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Buenaventura Orobio. | Foto: Colprensa

INVESTIGACIÓN

Los otros pecados de Buenaventura Orobio

El intendente capturado tras ser señalado de ayudar a las FARC a atacar a la Policía en Gorgona, tiene tres procesos más en la Fiscalía.

5 de diciembre de 2014

El intendente de la Policía Buenaventura Orobio Caicedo se fue a la cárcel. Un juez le dictó medida de aseguramiento por los delitos de terrorismo, concierto para delinquir, homicidio y tentativa de homicidio agravado por haber, presuntamente, colaborado con las FARC en el brutal atentado contra la estación de Policía de la isla Gorgona.

“No tengo nada que ver con las FARC”, dijo antes de entrar a la audiencia de donde salió rumbo a la cárcel. Este es el principal problema que afronta este intendente, que hasta hace dos días era el subcomandante de la Policía de Timbiquí (Cauca). Pero ahora se supo que lo acosan otros procesos penales que revivieron con su captura.

Semana.com conoció que, desde hace tres años, la Fiscalía lo investiga por promover la minería ilegal en su departamento. Y algo peor. Un fiscal de la Unidad de lucha contra las bandas criminales le tiene abierto un expediente por concierto para delinquir y tráfico de armas. Todo esto, según las fuentes, por supuestas alianzas con grupos y bandas criminales.

Las investigaciones datan de tiempo atrás cuando Orobio Caicedo estuvo vinculado a los comandos de los departamentos de Valle y Cauca. Ahora, la Fiscalía estudia la posibilidad de unir todas las pruebas en sola una investigación.

Mientras tanto Orobio irá a la cárcel de Jamundí (Valle). Desde allí sentirá el rechazo de la ciudadanía que no deja de condenar este y otros recientes hechos perpetrados por las FARC. Pero este, en especial, porque se trata de un Parque Nacional Natural, como Gorgona, en donde los agentes de la Policía están más preparados para cuidar plantas y animales silvestres que para repeler a una experimentada guerrilla.

Los guerrilleros atacaron agazapados entre la oscuridad. Luego huyeron raudos en lanchas por el mar. Entre los escombros quedó el cadáver del joven teniente John Álvaro Suárez Carvajal. Todo, al parecer, con el apoyo de un uniformado que deshonró la institución.