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| Foto: Defensoría del Pueblo.

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“Colombia debería declarar el Niño Costero”: exdirector del Ideam

Ricardo Lozano, quien estuvo al frente de la emergencia invernal en 2010, lanza preocupantes advertencias sobre lo que puede venir con las lluvias. Asegura que los ríos cargan las malas decisiones de los hombres.

16 de abril de 2017

Semana.com: La tragedia de Mocoa conmovió a todo el país. Pero también revivió el debate sobre si estos fenómenos suceden por la “furia de la naturaleza” o la intervención de los seres humanos en los ecosistemas. En términos climáticos, ¿A qué se debe que los ríos crezcan así?

Ricardo Lozano: Cuando los ríos crecen así o cuando desaparecen, pues en la región andina hay ríos que se desbordan pero en la caribe otros dejan de existir, suelen existir múltiples razones detrás. Los ríos en su canal no solamente llevan agua, barro y rocas sino todos los malos hábitos y las malas decisiones en la planificación del desarrollo y el ordenamiento de los territorios. En el recorrido cargan en sus corrientes todo lo que el hombre hizo aguas arriba. Debido a la interrupción de su equilibrio y de su capacidad de asimilar el ciclo natural del agua, los ríos crecen así porque llevan además químicos en exceso, basura, casas, puentes, vías, animales, cultivos, árboles y personas.

Semana.com: ¿Cómo pueden cargar los ríos con tanto?

Ricardo Lozano: Los ríos, así como la naturaleza, están conectados con todas las fuerzas del planeta. La clave está allí, en conocer, analizar, entender y monitorear esas conexiones. Un río no solamente es un canal por donde corre el agua, es el escenario común donde confluyen el océano,  atmosfera, biosfera, litosfera y los hábitos propios del hombre. Es por esto que cualquier río, mar, cuenca o territorio es la radiografía del estado de la Tierra. Al haber modificado el hombre la vocación real de los recursos como el suelo, agua o aire se pierde el equilibrio natural  de la vida generando reacciones desastrosas en los ecosistemas.

Semana.com: ¿Reacciones como lo que sucedió en Mocoa?  

Ricardo Lozano: Sí. Ese fue un episodio muy visible de esas reacciones, pero todos los días hay manifestaciones más silenciosas. Un ejemplo de esto es el cambio climático. La emisión excesiva de gases efecto invernadero a la atmósfera incrementó la intensidad y frecuencia de las lluvias provocando grandes aguaceros de corta duración que en lugares donde ya no hay cobertura vegetal arrastran todo lo que encuentra a su paso. En contraste, en otras partes, sencillamente la lluvia ha desaparecido.   

Semana.com: ¿La tragedia por las lluvias en Perú tiene algo que ver con lo que pasó en Mocoa?

Ricardo Lozano: Las fronteras político- administrativas entre países no existen, y mucho menos cuando se trata de clima. En ese sentido, es importante recordar que Colombia, Ecuador y Perú comparten ríos, mares, montañas, selvas, fauna, flora y comunidades, y en ese sentido cuando se analizan fenómenos naturales no se ven esas fronteras. Esa es mi visión como geólogo y observador de las dinámicas de la naturaleza y la directa relación hombre – Tierra así como el fruto de mis análisis basados en fuentes oficiales de países que poseen tecnología y conocimiento en la región.

Semana.com: ¿Es decir que tiene todo que ver?

Ricardo Lozano:  Sí. Todo cambio que se manifieste en las costas del Perú nos debe importar y todo cambio que se manifieste en las costas colombianas serán reflejadas allá.  Inclusive la mirada debe ser global. Lo que se manifieste en el océano Pacifico el Atlántico responde y viceversa. Por el hermoso principio natural de conservación del equilibrio que garantiza la vida. Es por esto que hace más de 40 años existen centros regionales de monitoreo de la cuenca del Pacifico como la Comisión Permanente del Pacífico Sur - CPPS que suministran datos integrales a países países miembros como Chile, Ecuador, Perú y Colombia cuyo Comité ERFEN está dedicado exclusivamente al análisis de El Niño Oscilación del Sur  - ENSO (por sus siglas en inglés). Lo mismo sucede con el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno El Niño -CIIFEN con sede en Guayaquil.

Semana.com: ¿Por qué se habla en Perú del Niño Costero?

Ricardo Lozano: Eso tiene una explicación técnica. Tiene que ver con relación a las condiciones del sistema océano-atmosfera.  Es importante recordar que actualmente los vientos alisios del este que viajan en dirección América - Asia  y la temperatura del agua superficial costera del océano pacifico que comparten estos países, han mostrado cambios muy rápidos en las condiciones climáticas. Después de experimentar a finales del año pasado y principios de este año condiciones de La Niña 2016- 2017 que nos trajeron también desastres y lluvias por encima del promedio en los meses de enero y febrero en la región andina, caribe y pacífico, el océano actualmente experimenta  el fenómeno opuesto.  Es decir, calentamiento de las aguas costeras con casi 2 grados centígrados por encima del promedio. A este fenómeno la agencia norteamericana - NOAA lo llama primera etapa de una posible madurez del Fenómeno de El Niño para el siguiente semestre de este año.

