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NUEVO DISCURSO

RODRIGO LLOREDA CAICEDO
15 de noviembre de 1982

Una prolongada ovación cerró el discurso del canciller colombiano el viernes pasado en el recinto de sesiones plenarias de la ONU. Rodrigo Lloreda Caicedo, conservador vallecaucano, exponía la nueva política internacional de Colombia. Cuando en el discurso de posesión el presidente Betancur anunció su propósito de afiliar el país al movimiento de los No Alineados, no fueron pocos los que pensaron que se trataba de una declaración para efectos políticos domésticos y que ello no se vería confirmado con el desempeño de Colombia en las Naciones Unidas. Sin embargo, el joven ministro comenzó rápidamente a despejar los equívocos.
La defensa de la causa palestina y el reconocimiento de la OLP como vocero legítimo de esa nacionalidad fue precisado por el ministro pocos días después de su posesión, al mismo tiempo que criticaba acerbamente al Estado de Israel y a los Estados Unidos por sus respectivas gestiones en El Líbano y las Islas Malvinas, no dejando, así, dudas del camino que comenzaba a recorrer Colombia bajo el mandato de Belisario Betancur.
El diálogo Norte-Sur, al igual que todos los demás esfuerzos para mejorar la posición económica de los países subdesarrollados y en vías de desarrollo han fracasado, según el nuevo canciller, ante la ONU, por la actitud "no generosa" de los países del Norte, lo que obliga a un diálogo y unas relaciones Sur-Sur .
Entonces, lo que se consideraba era la política conservadora en materia internacional, el "Respice polum" --mirar al Norte--con que don Marco Fidel Suárez sintetizaba en esta materia la orientación de su partido, ha sido sustituido ahora, no por los liberales, sino por sus propios copartidarios modernos, por una política que podría sintetizar--para emplear el método de Suárez--con la expresión "Respice similia"--mirar a los semejantes--. En otras palabras es el diálogo que ha propuesto el jefe conservador del Valle, al invocar el viernes la urgencia de que entre los países subdesarrollados se inicie un diálogo que él llamó Sur-Sur ante la "falta de voluntad política" de los países ricos por solucionar efectivamente los problemas económicos mundiales.
En el más vehemente tono tercermundista, inédito hasta ahora en la diplomacia colombiana, el canciller sustentó extensamente la decisión del gobierno de Betancur de ingresar en el movimiento de países No Alineados para impedir que Colombia siga siendo "considerada como país dependiente".
Sin embargo, no fueron esos apartes los más comentados del discurso del funcionario colombiano. Estos sin duda giraron alrededor de los temas Malvinas, Medio Oriente y Centroamérica. Sobre el primero, Lloreda Caicedo censuró el abandono de la posición neutral de Estados Unidos en ese proceso militar, en beneficio de Gran Bretaña, lo que dejó sin embargo, "el efecto positivo de unir por primera vez en toda su historia a los pueblos latinoamericanos", lo que debería aprovecharse, según el representante colombiano, para "crear mecanismos efectivos que permitan una acción conjunta en momentos de crisis".
Su fórmula de arreglo del diferendo Argentina-Inglaterra sobre esas islas, fue la de la "neutralización inmediata de las islas Malvinas confiando su administración a una autoridad multinacional mientras se buscan fórmulas que permitan conciliar los derechos de la Argentina con las legítimas aspiraciones de los habitantes del archipiélago ".
Rechazó también la acción militar de Israel en el Líbano y reconoció el derecho del pueblo palestino a tener un Estado soberano, no sin ignorar y censurar a su vez la ocupación militar de Afganistán y Kampuchea y la persecusión a Solidaridad en Polonia.
El escenario Centroamericano fue también objeto de recomendaciones enfáticas del canciller Lloreda al sostener la necesidad del retiro de "todos los asesores militares y de seguridad que existen en la zona, especialmente en El Salvador, Honduras y Nicaragua", como una vía hacia la consecución de la paz en la región, tesis que había sido propuesta por él mismo días antes en la reunión de cancilleres en San José de Costa Rica.
Ha sido entonces, la de Rodrigo Lloreda Caicedo, una carrera política sin la espectacularidad de la de otros de su generación. Casi que podría decirse que no conoce el riesgo. Ha sido ella constantemente ascendente, segura, sin contratiempos. ¿Qué puede explicartantoéxito?
Nacido en el seno de una de las más prominentes familias de la oligarquía vallecaucana, Rodrigo Lloreda ha sabido aprovechar con talento las ventajas que le depara esa situación. Su padre, Alvaro Lloreda, adinerado industrial de ese departamento, dueño del periódico conservador "El País", senador durante varios lustros, supo educar y encauzar al hoy canciller colombiano: Gobernador a los 25 años, su padre era por la misma época senador de la República. Senador él mismo a los 30 años, fue posteriormente presidente del Directorio Nacional Conservador, y controvertido ministro de Educación. Rodrigo Lloreda es además periodista y se desempeñó como ex ministro delegatario en cargado de funciones presidenciales antes de asistir a la sesión plenaria de la ONU.
No es la ostentación una de sus características. Durante su breve "paloma" no se le vió arrellenado en el sillón presidencial, ni invitando a manteles en grandes almuerzos y comidas, con discurso a bordo, sino que fue la suya una conducta discreta y seria. Si Belisario Betancur quiere representar en la Presidencia el anti-Turbay, Lloreda, como ministro delegatario aspira a encarnar elanti-Eastman.
¿Está, pues, Lloreda Caycedo perfilándose como uno de los posibles candidatos de su partido para el 86? Probablemente. Metódico y audaz, con solo 40 años a cuestas, con el bagaje de una apreciable experiencia administrativa, como el gran triunfador del partido conservador a nivel departamental en el último debate electoral, este personaje, indudablemente, está en el partidor.