Militares aseguran que fueron encadenados por ocho años las 24 horas

Tras los exámenes médicos uno de los cuatro suboficiales del Ejército liberados entregó su primera declaración en la que contó cómo el y sus compañeros de cautiverio, recibieron un trato inhumano por parte de la guerrilla de las FARC.
 
Tal vez el padecimiento más grande fue permanecer por más de ocho años atados. Así lo relató el sargento Luis Arturo Arcia. "Estuvimos encadenados por largos ocho años en parejas, las 24 horas del día, en ocasiones estuvimos encadenados de los pies y en ocasiones de las manos”, recalcó el sargento del Ejército.
 
Según el suboficial, los comandantes de las FARC les manifestaron en varias oportunidades que iban a morir si eran rescatados. "El lema era que vivos no se los llevan". A pesar de la amenaza reconoció que no perdieron la esperanza de ser rescatados.
 
En su relato recordó que en junio del 2010 durante la operación 'Camaleón' estuvieron a punto de quedar en libertad. "Tres días después el Ejército llegó al campamento donde estábamos nosotros. A 500 metros se oyeron unos disparos y el mando que estaba en ese momento dio la orden de sacarnos. Ahí se evitó el rescate o que fuéramos asesinados".
 
Recordó el momento en que fueron asesinados el coronel Edgar Yesid Duarte, el mayor Elkin Hernández, el intendente Álvaro Moreno y el cabo José Libio Martínez. "Eso ocurrió el 25 de noviembre del año pasado (2011), prendí el radio cuando dieron la fatídica noticia de que en las horas de la mañana habían asesinado a nuestros hermanos, para nosotros fue muy duro", sostuvo Arcia.
 
Por su parte, el sargento Luis Alfredo Moreno señaló que a las FARC están diezmadas y han cambiado su mentalidad, "tal vez por los golpes recibidos por el Ejército". No descartó que eso contribuya a que las FARC acepten un proceso de paz bajo otras condiciones. "Los golpes que han recibió las FARC los han hecho tomar una decisiones diferentes a su ideología. Ha cambiado el pensamiento".
 
Finalmente el sargento Robinsón Salcedo dijo que nunca perdió la esperanza sobre la posibilidad de salir del cautiverio. "Siempre tuve la moral en alto".