está en ningún cementerio de Bogotá, ¿cómo es que la Policía Metropolitana puede exhumarlo a petición de los familiares?

Si lo que buscaban las autoridades con el sigilo con que manejaron el entierro de 'Reyes' hace un año era bajarle el perfil y condenarlo al olvido, les salió el tiro por la culata. Gracias a tantas versiones oficiales y contradictorias en tan poco tiempo, hoy, como nunca, el paradero de 'Reyes' es la comidilla de los colombianos.