Home

Nación

Artículo

BOGOTÁ

¡A reciclar!

La Uaesp adjudicó la licitación por 4,8 billones de pesos a cinco empresas privadas que tienen el reto de mantener limpia a una de las ciudades que más producen desechos en el país. Estos son los cambios que se deberían ver.

6 de enero de 2018

Bogotá tiene un serio problema en el manejo de basuras. Es común encontrar todo tipo de residuos en las calles, en los canales de agua, en los parques, en los humedales y en los espacios abiertos. El relleno sanitario de Doña Juana, al que entran 6.301 toneladas de basura diarias, no da abasto. Además, se recicla tan solo un 14,7 del material aprovechable, cuando está demostrado que el 90 por ciento de los desechos podrían ser reciclables.

Esta situación tenía en vilo a los ciudadanos, que esperan que con la adjudicación del servicio de aseo el panorama de Bogotá sea diferente. Tras diez años de prórrogas a contratos que no estaban licitados, finalmente la Uaesp seleccionó cinco empresas privadas que tendrán el encargo de administrar 4,8 billones de pesos para recolectar las basuras por los próximos ocho años.

Quedaron elegidos los consorcios Promesa Sociedad Futura Promo Ambiental, que estará al frente del servicio en la zona 1, conformada por las localidades de San Cristóbal, Usaquén, Chapinero, Candelaria, Usme y Sumapaz. Limpieza Metropolitana (Lime) se ocupará de la zona 2, que comprende Teusaquillo, Mártires, Puente Aranda, Antonio Nariño, Tunjuelito, Ciudad Bolívar y Bosa. Ciudad Limpia recogerá los desechos de la zona 3, que abarca Kennedy y Fontibón. Bogotá Limpia recorrerá Barrios Unidos y Engativá que hacen parte de la zona 4. Y Área Limpia estará al frente de Suba, zona 5.

Puede leer: "Los recicladores están excluidos" Personera sobre licitación de basuras de Bogotá

La directora de la Uaesp, Beatriz Cárdenas, aseguró que con este nuevo sistema en Bogotá se verán varios cambios. En mayo habrá una rebaja en la tarifa del aseo del 10 por ciento. Y por primera vez en la historia de la ciudad, los habitantes de las zonas rurales tendrán el servicio. Además, las empresas utilizarán vehículos de recolección de primera calidad y cero kilómetros; respetarán horarios de barrido y lavado adecuados; retirarán pendones, avisos y pasacalles ilegales y removerán grafitis. Renovarán el mobiliario urbano, y cortarán el césped y podarán los árboles con maquinaria adecuada.

Cárdenas resaltó que esta licitación del servicio de aseo es para el material no aprovechable, y que las compañías que incumplan u obstaculicen a la comunidad recicladora recibirán sanciones. El dinero de las multas que eventualmente paguen será invertido en los recicladores.

Como uno de los grandes retos para Bogotá es tener cambios significativos en la cultura, los habitantes tendrán que separar el material en dos tipos de contenedores: uno para lo aprovechable y otro para lo desechable. En la primera etapa habrá 1.100 contenedores distribuidos por la ciudad, pero se espera llegar a casi 10.000 depósitos para facilitar la labor de los recicladores.

Le recomendamos: Basuras la licitación de los 4.8 billones

En cuando al desecho de residuos sólidos grandes como los muebles y electrodomésticos, los ciudadanos podrán llamar a Acualínea (116) y en tres días les prestarán el servicio de recolección por un costo que dependerá del peso del mueble.

Las empresas tendrán plazo de seis meses a partir del 12 de febrero para adquirir y poner a operar los vehículos y ocho meses para los contenedores. A mediados de octubre el nuevo esquema deberá funcionar en su totalidad.

Ha generado críticas de varios sectores que por el momento no habrá camiones y rutas diferenciadas, como sí sucede en algunas ciudades donde un día pasan los vehículos que recogen el material aprovechable y otro el desechable. Además, el uso de Doña Juana se prolongará por los menos por unos 20 años, según la Uaesp. Otras políticas públicas se están estudiando de la mano del Banco Mundial, que entregará un informe para que el Distrito pueda tomar otro tipo de acciones afirmativas que permitan aprovechar el material reciclable y pensar en la posibilidad de no seguir enterrando la basura.