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Lo que quiso decir uribe en el fondo no fue que le faltara tiempo sino que no le faltaron ganas

RELACIONES EXTERIORES

Uribe y su tardía declaración de 'guerra': "Me faltó tiempo"

La revelación de Álvaro Uribe de que pensó en un ataque militar a Venezuela es inoportuna, inconveniente y no gustó ni a los venezolanos ni a los colombianos.

18 de agosto de 2012

El expresidente Uribe está acostumbrado a que todas sus intervenciones despierten el entusiasmo del auditorio y grandes ovaciones. Eso mismo sucedió la semana pasada en un foro en la Universidad Autónoma de Medellín cuando afirmó en relación con la presencia de guerrilleros en territorio venezolano: "Yo tenía dos opciones: quedarme callado o hacer un operativo militar en Venezuela. Me faltó tiempo".

Con esa frase, el recinto explotó en carcajadas y aplausos. Pero ya digerida esa improvisación las reacciones fueron diferentes y se convirtieron inmediatamente en uno de los temas de la semana. En realidad de todos los trinos, discursos y regaños que ha dado Uribe en los últimos meses esa 'confesión' puede ser la más inoportuna e inconveniente. En primer lugar porque sus afirmaciones probablemente no son totalmente exactas. Una decisión de esa gravedad no es cuestión de tiempo, pues desde mucho antes del fin de su gobierno se sabía que había campamentos de las Farc en el vecino país, y sobre todo lo sabía él, que tenía información privilegiada. Lo que quiso decir en el fondo es que tuvo ganas, que es una cosa totalmente diferente.

Un ataque a Venezuela era impensable. Si Chávez mandó tanques a la frontera colombiana por cuenta del bombardeo a Ecuador en el cual se dio de baja a Raúl Reyes, no había la menor duda sobre cuál sería su reacción si algo similar sucediera en su país: una guerra. Y dado el temperamento volátil de Chávez, seguramente al día siguiente. Él mismo lo había dejado saber en términos nada ambiguos en su programa 'Aló Presidente': "Lamentablemente, con todo el dolor de mi alma, yo mandaría inmediatamente a prender los aviones Sukhoi y los tanques de guerra, pero la soberanía, la dignidad de Venezuela no voy a permitir que se irrespeten por nada del mundo". 

Uribe, consciente de esto, en lugar de propiciar un conflicto armado optó porque su embajador ante la OEA, Luis Alfonso Hoyos, denunciara públicamente esos campamentos. Esa decisión, que produjo el rompimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países, tenía su lógica en el momento pues ponía en evidencia el asunto ante el mundo, sin entrar en hostilidades.

Por eso, es que la declaratoria de guerra retroactiva la semana pasada es imprudente y no le sirve a nadie, ni siquiera al expresidente. Sus palabras incendiaron el sentimiento nacionalista a tal punto en Venezuela, que la oposición a Chávez que siempre lo ha adorado, salió inmediatamente a criticarlo y a cerrar filas por primera vez con los chavistas en esa causa. Incluso hay algunos que dicen que el exabrupto del expresidente le va a ayudar a Chávez en su reelección.

Y como si fuera poco la guerra que sí tuvo lugar entre Colombia y Venezuela fue la de trinos entre Uribe y Chávez en que no se sabe cuál de los dos quedó peor. El presidente venezolano le dijo a su contraparte que no tenía "cojones" y este le respondió con una ráfaga de tweets llamándolo "cobarde", para terminar exigiéndole que "sea varón". Ni en Protagonistas de Novela se han visto semejantes madrazos.