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A LA GUILLOTINA CON GUSTAVO GÓMEZ

"Uribe debería ir a la cumbre"

El periodista Andrés Oppenheimer habló sobre la situación regional e hizo sus recomendaciones a la política internacional del gobierno colombiano.

8 de agosto de 2009

De paso por Bogotá, Andrés Oppenheimer aceptó comentar la situación de Colombia en el vecindario. Columnista de los dos Herald de Miami, ganador del Pulitzer, el Ortega y Gasset y el Rey de España, el periodista y analista argentino previó peligros, puso en su sitio a un par de presidentes vecinos y aprovechó la guillotina para hacer recomendaciones a Uribe.

Gustavo Gómez.: ¿Colombia se está convirtiendo en isla de la región?

Andrés Oppenheimer: Isla, no, pero está en una posición minoritaria en una región que está atada a Venezuela por el petróleo, el chantaje interno y las presiones políticas.

G.G.: ¿Fue una torpeza de Chávez presentar a Colombia como el Israel de Latinoamérica?

A.O.: No veo nada de malo en ser Israel: es la única democracia en Oriente Medio. Si el destino de Colombia es ser la única democracia en esta parte del continente, suerte para Colombia.

G.G.: ¿Chávez esta pensando con mentalidad iraní?

A.O.: El modelo iraní y el modelo chavista son muy parecidos. Lo de Chávez con Irán es una mezcla de conveniencia geopolítica con convergencia de modelo político.

G.G.: ¿Qué tan delicada es la situación de Colombia?

A.O.: Hay datos que permiten sugerir que el péndulo va a empezar a moverse en dirección favorable. Lo vimos en Panamá, en Argentina y, de cierta manera, en El Salvador, donde ganó el Fmln pero el presidente Funes está tomando distancia de Chávez.

G.G.: ¿Los precios del petróleo mueven ese péndulo?

A.O.: Claro. Una cosa es ser un presidente narcisista leninista con el barril a 160 dólares y otra es ser uno megalómano con el petróleo a 60. Y, además, una cosa es ser el campeón de los pueblos oprimidos con Bush como presidente y otra con Obama. Barak Obama es un problema para Chávez: es más popular en Venezuela que él. Chávez no puede ir con la cantilena de que él es un presidente de tez oscura representando a los oprimidos de América Latina cuando el de Estados Unidos es afroamericano.

G.G.: ¿Cuánta cuerda le queda a Chávez?

A.O.: Alguna, porque tiene reservas de petróleo, pero su popularidad está cayendo. Con ese colchón de petrodólares que tiene, cinco meses antes de elecciones comienza a repartir dinero y sube en las encuestas, y lo que no sube lo trampea.

G.G.: ¿Fuera de Venezuela se le van a complicar las cosas?

A.O.: Su idea de Imperio Chavista Latinoamericano se está desinflando. Va a tratar de mantenerse firme adentro y conservará una o dos colonias chiquititas.

G.G.: ¿Cómo debe ser el próximo presidente de Colombia?

A.O.: No apostaría por un candidato en particular, pero creo que los países que mejor funcionan son los que tienen continuidad y no los que reinventan la rueda cada seis años. Continuidad no es inmovilismo ni caudillismo; es construir sobre lo que se recibe, que es lo que la izquierda chilena ha hecho tan bien todos estos años.

G.G.: ¿Qué tan dañino sería que Uribe se quedara como contrapeso de Chávez?

A.O.: Sería pésimo para la democracia en Colombia y para Uribe.

G.G.: ¿Son firmes los mensajes en este sentido de Estados Unidos?

A.O.: Allí hay un consenso, que comparto, de que Uribe puede pasar a la historia como el presidente que enderezó a Colombia o, si insiste en quedarse y hace trampitas, como otro Chávez.

G.G.: ¿Les cree a Chávez y Correa cuando dicen que no tienen vínculos con la guerrilla?

A.O.: Por supuesto que no. Si un organismo como Interpol hace un estudio de los computadores de 'Raúl Reyes', con peritos de Singapur que ni siquiera deben saber donde está Colombia en el mapa, y dictamina que no fueron trucados, ¿con qué elementos voy a pensar que Venezuela y Ecuador no apoyaban a las Farc?

G.G.: ¿Cuál ha sido la gran falla de Colombia en el manejo de la crisis?

A.O.: No etiquetar correctamente el problema de las bases. Desde el momento en que la propia prensa colombiana hablaba de bases norteamericanas, se perdió la batalla.

