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En Colombia hay 11.460 víctimas de minas antipersonal. | Foto: Esteban Vega

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Las minas antipersonal, una tragedia que no termina con la paz

Hoy Semana.com publica, a través de un multimedia, la radiografía más ambiciosa que se ha hecho sobre las minas antipersonal en Colombia.

18 de noviembre de 2016

“¿Por qué yo?”, se preguntan todas las víctimas de este flagelo en Colombia y en el mundo. Los miembros de la fuerza pública piensan que cada una de ellas tiene escrito el nombre de su víctima. Sólo de ese modo pueden explicar que medio pelotón pase sobre un lugar y cuando ellos pisan la mina explota.

Los insurgentes entienden la tragedia de caer en una mina como parte de los riesgos inherentes a su actividad. Pero los civiles definitivamente no encuentran, ni encontrarán, explicación a su accidente. “¿Me va a volver a salir la pierna?” Eso le preguntó a su padre Angie Paola Trespalacios, una niña de 8 años, cuando detonó una.

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Colombia es el segundo país más afectado por esta tragedia, después de Afganistán, con 11.460 víctimas. Las minas “no se instalan para matar al soldado, se siembran porque cuenta más verlo mocho que muerto”, confesó un exguerrillero de las FARC que ahora trabaja en una ONG de desminado sacando estos explosivos de la tierra. De hecho, solo el 20 % de las víctimas muere como consecuencia de la explosión.

Lo más grave es que no sólo los soldados las pisan. En el país, 4.435 civiles han caído en ellas, es decir, el 38 % de sus víctimas son hombres, mujeres y niños que nada tenían que ver con el conflicto.

En su última edición, la revista SEMANA publicó ‘Minas, el enemigo oculto’, un informe especial sobre este drama que seguirá causando daño aun en tiempos de paz y ahora Semana.com presenta, con el mismo nombre, la radiografía más ambiciosa que se ha hecho sobre el tema.



A través de artículos, infografías, entrevistas, videos y fotos, los colombianos conocerán historias de víctimas, de territorios minados, reflexiones de quienes han instalado las minas, los mitos que existen alrededor de estas, los distintos tipos de minas que hay en el país, el esfuerzo que implica declarar a Colombia libre de ellas, lo que se ha hecho hasta el momento en materia de desminado humanitario, sus costos y las metas que tiene el Gobierno para devolverles la tranquilidad a las comunidades afectadas. Estos son algunos de los contenidos de este proyecto en el que participaron casi 30 periodistas, fotógrafos, videógrafos y diseñadores web.

SEMANA decidió mostrar esta problemática para apoyar la campaña ‘Letras de Apoyo‘, un alfabeto cuyas letras, números y símbolos, en alguna de sus partes, simulan una prótesis, y que los colombianos podrán adquirir donando en www.letrasdeapoyo.com o en cualquier punto VIA Baloto del país. Esta fue la razón por la que hace unos días SEMANA cambió su logo en su edición impresa, en Semana.com y en redes sociales.

Lamentablemente, el drama de las minas no acaba con la desmovilización de los grupos armados y el fin del combate. Estos explosivos condenan a las comunidades afectadas al subdesarrollo y mientras sigan enterradas, la movilidad de los pobladores permanecerá restringida, pues pueden durar activas décadas. De ahí que declarar a Colombia libre de minas y rehabilitar a las víctimas que ya existen sea una de las tareas apremiantes ahora cuando el fin del conflicto se acerca.

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