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| Foto: Semana.com

PROTESTA

“Alguien en la plaza de toros se molestó y desplegaron un operativo contra las niñas”: actriz Natalia Durán

La Policía intentó evitar que tres jóvenes protestaran pacíficamente en contra de las corridas de toros en Bogotá, el pasado domingo, como pudo verse en un video que se volvió viral. La actriz y su hija Mya hablaron con SEMANA sobre el incidente.

12 de febrero de 2019

Un video en la que aparecen tres niñas protestando contra las corridas de toros este domingo, durante el inicio de la temporada taurina en Bogotá, se hizo viral en las redes sociales. El acto, escenificado en las vecinas Torres del Parque, llamó la atención no solo por la manifestación de estas adolescentes con consignas pintadas en su cuerpo y con carteles, sino por la inusitada reacción policial.

Dicho despliegue fue ampliamente criticado en esas mismas redes. El excandidato presidencial Humberto de la Calle, calificó como una “falta de sentido común” y el columnista de SEMANA Daniel Samper Ospina lo tildó de “vergüenza”.

“¿No nos podemos parar aquí con un letrero? ¿Acaso no puedo escribir en mi cuerpo la palabra ama? ¿Es prohibido por la ley?”, puede oírse que dice vehementemente una de las jóvenes, visiblemente afectada por estar rodeada de uniformados.

Las menores manifestaron que no estaban haciendo nada malo, además de estar en en un conjunto residencial privado. La actriz Natalia Durán y su hija Mya hablaron con SEMANA sobre el episodio.

SEMANA: ¿Qué pasó ese domingo?

Mya Durán: Invité a una amiga para que fuéramos a protestar pacíficamente a las corridas, algo que nunca me ha parecido correcto, pero respeto otros puntos de vista. Entonces, le dije que nos pintáramos el cuerpo con palabras bonitas. Para nosotras, lo más inteligente era no poner cosas feas o juicios de valor… nada que ver. Y el que quiera pegarse a algo bonito como esto, ¡de una! No íbamos a apoyar una protesta donde usáramos violencia porque no tendría sentido.

SEMANA: ¿Cómo fue la reacción de los asistentes?

M. D.: Bajamos a las escaleras de nuestra casa y empezamos a gritar cosas bonitas cada vez que la plaza estaba en silencio. Entonces, notamos la respuesta negativa de la gente que estaba en la corrida, nos decían que nos calláramos y nos hacían pistola con las manos. Llegó un señor, de 30 o 40 años, e hizo un show que yo no entiendo y le dijo a la Policía que no estaba cumpliendo con su trabajo. De hecho, había policías detrás de nosotros que durante la corrida se reían y estaban cuidándonos. Pero luego llegó el comandante y fue súper hostil con nosotras.

SEMANA: ¿Siempre han sido activistas?

Natalia Durán: Mis hijas han estado muy expuestas a los temas sociales. Yo he sido voluntaria, orientada sobre todo a la población infantil. Después decidí hacer mi propia fundación donde trabajamos con temas de educación emocional, sobretodo para los niños y siento que eso ha hecho que ellas tengan un punto de vista hacia la empatía en su entorno y eso me hace sentir feliz y orgullosa. Es por eso es que los toros han representado, para ellas y para muchas personas, prácticas que se consideran crueles en el sentido en el que el toro no decidió estar ahí.

SEMANA: El video se volvió viral, ¿qué vino tras la polémica?

N. D.: Para mis hijas ha sido duro sentir que se castiga el maltrato animal y que incluso da cárcel, pero está permitido contra un toro. Esto es mucho de lo que plantean mis hijas, como por qué las normas castigan selectivamente. En ese orden de ideas y con el tema de las corridas mis hijas quisieron hacer una manifestación pacífica, ellas no querían manifestarse con los grupos porque hay unos violentos y han cometido errores. Entonces por esa razón y desde su casa decidieron escribir algunas cosas en el cuerpo y carteles, con mensajes de amor.

SEMANA: ¿Por qué cree que reaccionó así la Policía?

N. D.: Las niñas en ningún momento insultaron a nadie. Yo estaba ahí, las apoyé, pero sí recibimos insultos de vuelta. A alguien claramente influyente le molestó que, ante miles de personas, hubiera dos niñas gritando ‘amor, amor, sí a la vida’. Yo no sé cuál es el cargo de esa persona, pero no le gustó y mandó a llamar directamente al comandante y le dijo que las mandaran a callar.

SEMANA: ¿Entonces qué ocurrió?

N. D.: Los policías que estaban acompañándonos estaban muy queridos, no le vieron ningún problema y hasta velaban por la seguridad de las niñas. Pero el comandante llegó en una actitud terrible, acompañado de varias uniformadas. Empezó a decir que se iba a llevar a las niñas al Bienestar Familiar y que a mí me iba a llevar a la UPJ (Unidad Permanente de Justicia), que iba a proceder a esposarme. ¿Y yo qué hacía ahí? No quería que mis hijas sintieran que de verdad podía haber una decisión tan arbitraria, como que 30 policías callaran a tres niñas porque alguien prestante dentro de la plaza estaba molesto con su presencia y, por ello, desplegaran todo un operativo contra ellas.

SEMANA: ¿La llevaron a la UPJ?

N. D.: Empezaron por pedirme la cédula y a reclamarme por qué no la tenía conmigo. Les digo: ‘estoy en mi casa’. Entonces buscaron excusas para llevarme y, finalmente, mis hijas empiezan a llorar y a sentirse frustradas por toda la amedrentación y la injusticia. Ni siquiera podían estar en su casa dando un mensaje que tienen todo el derecho de dar. ¿Cómo es posible que 400 personas si pueden gritar ‘¡ole!,’ y mis dos hijas no pueden exclamar ‘¡amor y sí a la vida!’.

SEMANA: ¿En qué terminó todo?

N. D.: Finalmente, muy valientes, las niñas decidieron quedarse ahí paradas y, al darse cuenta que estaban en un lugar privado, otros policías empezaron hacerle entrar en razón al señor porque seguía insistiendo en que nos fuéramos. Las niñas dijeron se quedaron calladas con los letreros arriba, hasta que la Policía se fue. Esto es un poco la representación de este país. Acá el que manda, el que tiene poder, simplemente atropella a los demás de manera arbitraria y pone a su disposición los recursos públicos. ¿A quién están protegiendo? El mundo esta al revés.

M. D.: Yo siento que rompimos como con el paradigma de la aprobación y de la pena. Fue un momento muy bonito para poder expresarme, decir todo lo que sentía y lo que pensaba. Para mi amiga, para mí y mi hermana fue duro llegar el lunes al colegio a escuchar todo tipo de comentarios: que éramos patéticas, que qué ‘oso’, que nos calláramos, que si queríamos hacer ese tipo de movimientos que lo hiciéramos con un grupo, que no fuéramos ridículas… Pero nosotras seguimos en nuestra posición y escuchamos diferentes puntos de vistas y pues... los aceptamos.