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| Foto: Claudia Camejo / SEMANA.

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La penosa situación de los pescadores de San Andrés

Semana.com recorrió la zona y evidenció que el problema de producción pesquera no tiene solución a la vista.

Julieth Zapata, periodista Semana.com
9 de febrero de 2014

A veces no es cuestión de orgullo o de patriotismo. A veces solo se trata de mera supervivencia. La ancestral pesca de los nativos de San Andrés, en el pedazo de Caribe que siempre consideraron suyo, ya no fue la misma por cuenta de una decisión de la Corte Internacional de Justicia de la Haya, el 19 de noviembre de 2012.

Lo que en un principio fue indignación e impotencia para los habitantes del archipiélago, que aún no han logrado digerir que un tribunal al otro lado del mundo les haya quitado su modo de vida, fue mutando en duras dificultades económicas dado que son pocos los bancos de pesca que pueden frecuentar.

Para ellos, la sobreexplotación del recurso por cuenta de los navíos nicaragüenses, nuevos tenedores de los 74.000 kilómetros cuadrados de mar que Colombia consideraba suyos, causa que muchas las faenas no ya no den los abundantes frutos de antes.

Algunos ya ni siquiera recuperan la inversión en combustible y, además se sienten inseguros. Por ello decidieron no volver a las zonas de pesca. Los comerciantes también viven su crisis y dijeron que hay poco producto para adquirir, mientras que los dueños de los negocios y los consumidores también se quejan de la escasez.

Carlos Castaño, quien desde hace 20 años llegó del Eje Cafetero atraído por la exuberante pesca en San Andrés, manifestó que sigue en su labor porque es el trabajo que sabe hacer y que de allí es que devenga los ingresos que le envía a su familia en el interior del país.

Antes del fallo –asegura- las faenas de pesca que duran ocho días y abarcaban el área hoy escriturada a los centroamericanos, lo que le permitía vivir decentemente. Hoy la situación es otra: “Anteriormente visitaba bancos de pesca, en el meridiano 82, y en una faena de 24 horas podría uno conseguir hasta 90 libras de pescado. Pero ahora ya no podemos ir. Todos pescamos en la misma zona y la demanda es mucha”, aseguró.

“Hay personas que salen y no libran ni lo de la gasolina –añade- Ahora estamos muy restringidos porque sentimos temor de visitar los bancos que antes visitábamos, porque en realidad uno corre mucho riesgo, hay embarcaciones nicaragüenses que están asediando la zona”.

No hay dónde pescar

Rosana Torres, representante de Fishing and Farming, una cooperativa que reúne a cerca de 143 pescadores de Providencia, dijo que la zona de los cayos es la mejor para ejercer las labores de pesca, pero por a causa del fallo determinaron solo trabajar en el mar que La Haya le dejó a Colombia.

“En las zonas que nos quitaron no estamos ejerciendo la actividad. Hemos visto una disminución enorme en el recurso pesquero. De hechos ahora no tenemos pescado, estamos explotando las dos semillas que nos dejaron alrededor de Providencia. Estamos extrayendo langosta. Lo poco que nos entra de pescado podríamos decir que es entre un 30 o 40% menos de lo que teníamos antes”, dijo.

Torres denunció además que en la zona de Nicaragua existen pesqueros ilegales que extraen el producto y con los instrumentos que hacen su labor, están afectando la vida marina en esa región. Aseguró que aunque la Armada Nacional patrulla la zona no siempre pueden estar en todo lado, por lo que prefieren no exponerse.

Listel Stevenson un comprador de pescado, aseguró que el fallo trajo la escasez y que quienes viven del mar ahora pasan dificultades porque sus ganancias son escasas. También se declaró como un afectado más.

“Desde que se dio el fallo los pescadores no han vuelto para allá, porque tienen miedo. La producción ha bajado, incluso están trayendo pescados de otros países a la isla. Los pescadores no están haciendo ni para la gasolina, tiene que salir a pescar con gasolina fiada porque no tiene con qué pagarla. Yo llevo más de una semana sin poder comprar para vender”, manifestó.

Juana Stephenson es la propietaria de un restaurante típico sanandresano donde la base de los platos es la comida marina. Ella aseguró que aunque el producto se consigue, la variedad y las cantidades que podía comprar antes ya no es posible adquirirlas.


“El principal alimento para el turista es el pescado, pero nos ha tocado ofrecer platos diferentes porque a veces el producto escasea. Nada es igual desde el fallo. No solo los pescadores son los afectados, sino todos los que dependemos de ellos”, dijo.

Buscan soluciones

Para Alain Manjarrez, presidente Cámara de Comercio de San Andrés, es necesario tomar cartas en el asunto y buscar alternativas de ingresos para los pescadores. Manjarrez aseguró que con el fallo tanto los pescadores artesanales como los industriales se han visto afectados.

Él explicó que “la empresa industrial que tenía la mayor capacidad para exportar era Antillana, ellos compraban los productos a los barcos pesqueros. A raíz del fallo decidieron cerrar su operación de pesca de langosta y prosiguen en San Andrés con el tema de pesca blanca. Todo esto generó una disminución de empleos”.

Además criticó el hecho que el Gobierno quisiera brindar ayudas momentáneas entregando dinero, cuando lo que se debe conseguir es una solución definitiva, que alivie los problemas que hoy padecen los pescadores.

“La intervención del fallo ha afectado en el tema pesquero, había familias que vivían del sector productivo que no está fluyendo como antes. En su momento el Gobierno se apresuró y entregó un subsidio a los pescadores artesanales, alrededor de los 10.000 millones de pesos. No estuvimos de acuerdo, con eso se había podido hacer un proyecto productivo y no entregar unos recursos que a los 6 meses se les iban a agotar”, explicó.

Manjarrez aseguró que en el caso de los pescadores industriales desempleados, se va ejecutar un proyecto productivo en alianza con el Gobierno Nacional y que para los artesanales se está analizando qué solución se le va a dar a su situación.

Por su parte el representante a la Cámara por San Andrés y Providencia Hack Housni, indicó que una de las soluciones es integrar los pescadores artesanales que desde hace 100 años por tradición ejercen su labor, con el turismo.

“En esencia hay que cambiar el modo de producción del pescador e incluirlo en la cadena principal que es el turismo, casi que convertir esos centros de pesca que llaman el pescadero en sitios de atracción turística, donde el turista no solo encuentre un pescado, sino también que los pueden sacar a pescar”, indicó.

La autoridad

Para el contralmirante Luis Hernán Espejo Segura, comandante Comando Específico de San Andrés y Providencia, la labor de la Armada en esa región es diversa y una de las prioridades es cuidar a los pescadores. Aseguró que pese a los recientes sucesos, el gremio pude estar seguro.

“Nuestra misión es la protección de los derechos históricos de pesca del Estado Colombiano en todas las áreas donde siempre se ha pescado, especialmente en un sector que se conoce como Luna Verde. Una misión es proteger los pescadores colombianos o faenando para Colombia, porque pueden ser pesqueros de otros países con permiso”, indicó.

Hace apenas unos días el defensor del pueblo, Jorge Armando Otálora Gómez, se reunió con representantes del gremio de los pescadores de San Andrés. Luego del encuentro Otálora invitó al Gobierno Nacional para que estudie la situación de quienes ejercen la labor y lo referente a los subsidios.

El fiscal general, Eduardo Montealegre, en su paso por el archipiélago también se comprometió a abogar por los pescadores para que no tengan restricciones a la hora de recibir los subsidios, pues quienes tienen indagaciones en su contra, aún sin haber sido condenados no pueden acceder al beneficio.