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Roy Barreras quiere pagarle con la misma moneda a los uribistas. | Foto: Juan Carlos Sierra

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Roy Barreras anuncia “desprecio” al uribismo

El senador de La U está herido por el desaire que Álvaro Uribe y sus congresistas le hicieron al presidente Santos.

7 de agosto de 2014

“Desprecio ofrecieron, desprecio tendrán”. Con esas palabras el senador de La U Roy Barreras hizo una especie de desafío al expresidente y senador Álvaro Uribe y los demás congresistas del Centro Democrático, quienes, en un episodio tan exótico como inédito, no hicieron presencia en el acto de posesión del presidente Juan Manuel Santos.

Era natural que no lo hicieran. Los uribistas son uno de los partidos en oposición al Gobierno. Pero debían hacerlo. La posesión del presidente se hace durante una sesión del Congreso en pleno a la cual los parlamentarios están citados y, en teoría, deben asistir.

Quizás en la Casa de Nariño preveían la ausencia de Uribe y sus congresistas. Por eso no hubo sillas vacías en la plaza Núñez, ubicada cerca a la plaza de Armas del Palacio Presidencial, ni en el sitio donde fueron acomodados los expresidentes Belisario Betancur, César Gaviria y Ernesto Samper (Andrés Pastrana fue otro de los ilustres ausentes), ni en el sitio donde se apretujaron los actuales congresistas.

Uribe llegó muy temprano al Centro Histórico de Bogotá. Como de costumbre, escoltado por su kínder de parlamentarios, muy disciplinados a la hora de cumplir las órdenes del jefe de filas. Antes de la 1:00 p. m. entraron al capitolio, al salón elíptico, lugar donde se instalaría la sesión plenaria que tenía como orden del día la posesión presidencial.

Así se ha hecho durante años. Incluso, cuando el propio Uribe se posesionó, en el 2002 y en el 2006, las bancadas de oposición a su gobierno, en ese entonces el Partido Liberal y el Polo, asistieron a su posesión. Y por ejemplo, este 7 de agosto, otros dirigentes de oposición como Iván Cepeda (Polo) y los verdes Claudia López, Antonio Navarro y Jorge Iván Ospina sí cumplieron con su deber.  

Pero ahora, Uribe, que se despojó de su condición de expresidente para enfundarse la ropa de un senador común y corriente, no quiso pasar por el mal rato en el que se tendría que aguantar el discurso de su antiguo aliado Juan Manuel Santos y hoy su principal contradictor.

Y no lo hizo. Contestó el llamado a lista al que por cuestiones de seguridad sólo pudieron acceder los parlamentarios. Argumentó dos razones, el presunto abuso de poder de Santos para ganar las elecciones y la presencia de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, quien finalmente no asistió. Así, Uribe le hizo un esguince a la ley y quedará para el anecdotario que Uribe prometió que su bancada llegaría primero y se marcharía de últimas de las sesiones en el parlamento. Esta vez hicieron lo contrario.

Para muchos dirigentes la ausencia de Uribe es intrascendente. Para otros, no. Barreras, quien ha sido uno de los gallitos que han salido a espolear cada una de las intervenciones de Uribe en la plenaria, dice que ese gesto no se quedará así. El senador de La U calificó el desaire de los uribistas como un desprecio a la democracia. “Fue una actitud antidemocrática e irresponsable que le hace daño a la imagen del país ante la comunidad internacional”, dice, por eso “desprecio ofrecieron y desprecio tendrán”.

Pero ¿que será desprecio? El presidente Santos en su discurso dijo ser el presidente de todos los colombianos y ha hecho un llamado a la unidad alrededor de la paz, la inversión social y la educación. Les ha pedido a sus congresistas, según el designado ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, un diálogo fluido con la oposición.

Pero a lo que probablemente se refiera Barreras es a una especie de trato hostil al Centro Democrático en las plenarias de Senado, donde está Uribe. Reducirles el uso dela palabra, no atender sus proyectos y, por qué no, incomodar a Uribe, quien ya ha empezado a salirse de casillas en el Congreso y a dejar entrever que su paciencia tendría un límite.

Desprecio. La próxima cita de Uribe y el Congreso será el próximo martes. No se sabe qué reacción tendrá el resto de la plenaria.