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| Foto: Archivo particular

JUSTICIA

Las nuevas cuentas de la paz en la Corte

La llegada de Diana Fajardo al alto tribunal no necesariamente garantiza las mayorías para pasar las normas de la implementación de la paz. Así le pidió Santos ‘apoyo’ a los nuevos magistrados.

1 de junio de 2017

Esta semana en la posesión de la nueva magistrada Diana Fajardo, el presidente aprovechó para sacarse un clavo. En el salón Gobelinos del Palacio de Nariño estaban reunidos casi todos los magistrados de la Corte Constitucional y algunos juristas que han pasado por ese alto tribunal. Santos se refirió frente a sus protagonistas a la sentencia que limitó el Fast Track y que generó aireadas reacciones, entre ellas las del ex jefe negociador Humberto de la Calle y la cúpula de las Farc.

“La Corte decidió en una decisión que no compartí, pero que siempre como lo hemos hecho, respetamos; que algunos de los procedimientos del fast track no eran aplicables…pero en esa misma decisión también se ratificó que ninguna ley, ninguna proposición, ninguna iniciativa que vaya en contra de los acuerdos debe ser aceptada porque sería inconstitucional”, aclaró el presidente.

En últimas el primer mandatario quería darles a los magistrados un mensaje para nada subliminal: que en los acuerdos de paz estaba la palabra empeñada del Estado y que por eso “los tenemos que cumplir y los vamos a cumplir”. Y fue aún más enfático. Aun después de la polémica que generó el senador Armando Benedetti al asegurar que si no elegían a Diana Fajardo, las Farc se paraban de la mesa, el presidente aprovechó para reforzar una idea similar: “Espero querida magistrada, que usted ahora que viene a reforzar esa Corte que sean conscientes pues de la necesidad de poder poner en marcha estos acuerdos a la mayor brevedad posible para que los beneficios de la paz los podamos comenzar a ver lo más pronto posible”.

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La preocupación de Santos no es poca. El fallo del fast track demostró que en la Corte Constitucional un voto hace la diferencia y puede cambiar radicalmente una decisión. De hecho, la elección de Fajardo se dirimió en el Congreso por esa tesis pues se advirtió que si ella no llegaba las mayorías a favor del proceso estaban en riesgo.

La verdad es que las cuentas que le hacen a la paz dependen mucho del momento y de la norma que se tramite. En la del Fast Track hay que tener en cuenta que participaron dos magistrados encargados y que solamente alcanzó cinco votos, es decir, el mínimo necesario para ser aprobada.

La nueva magistrada Diana Fajardo reemplaza precisamente a uno de los encargados que votaron a favor de la limitación del fast track, lo cual equiparó las votaciones en el Alto Tribunal. Sin embargo, existen muchos factores que pueden variar los resultados de las votaciones.

El primero es que dos magistrados que pueden estar a favor de la paz, como son Cristina Pardo y Antonio José Lizarazo, se encuentran impedidos para analizar algunas de las leyes y decretos que pasarán por la corte. La primera porque fue la secretaria jurídica del gobierno Santos y el segundo porque fue asesor de la Oficina del Alto Comisionado para la paz y de la delegación del gobierno en lo relacionado con el punto 2 del acuerdo de paz.

Pardo tendría que apartarse de las discusiones sobre todo el paquete de paz que haya pasado por la oficina jurídica de Palacio de Nariño antes de su renuncia a finales del año pasado. Lizarazo, por su parte, se viene declarando impedido con todos los asuntos relacionados con la participación política de las Farc, aunque no participó en la producción normativa que desarrolló los acuerdos de paz. Así, se apartó de la discusión del decreto que permitía ampliar la planta de la Unidad Nacional de Protección ya que contenía un trato especial para los miembros del partido político de las Farc. También lo hizo recientemente en el debate de la Ley que designó a seis voceros de las Farc para que participen con voz y sin voto en los debates del Congreso acerca de los proyectos de reforma constitucional o legal que sean tramitados mediante ‘fast track‘. 

Esta realidad va a alterar definitivamente la composición de las mayorías para decisiones clave. Por ejemplo, el estudio del Acto Legislativo de la Jurisdicción Especial para la Paz, no solo Pardo y Lizarazo están impedidos, sino también el magistrado Carlos Bernal Pulido pues como profesor de la Universidad de Sidney realizó una consultoría con el Ejército Nacional desde el 2014 para el diseño de un modelo constitucional de justicia transicional. Es probable que por la misma razón se aparte de la Ley de Amnistía. Así, varias de las decisiones más clave para el proceso podrían terminar en manos de conjueces.

Como las cuentas están tan apretadas es casi seguro que en las discusiones que vienen de lado y lado van a tratar de recusar a los magistrados, pero lo cierto es que este no es un tema de interpretación. Solo aplica a cinco situaciones puntuales: haber conceptuado sobre la constitucionalidad de la disposición acusada, haber intervenido en su expedición, tener interés en la decisión, haber sido miembro del Congreso durante la tramitación del proyecto y tener vínculo con el demandante por matrimonio o por unión permanente, o parentesco en cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad o primero civil. Para revisiones de tutela, las causales suman en total 15 y apuntan adicionalmente a establecer restricciones de pronunciarse en caso de tener cercanía con las partes en conflicto.

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Pero no solo hay votos que se restan a las decisiones de la paz, sino otros que podrían sumarse. Por ejemplo, pese a que Carlos Bernal y Gloria Ortiz votaron a favor de la sentencia que limitó el fast track, no se han mostrado como opositores del proceso, sino como críticos de puntos específicos del trámite de la implementación, por lo cual se pronostica que en muchos otros temas podrían sumarse a la mayoría.

Por otro lado, todavía falta un voto de un nuevo magistrado que aún no ha sido elegido pues la Corte Suprema no ha dirimido una controversia interna para designar la terna. El jurista que llegue allí remplazará a Jorge Iván Palacio, un voto que solía estar a favor en todos los temas del proceso con las Farc. Desde ya se augura que la paz sea, tal como sucedió con la designación de Diana Fajardo, el tema clave para esa elección.