La gráfica muestra los cambios de temperatura del agua superficial del océano pacifico por encima del promedio en las costas de Colombia, Ecuador y Perú. Los colores naranja y rojo son temperatura en grados centígrados por encima del promedio y azules por debajo del promedio. Fuente: NOAA - CPC

Semana.com: ¿Y de dónde sale el “costero”?

Ricardo Lozano: Para activar las medidas preventivas por los excesos de lluvia que trae este fenómeno sobre los continentes, el centro de investigación del fenómeno en la región ENFEN, con sede en Perú, bautizó a este fenómeno de manera preventiva, adaptativa y pertinente como “El Niño costero”. Yo recomiendo hacer lo mismo en Colombia.

Semana.com: ¿Por qué?

Ricardo Lozano: Porque actualmente, de acuerdo a la NOAA, tenemos una probabilidad de madurez del Fenómeno El Niño de un 52% para el segundo semestre de este año. Por lo tanto, no debemos esperar que maduren los eventos para anunciar su impacto. Recordemos que en esta etapa inicial como en la etapa de madurez del fenómeno El Niño este se manifiesta con exceso de lluvias por encima del promedio desde Nariño, Putumayo y Amazonas hacia abajo, incluidos Ecuador y Perú, y con déficit de precipitaciones desde Nariño hacia arriba hasta la región Caribe.

Semana.com: ¿Qué tiene que ver ese fenómeno con los aguaceros que se viven en ciudades como Bogotá y Medellín?

Ricardo Lozano: Antes de responder esa pregunta me gustaría hacer una precisión. Es importante que por cuenta de la inclinación de la tierra, siempre la temporada de lluvias está marcada por el movimiento de las nubes en la Zona de Confluencia Intertropical- ZCIT, las cuales viaja desde el hemisferio sur hasta el norte, es decir, desde el sur de Perú pasando por Ecuador, Colombia hasta llegar al Caribe. Cuando estas condiciones climáticas llegan a Colombia comienza la primera temporada de lluvias o el mal llamado  “Invierno” u “ola invernal”, periodo comprendido entre mediados del mes de marzo hasta mediados del mes de junio.  Desde este momento comienza la segunda temporada de menos lluvias del año o el mal llamado “veranillo” entre mediados del mes de junio hasta mediados del mes de septiembre. Cuando las nubes se devuelven desde el Caribe hacia el sur, comienza la segunda temporada de lluvias, aproximadamente, entre mediados de septiembre hasta mediados de noviembre o comienzos de diciembre. Cuando las nubes llegan a Ecuador y Perú comienza la gran temporada de menos lluvias de final de año y comienzo del próximo, en casi todo el territorio nacional, con excepción del sur de Colombia. Repitiéndose así nuevamente el ciclo estacional tropical.

Semana.com: ¿Y entonces qué está pasando en este momento?

Ricardo Lozano:  Debido a que la incertidumbre de la madurez de este Niño todavía es muy grande, se espera que en esta temporada de lluvias de Semana Santa y las demás semanas que quedan por llegar, las lluvias  sigan intensas, cercanas al promedio, inclusive en algunas regiones podrían estar por encima de lo acostumbrado. Aparte de que el cambio climático está aumentando la temperatura del aire y del océano en aproximadamente 0.04 grados centígrados cada año, el régimen de lluvias se está comportando de manera más extrema. En gran parte del país, especialmente, en la región andina ahora cae más agua en menos tiempo, causando los grandes desastres relacionados con deslizamientos y avalanchas. En otras regiones las manifestaciones son opuestas, es decir, se está reduciendo la cantidad de lluvia de acuerdo a su promedio, provocando las extremas sequías y acelerando la desertificación de las tierras como en la región Caribe.

Semana.com: ¿Qué se puede hacer?

Ricardo Lozano:  Un enorme de trabajo de planificación. Los mandatarios deben saber que su municipio o río no son espacios aislados divididos por fronteras. Desde cuando nacen estos territorios están conectados a la fuerzas de Tierra y del espacio y por eso allí todos tenemos corresponsabilidades. Con relación  a la temporada de lluvias las alarmas deben estar más activas que nunca. Teniendo en cuenta que los suelos todavía están muy saturados por las lluvias extremas de los meses de enero, febrero y marzo,  los ríos siguen creciendo y que algunos ya están en sus puntos más altos.

Semana.com: A usted le tocó enfrentar los estragos del invierno en 2010 y 2011. ¿Qué recomienda?

Ricardo Lozano: Todo el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres deberá estar alerta informando todos los días a través de los medios de comunicación: radio, prensa, redes sociales y televisión las alertas específicas para cada uno de los ríos y municipios. Así mismo, se recomienda estar atento a las medidas que garantizan la movilidad de los colombianos, el suministro de agua potable y de servicios de energía, y las medidas que evitan la propagación de enfermedades típicas de la temporada. La mejor alerta es un buen pronóstico. La mejor alerta es la prevención.