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RELACIONES PELIGROSAS

Esta es la historia del 'loco' Giraldo, el periodista que logró convivir simultáneamente con la élite política y el cartel de Cali.

25 de julio de 1994

LA PRIMERA VEZ QUE EL país asoció al periodista Alberto Giraldo López con los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, cabecillas del cartel de Cali, fue en marzo de 1987. El diario El Espectador publicó en primera página una noticia según la cual Miguel Rodríguez Orejuela y el periodista Giraldo se habían entrevistado con el entonces procurador, Carlos Mauro Hoyos, con el propósito de convencerlo de que, contrario a lo que las autoridades estaban diciendo, los Rodríguez Orejuela no eran narcotraficantes sino prósperos "empresarios e industriales".
Durante la entrevista, que se prolongó por algo más de media hora, tanto Rodríguez como Giraldo pidieron garantías e imparcialidad en el juicio que esa semana se llevaría a cabo en Cali contra Gilberto Rodríguez, quien acababa de ser extraditado de España junto con Jorge Luis Ochoa Vásquez.
Al terminar la entrevista, la primera reacción del procurador Hoyos fue llamar a Alvaro Gómez, su amigo personal y jefe inmediato del periodista, para ponerlo al tanto de la insólita situación que se acababa de presentar. Gómez Hurtado exigió explicaciones a Giraldo, quien escribía su columna diaria y, al no obtener respuesta satisfactoria, decidió retirarlo del periódico.
Aunque en ese momento buena parte de la opinión pública se mostró sorprendida por la revelación de la entrevista, la verdad es que la amistad de los Rodríguez con Giraldo López no sólo era de vieja data, sino que el propio periodista hacía alarde de ella ante sus amigos. "Ninguno de nosotros ignoraba la estrecha relación del 'loco' "Giraldo con los hermanos Rodríguez Orejuela", dijo a SEMANA una de las personas más allegadas al periodista. El propio Giraldo, en carta que envió al director del diario El Tiempo, Hernando Santos Castillo, el pasado 22 de junio, dijo que "las personas que me conocen saben que sostengo desde hace muchos años con los señores Rodríguez Orejuela una relación de amistad".
De hecho, las autoridades sabían que la relación del periodista con los Rodríguez Orejuela iba más allá de la amistad. Según los organismos de inteligencia, Giraldo se desempeñaba desde comienzos de los años 80 como relacionista público de algunas de sus empresas, entre ellas el desaparecido Banco de los Trabajadores. De acuerdo con documentos que reposan en la Superintendencia Bancaria, la entidad crediticia realizaba pagos directos a una sociedad familiar de Giraldo López.
Desde entonces para nadie ha sido un secreto que Giraldo es oficialmente el relacionista de los hermanos Rodríguez. En Cali, los reconocidos narcotraficantes no tienen la connotación tan negativa que se tiene de ellos en Bogotá, pero en la capital, donde el narcotráfico sigue teniendo muy mal olor, por alguna razón que nadie se explica, Giraldo ha sabido conservar todos sus contactos y amistades. El periodista siguió siendo, hasta la semana pasada, uno de los reporteros mejor conectados de Colombia. Con la misma facilidad se entrevista con un ministro del gabinete como con ex presidentes de ambos partidos. Se mueve como, pez en el agua tanto en círculos políticos, como en gremios económicos e industriales. A pesar de sus polémicos vínculos con el narcotráfico, son pocos los que hablan mal de él.
Quienes lo conocen lo definen como un ágil periodista con gran sentido y un excepcional olfato para la chiva. "El 'loco' Giraldo es capaz de hacer una crónica o un gran reportaje en 15 minutos", dijo a SEMANA uno de sus mejores amigos. Y aunque Giraldo es de aquellos reporteros a los que todo el mundo el tiene simpatía, lo cierto es que en el fondo nadie lo toma muy en serio.

LAS ANDANZAS
Nacido en Cisneros (Antioquia) hace 55 años, Giraldo llegó al periodismo por vocación. Empezó a destacarse en la década de los 50, cuando trabajaba como redactor político de El Diario de Colombia durante el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla. Desde esa época es muy conocida su cercanía con el rojaspinillismo, que hoy se extiende a la hija del propio general Gustavo Rojas, María Eugenia Rojas de Moreno. De El Diario de Colombia Giraldo pasó a El Siglo, también como redactor político. Allí se convirtió en uno de los famosos 'gorilas', que era como llamaban a los cuatro periodistas que acompañaban en todo momento al presidente Guillermo León Valencia. Durante ese gobierno Giraldo alcanzó una alta dosis de popularidad y protagonismo. Llegó a ser, inclusive, secretario privado del ministro de Fomento, Marco Alzate Avendaño. Hay quienes sostienen que desde esa época se inició la amistad del periodista; con los hermanos Rodríguez Orejuela, quienes eran reconocidos como comerciantes caleños.

