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"Uno no se acostumbra a las críticas destructivas"

Nohra Puyana de Pastrana hace el balance de sus experiencias en el centro del poder.

29 de julio de 2002

SEMANA: ¿Cuál fue el momento más difícil durante todo el gobierno?

Nohra de Pastrana: Yo destacaría dos: el terremoto de Armenia y la ruptura del proceso con las Farc.

SEMANA: ¿Qué impacto tuvo en sus hijos haber crecido en los corredores del poder?

N. de P.: Ellos nunca estuvieron alejados de lo que en realidad pasa en el país. Siempre los animamos a leer los periódicos y a estar enterados de las cosas que hacía su papá. Creo que ellos han aprendido mucho del mundo y de la política internacional.

SEMANA: ¿Cuánto la afectan las críticas que le hacen a su marido?

N. de P.: Cuando se está en la actividad pública uno debe ser muy tolerante a las críticas; sin embargo las destructivas que se hacen con intención de dañar duelen.

SEMANA: ¿Como las de su supuesta separación del Presidente?

N. de P.: (Sonriendo) No, esas más bien hacen reír.

SEMANA: ¿De cuál de todas las obras que ha liderado se siente más orgullosa?

N. de P.: Me siento satisfecha de haber articulado un conjunto de programas dirigidos a favorecer a los colombianos más vulnerables y que abarcan a los niños, a la tercera edad, a los discapacitados y a la familia. Me refiero a la política de construcción y convivencia familiar Haz-Paz, a la celebración del Día del Niño, a la creación de las ludotecas, al Plan Padrino y a los programas para discapacitados Colombia Camina, Colombia Oye y Colombia Ve.

SEMANA: ¿Si tuviera que darle un solo consejo a su sucesora cuál sería?

N. de P.: Ya se lo di. La verdad es que he visto en Lina de Uribe un gran interés por seguir adelante con las líneas de trabajo ya desarrolladas. La continuidad de esos programas de alguna forma está garantizada al haberlos diseñado con una visión a largo plazo que permiten la sostenibilidad en el tiempo. Particularmente creo que estamos de acuerdo en que hay que darle prioridad al desarrollo integral de la niñez.

SEMANA: Su marido pasará a la historia como un hombre que se jugó todo por la paz y fracasó en ese intento. ¿Qué piensa de esto?

N. de P.: Es cierto que Andrés se jugó todo por la paz y si ésta no se consiguió fue porque las Farc no lo quisieron; sin embargo, el que no hubiera ahorrado ningún esfuerzo en la búsqueda de la paz fue lo que permitió mostrarle a Colombia y al mundo que no luchan por el pueblo sino contra el pueblo. Además, gracias al proceso, la paz dejó de ser un asunto de unos pocos y hoy en día todos y cada uno de los colombianos tenemos conciencia de que es un problema que no nos puede ser ajeno.

SEMANA: ¿Cuál es su opinión sobre 'Tirofijo'?

N. de P.: Que desperdició la mejor oportunidad que tuvo para ser recordado como el hombre que facilitó la paz y prefirió ser recordado como el jefe de una organización terrorista que sembró el dolor a lo largo y ancho del país.

SEMANA: ¿Cuál es su balance final?

N. de P.: Podría llenar esto de cifras pero quiero unir el balance cuantitativo y cualitativo con los procesos que hicieron posible esos resultados.

Por ejemplo, lograr la coordinación de 55 entidades públicas y poner a pensar a los 16 ministerios y las Fuerzas Militares y de Policía en los derechos de los niños se vio reflejado en la movilización de 10 millones de menores a través de la celebración del Día del Niño.

Conformé la Red de Gestores Sociales, en la que a través de las primeras damas departamentales y municipales participan activamente en programas concretos impulsados desde mi oficina.

Me comprometí a entregar 32 ludotecas, una por departamento, y ya son 57 las que están en funcionamiento. Igual ocurrió con el Plan Padrino, que empezamos construyendo y dotando 16 escuelas rurales devastadas por el terremoto y entregué 50 a nivel nacional.

Para cambiar el día a día de una familia se entregaron sillas de ruedas, audífonos e implementos de visión a 10.000 familias.

Pero lo que más me impactó fue haber podido sentar las bases para que la violencia silenciosa que ocurre en los hogares pasara a ser un problema de salud pública en el cual 32 entidades están trabajando coordinadamente.

SEMANA: ¿Se va satisfecha o nostálgica?

N. de P.: Yo creo que las dos cosas. Voy a extrañar el contacto con la gente y mis visitas a los rincones más apartados del país. Pero al mismo tiempo me voy satisfecha por lo que pudimos hacer en sólo cuatro años por los colombianos más vulnerables. Espero en el futuro poder seguir trabajando por las mismas causas desde otro escenario.