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| Foto: Archivo particular

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Segovia y Remedios viven días violentos por paro minero

Más de 5.000 mineros artesanales protestan ante Gobierno departamental y nacional porque no pueden explotar los socavones que han trabajado ancestralmente, pues están titulados a una multinacional.

1 de agosto de 2017

El oro ha sido la mayor tragedia de Segovia y Remedios, dos municipios del nordeste antioqueño cuyas entrañas son explotadas hace más de 200 años. O su mayor tragedia ha sido la ambición de muchos que se llevaron el metal y solo dejaron violencia. En los últimos 30 años, Segovia no ha tenido descanso y parece lejos de encontrarlo. Solo en un día de paro minero —este lunes comenzó y continuó el martes— el resultado fue una casa quemada, policías y mineros heridos, disparos, estallidos como de petardos y los que no tienen nada que ver con la minería, encerrados en sus casas esperando que pasara lo peor.

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No es el primer paro minero en Segovia y mucho menos el primer rebrote de violencia. Desde el 11 de noviembre 1988, cuando paramilitares y militares asesinaron 45 personas y dejaron a más de 60 heridos, cualquier segoviano sabe que las cosas pueden empeorar. Desde esa fecha se han cruzado límites no vistos en pocas partes: más de 200 asesinatos por cada 100.000 habitantes.

En esta oportunidad el paro fue convocado por la Mesa Minera de Segovia, que este lunes y martes tenía a unas 5.000 personas protestando en el parque central del pueblo, número que podría crecer en el transcurso de esta semana, pues la Mesa, que ha llegado hasta el occidente del departamento para abrir socavones, a municipios sin ninguna vocación minera, ha demostrado que tiene el poder para movilizar mineros de otros municipios.

Pese a que Yalery Erasmo Marín, uno de los líderes de la agremiación, ha dicho que la protesta es pacífica, sus declaraciones no coinciden con la realidad en Segovia y Remedios, donde los pobladores temerosos tuvieron que buscar resguardo. Una de sus peticiones es que les permitan la explotación del mineral, como lo han hecho ancestralmente por más de dos siglos, pues la mayoría de predios le fueron titulados desde hace varios años a la multinacional Gran Colombia Gold.

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El gobernador Luis Pérez dijo que las protestas están amparadas en verdaderas insatisfacciones de la población y que son un acto “legal y democrático” y asignó a una comisión de negociación que estará en los municipios este miércoles para tratar de que las partes lleguen a algún acuerdo. Sin embargo, uno de los inconvenientes que ha tenido la minería en Segovia es la filtración de la actividad por parte de grupos armados ilegales, como el ELN y bandas criminales como el Clan del Golfo y Los Rastrojos, quienes encontraron en el oro una manera de enriquecerse.

La Policía de  Antioquia denunció que el paro ha estado filtrado por facciones violentas, como se comprobó este lunes, sin embargo desde la Mesa Minera se declaró que “el Esmad llegó al corregimiento de La Cruzada dando patadas, tumbando las ollas del sancocho de la comunidad y repartiendo gases a diestra y siniestra. Esto alteró los ánimos de la gente y provocó los enfrentamientos. Hay muchos heridos”.

El mismo alcalde de Segovia, Gustavo Tobón, denunció que la protesta no era pacífica y que toda la tarde se escucharon disparos y la detonación de explosivos, lo que desde hace mucho no era normal en el pueblo.