G.G.: ¿Cómo las hubiera etiquetado usted?

A.O.: Tiempo compartido, intercambio estudiantil… ¡cualquier cosa que no fuera base!

G.G.: ¿Aún es tiempo de recomponer el asunto?

A.O.: Sí, hay que poner a trabajar un focus group que hoy a las 6 de la tarde dé cuatro nombres para el acuerdo. El comunicado de prensa colombiano lo describe en 17 palabras: "Proyecto de acuerdo de cooperación y asistencia técnica en defensa y seguridad entre Colombia y Estados Unidos". ¡17! Chávez usó una: bases.

G.G.: ¿Es un acierto la gira muda de Uribe?

A.O.: No creo que sea gira muda, porque nunca he conocido a un colombiano mudo. Los otros gobiernos le habrán pedido que no haga mucho escándalo, supongo, pero es un acierto.

G.G.: ¿Sin participar en Unasur?

A.O.: Uribe debería ir a la cumbre, y no me extrañaría que terminara yendo. Cuando más brilla es cuando están todos contra él, como en República Dominicana. Es un hombre que florece ante la adversidad. Debe aprovechar esos espacios para lograr la solidaridad de países comprometidos con la democracia que no están saliendo a defender a Colombia.

G.G.: Enumerémoslos: Chile, Argentina…

A.O.: No, Argentina está perdida con este gobierno. La dependencia de los Kirchner de Chávez es directamente proporcional a la situación económica argentina.

G.G.: ¿Miramos hacia Brasil?

A.O.: También está perdido, pero por su proyecto hegemónico. Brasil viene trabajando hace 10 años en convertirse en la potencia suramericana. Para eso necesita no pelearse con nadie y mantener influencia con todos. Los mejores aliados potenciales para Colombia son México, Chile, Panamá y Perú.

G.G.: ¿Qué les impide apoyarnos abiertamente?

A.O.: Volvemos al etiquetamiento: se permitió que el concepto de bases norteamericanas se instalara en la opinión pública y política de estos países. Mientras no lo cambien va a ser difícil superar el aislamiento diplomático.

G.G.: ¿Tampoco ayudó el haber ido a Ecuador a buscar a 'Reyes'?

A.O.: Cierto, pero en derecho internacional existe la defensa propia: si te atacan desde la casa de al lado, tienes derecho a entrar y darle una trompada a tu vecino. Cuando Estados Unidos entró en Afganistán nadie en el mundo lo criticó porque estaba claro que el ataque de 2001 había venido de bases de Bin Laden en Afganistán. La mayoría de los demócratas en el mundo entendió la acción de Colombia en Ecuador.

G.G.: Si Colombia detecta a un cabecilla de la guerrilla escondiéndose cerca de la frontera, en Venezuela, ¿debe repetir la incursión?

A.O.: Lo más prudente sería divulgarlo internacionalmente, mostrar fotos y videos, poner en evidencia a Venezuela. Si las Farc estuvieran ganando la batalla y se necesitara neutralizar a ese guerrillero, puede ser, pero las Farc están disminuidas, no representan una amenaza para el gobierno colombiano.

G.G.: ¿Por qué Obama no es más activo en su apoyo a Colombia?

A.O.: No es un hombre que tenga una historia de amistad o interés por nosotros. Cuando lo entrevisté por primera vez, le pregunté cuántas veces había ido a América Latina y me dijo que, elegido, visitarnos sería una de sus prioridades. Traducción: nunca había pisado ni Tijuana.

G.G.: ¿Sacará adelante el TLC para Colombia?

A.O.: Sí, pero no lo hace porque está tratando de aprobar la reforma en salud y de que nombren a Sonia Sotomayor en la Corte Suprema. Necesita hasta el último voto demócrata y si introduce un tema divisorio, corre el riesgo de perder apoyo de su partido.

G.G.: Si usted fuera el canciller Bermúdez, ¿qué paso le aconsejaría dar a Uribe después de la gira?

A.O.: Vaya a Ecuador y dele vuelta a la tortilla. Haga una declaración tajante: "Jamás permitiré bases norteamericanas en suelo colombiano". Luego, cambie el eje de la conversación hacia el acuerdo de Venezuela con Rusia y con Irán, el acuerdo de Brasil con Francia, y proponga que se hable sobre armamentismo en la región. Y que se le vengan todos encima, que es cuando Uribe está en su mejor forma. Con este presidente gallito de pelea, Colombia tiene que ir.