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"No tengo a nadie a quién delatar"

El libanés Ghassan Omar Fakih, a quien la DEA considera pieza clave en su relación con el retirado general del Ejército Gabriel Díaz, habló con SEMANA un día antes de ser extraditado.

29 de junio de 2003

Cuando tenia 18 años llegó a Maicao, un pueblo enclavado en la zona desértica del norte de La Guajira, en donde el comercio es dominado por los musulmanes. Allí se enamoró de una colombiana, con quien tuvo tres hijos. En medio de miles de emigrantes Ghassan, conocido como 'El Turco Alberto', se movió durante 20 años como pez en el agua vendiendo vajillas, porcelanas y electrodómesticos. Dice que vivir en Colombia es como vivir en el paraíso, pero se le convirtió en un infierno después de percatarse de que su vida era monitoreada por la Dijin y la DEA, que adelantaban una operación antidrogas denominada 'Conquista', en la que buscaban enjuiciar a uno de sus mejores amigos, Samuel Santander Lopesierra, 'El hombre Marlboro'.

SEMANA: ¿Cuánto hace que conocía a Samuel Santander Lopesierra y cuál era su relación con él?

Ghassan Omar Fakih: Lo conozco desde hace muchos años ya que estuvo involucrado en la política. Fue senador de la República y todo el mundo lo conoce en La Guajira. Tengo una relación de amistad que son las normales.

SEMANA: Pero a través de esa relación, a la que usted llama normal, está a punto de ser extraditado por narcotráfico.

G.O.F.: Jamás he estado involucrado en el negocio del narcotráfico. La DEA no tiene ninguna prueba contra mí por ese delito. Y no puede tenerla, porque le repito nunca he estado en ese negocio.

SEMANA: ¿Por qué tenía usted amistad con un grupo de personas que en la Costa y La Guajira tienen fama de estar vinculadas con el lavado de dinero y narcotráfico?

G.O.F.: En la Costa, especialmente en La Guajira por lo pequeño que es, todo el mundo se conoce entre sí, y uno no tiene por qué saber a qué se dedica cada persona. Por el hecho de la amistad no se contagian los vicios de otro.

SEMANA: Uno de esos vicios es muy grave y forma parte de la segunda acusación en su contra, y es lavado de activos.

G.O.F.: Yo compraba y vendía dólares en Maicao y Barranquilla, y eso creo yo no constituye delito de lavado de activos.

SEMANA: ¿Desde hace cuánto se dedicaba a la compra y venta de dólares?

G.O.F.: Hace más de 10 años que yo compraba y vendía dólares pero en el mercado interno. Nunca utilicé los sistemas bancarios internacionales para introducir dólares al país. Mi negocio era en las ciudades de Maicao y Barranquilla.

SEMANA: ¿A qué viajaba usted a Panamá?

G.O.F.: Viajaba con mucha frecuencia a Panamá porque prácticamente ese país era el más importante para mis negocios con los comerciantes de Colón. Hasta el momento de mi detención mantenía infinidad de relaciones comerciales con ellos. Desde ese país importaba las mercancías que distribuía en mi almacén.

SEMANA: Usted se debe referir al almacén en el que dice el general Díaz que le compró una vajilla. ¿Cuándo comenzó su amistad con él?

G.O.F.: Mi amistad con el general se remonta a dos años.

SEMANA: En parte, el ser amigo suyo le costó la carrera militar y hoy lo tiene en el ojo del huracán. ¿Cree que se está cometiendo una injusticia con el general?

G.O.F.: Niego enfáticamente que mi amistad con el general Díaz haya sido la causa determinante para su retiro del Ejército. Y si eso fuere así, se estaría cometiendo no sólo una injusticia, sino una infamia atroz.

SEMANA: Pero según la DEA existen grabaciones y videos de encuentros entre usted y el general en los cuales hablan de negocios que no son muy claros. ¿De qué se trata?

G.O.F.: Las grabaciones que pueda tener la DEA de conversaciones mías con el general no tienen ninguna relación con negocios ilícitos, pues nunca los tuve con él ni con nadie. Esas conversaciones hacen referencia a la vajilla que el general compró en mi almacén, y en donde me solicitaba que se la diera a precio de costo. Yo llamé a mi secretaria Liliana y le di instrucciones para que se la vendiera sin ganarle un centavo. Fueron varias llamadas que se produjeron en ese sentido, y es posible que a eso se refiera la DEA.

SEMANA: El general Díaz dijo que le dio un salvoconducto para portar armas. ¿Quién lo tenía amenazado?

G.O.F.: Estuve amenazado de secuestro. A un hermano mío lo secuestraron y tuvimos que pagar un rescate para su liberación. Por eso acudí a la Brigada para solicitar el salvoconducto que me permitiera usar un arma estrictamente para mi defensa personal.

SEMANA: El juicio en Estados Unidos contra usted parece inminente. ¿Estaría dispuesto a delatar a cambio de protección o rebajas de penas?

G.O.F.: No tengo a nadie a quién delatar para obtener rebaja de pena. Yo voy a demostrar mi inocencia ante la justicia norteamericana.

SEMANA: ¿Le gustaría hablar con los agentes de la DEA responsables de la 'Operación Conquista'?

G.O.F.: Yo siempre estuve dispuesto a conversar con los agentes de la DEA. Nunca lo pudimos hacer pues los mecanismos legales no lo permitían.

SEMANA: ¿Le teme a la extradición?

G.O.F.: No le temo a la extradición. Lo único que me mortifica es que esta figura acaba con la unidad familiar. Mis hijos menores quedan privados de mi tutoría económica y moral. Eso sí me preocupa. Pero yo creo en la justicia de Estados Unidos y de allí saldré airoso.

SEMANA: A propósito de su familia, usted tiene un hermano detenido en Nueva York que, según ha salido en algunos medios, está vinculado con los atentados de las Torres Gemelas. Cree que esto pudo incidir en algo en su actual situación o lo puede perjudicar en el juicio que tendrá en Estados Unidos?

G.O.F.: Mi hermano no se encuentra detenido ni sindicado por hechos de las Torres Gemelas de Nueva York. Eso es una falacia que rechazo airadamente. No sé de dónde habrán sacado ese infundio.

SEMANA: ¿Qué tan unida es su familia y cómo le han ayudado a sobrellevar esta situación?

G.O.F.: Mi familia es muy unida y me han prestado una invaluable ayuda, lo cual me ha permitido soportar los rigores en esta cárcel tan inhumana.

SEMANA: ¿Teme que haya repercusiones contra su familia?

G.O.F.: Es posible que así ocurra.

SEMANA: ¿Cómo transcurre su vida en Cómbita?

G.O.F.: Fortalezco mi espíritu con la lectura y las enseñanzas del Corán, que son muy útiles y fortalecen mi fe.

SEMANA: ¿Es cierto que usted prestó una camioneta blanca blindada para que fuera utilizada por el presidente Alvaro Uribe en un consejo comunitario que se realizó en La Guajira?

G.O.F.: Todos los habitantes y comerciantes de La Guajira celebramos el feliz acontecimiento de que el Presidente de la República nos honrara con su visita. Y naturalmente que todos colaboramos en una u otra forma.

SEMANA: ¿Se arrepiente de haberse venido a vivir a este país?

G.O.F.: Viajé a Colombia como lo hicimos muchos libaneses, dado el estado de guerra en que se encontraba mi país, y no me arrepiento. Guardo la esperanza de que pronto regresaré. Colombia es un paraíso.