NEGOCIOS CON CALI
En sus épocas de vacas flacas conoció a Beatriz Ayala Bellini, fámiliar del presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Juan José Bellini, con quien se casó y tuvo tres hijos.
En la década de los 70 trabajó en televisión, junto con Alberto Acosta, en el noticiero A-3, y en radio como periodista de Super, Todelar y como director de la cadena radial RCN. En los 80, Giraldo López se dedicó a la compra y venta de vehículos lujosos, negocios que, según las autoridades, siempre tuvieron que ver con los hermanos Rodríguez Orejuela.
A medida que su situación económica empezó a mejorar, Giraldo fue abandonando su trabajo periodístico. De hecho, siempre ha tenido inclinación por la buena vida. Uno de sus amigos afirma que se trata de un hombre rico, propietario de tres empresas de transporte, varias fincas, dos lujosos automóviles y dos apartamentos. De su labor de reportero sólo mantenía sus comentarios en diarios de provincia y su columna 'Informe Confidencial' en La República, suspendida a raíz de la revelación de su conversación con los hermanos Rodríguez. Recientemente había sido invitado por Alberto Zalamea para que fuera cronista político exclusivo de la revista Cromos.

SUICIDIO PROFESIONAL.
Una semana antes del escándalo del narcocasete, Giraldo fue el anfitrión de una cena en la que Miguel Maza Márquez adhirió a la campaña de Samper. Ese mismo día había ofrecido un almuerzo en el restaurante La Barra en honor al ex presidente Misael Pastrana. Desde entonces no se ha vuelto a tener noticia suya, salvo una carta que envió desde la clandestinidad a El Tiempo.
A raíz de las explosivas conversaciones telefónicas, la suerte de Giraldo no parece nada halagueña. Pocas veces se había visto operar a un cartel por dentro como en estas grabaciones. Y aún quienes siempre lo identificaron con el cartel de Cali no dejan de sorprenderse de su familiaridad con los Rodríguez Orejuela y del alcance de sus gestiones Como él mismo lo admitió, su publicación fue un "suicidio civil".
Lo único claro hasta el momento es que la vida periodística de Giraldo puede darse por terminada. Quedan algunos interrogantes sobre su situación judicial, que podría agravarse si las autoridades deciden procesarlo por delitos como encubrimiento. Sea como sea, y aunque en una forma muy distinta a la de los mártires de los últimos años, Giraldo bien podría considerarse otra víctima del narcotráfico en Colombia.

LINEA CALIENTE
Alberto Giraldo: Te llevo las mejores noticias del mundo... Hoy sí me vas a dar un abrazo. Si no me lo das, eres un hp.
Rodríguez Orejuela: Igual a vos, o qué?
(...) Giraldo: Claro, hp. yo, en cambio, no me dan ni cinco a mí.
Rodriguez: No, es que vos no nos podés arredar la vida de nosotros(...) Esa es la pequeña diferencia.
Giraldo: Pero yo tengo que hacer esa serie de...
Rodríguez: Ahora, el día que vos seas candidato presidencial y tengás el 47 por ciento de la opinión, no sólo tenés eso; tenés hasta la vida de nosotros.
(...) Rodriguez: Bueno, mijo, vea yo le digo una cosa: es malo por lo que... es injusto porque vos has ido allá, has llevado la voz, has dicho "aquí estamos" Ahora, yo no sé si es que no has sido capaz de hablar y nos decís mentiras, ¿no?
Giraldo: No seas hp., cuándo te he dicho mentiras yo a vos.
Rodríguez: La otra vez yo te pillé que era como que vos no les decías era nada a esos malparidos.
(...) Rodríguez: A esos hay que decirles es de frente, esto es así y así, y aquí no están pidiendo nada ilegal, nada fuera del marco de la ley, esto son personas decentes, son personas que quieren legalizar su vida, son personas que toda la puta vida le. han ayudado a unos y a otros, ¿no cierto?
Alberto: Yo llevo mañana una razón concreta
(...) Giraldo: ¿Y entonces qué hago yo ahora?
Rodríguez: Yo la saco ahorita (la plata) y te la vuelvo a mandar.
Giraldo: Sí, porque estoy en rojo.